Mucho más duro se mostró Manuel Lago, portavoz de Común da Esquerda, al tildar el nombramiento de «escándalo». A su juicio, la operación consiste en una «recolocación dun membro do PP que fracasou nas locais», algo que considera inaceptable, «porque deturpa a democracia». Noa Presas (BNG) también censuró que el presidente de la Xunta «non fixo o máis mínimo esforzo por consensuar» dicho nombramiento, lo que ve un mal punto de partido para garantizar la independencia, y Pancho Casal (En Marea) también se afanó en criticar la falta de independencia del perfil elegido para el CES e incluso dijo que quien pierde las elecciones «o que ten que facer é marchar para a casa» o a su antigua actividad.
El PP se quedó solo defendiendo la idoneidad de Hernández, una elección que no tenía que ser votada, sino únicamente examinada. El portavoz popular, Pedro Puy, desmintió que el nombre del nuevo presidente CES no fuera consultado con los representantes del plenario, y dijo con ironía que tras escuchar al PSOE: «Estamos a falar do CES e non do CIS», dijo en alusión al instituto demoscópico, dirigido por un antiguo miembro de la dirección federal del PSOE.