Piden 17 años por un asesinato a las puertas de un refugio en la repetición del juicio en A Coruña

alberto mahía A CORUÑA / LA VOZ

GALICIA

JUICIO POR EL ASESINATO EN PADRE RUBINOS
JUICIO POR EL ASESINATO EN PADRE RUBINOS CESAR QUIAN

Se discute es si el acusado sabía lo que hacía aquella mañana del 8 de enero del 2018 o no era consciente

11 sep 2019 . Actualizado a las 20:45 h.

Nadie pone en duda que José Manuel L. C. discutió con un usuario de la residencia Padre Rubinos, sacó una navaja de su cazadora y se la clavó en el corazón a la víctima. Ni él mismo lo niega. Lo que se discute es si el acusado sabía lo que hacía aquella mañana del 8 de enero del 2018 o no era consciente de sus actos debido a su enfermedad mental, que, según la defensa, le causa brotes psicóticos y ataques de ira. La Fiscalía mantiene que el procesado debe ser castigado por asesinato a 17 años de cárcel. El abogado del reo solicita la absolución. Un jurado popular determinará quién tiene la razón.

No es la primera vez que se le juzga. El año pasado, otro tribunal lo había condenado a 15 años, pero su defensa recurrió el fallo ante el Tribunal Superior de Xustiza de Galicia y este ordenó repetir el juicio. El hombre, según relata la sentencia, fue examinado por dos médicos forenses y una psicóloga del Imelga y no por un especialista en psiquiatría. «En principio la prueba parece útil, proporcionada y necesaria», consideraron los magistrados de la Sala de lo Penal del TSXG.

Así que ayer el procesado volvió al banquillo. Con otra defensa y un nuevo tribunal popular, que escuchó la versión de la Fiscalía. Para la acusación, José Manuel L. C. acudió a Padre Rubinos a recoger su documentación tras haber sido expulsado el día anterior del refugio por su mal comportamiento. Llevaba apenas unos días en España tras vivir en el Reino Unido casi toda su vida, donde ya había sido detenido cerca de una veintena de veces por delitos de lesiones. Al salir al patio, el acusado se cruzó con la víctima e intercambiaron algunas palabras. De súbito, sacó un arma blanca y se la clavó en el pecho, y lo mató en el acto.

Esquizofrenia

La defensa argumentó que la esquizofrenia y el trastorno de personalidad del acusado son el origen de su actuación, por lo que solicita su absolución, mientras que la acusación pública sostiene que el hombre tiene un comportamiento anormal pero que no le impide discernir el bien del mal ni controlarse, ya que solo tiene «levemente disminuidas» sus facultades.

En la primera sesión del juicio de ayer, el abogado del turno de oficio Santiago Andaluz argumentó que, pese a que el último informe forense realizado en agosto del 2019 dice que sus funciones psíquicas estaban disminuidas de manera leve, no era así en el momento de los hechos, con lo que no estaba capacitado para saber si sus actos eran correctos.

El abogado entiende que el hecho de llevar un año y medio en prisión contribuyó a que su enfermedad disminuya y también explicó que «solo hubo un apuñalamiento», es decir, el acusado no asestó más de un golpe, por lo que preguntó al jurado: «¿Con solo un apuñalamiento se puede acreditar la intención de matar?».

El acusado se negó a declarar. Mañana continúa el juicio.