El edificio donde se sitúa Casa Cid, un local fundado por un ourensano, se convertirá en un hotel de lujo

ANDRÉ SISO ZAPATA
R.S.

En pleno corazón de Lisboa, rozando el barrio de la Alfama y a medio camino entre el puente de Vasco da Gama y la Torre de Belém, se encuentra una pequeña parte de Galicia: Casa Cid. Cuatro generaciones después, esta taberna sigue teniendo esencia gallega, en gran parte gracias a sus dueños, la misma familia ourensana que la fundó hace más de cien años. Ahora, el local corre peligro por la compra del edificio por un fondo de inversión.

Esta casa de comidas nació en el 1913, al pie del mercado da Ribeira. Más de cien años después, como ellos dicen «despois de quitarlle a fame a moita xente», su propiedad se encuentra en una situación de riesgo. Un fondo de inversión alemán ha comprado el inmueble en el que está Casa Cid, junto a otros, y planea hacer un hotel de lujo en su lugar. Está establecido que los dueños deben abandonar el local a partir del próximo 31 de mayo. La gentrificación y aumento del turismo en Lisboa en los últimos años fomenta la creación de infraestructuras destinadas al turismo, según afirman los dueños de la taberna. Ahora, la familia Cid ha decidido pelear por su restaurante y ha abierto una petición en Change.org para evitar la compra del inmueble y la desaparición de Casa Cid. Llevan ya más de 1.500 firmas.

Casa Cid, en el barrio lisboeta de la Alfama, repleta de comensales
Casa Cid, en el barrio lisboeta de la Alfama, repleta de comensales

Borja Burán Cid, de la cuarta generación de la familia, se muestra muy preocupado, al igual que todos los que rodean al negocio: «Levamos 106 anos aquí, e iso quere dicir que algo fixemos ben, pero agora non vemos a luz ao final do túnel». Con un deje muy portugués, pero en perfecto gallego, define la taberna como un sitio tradicional, emotivo y lleno de recuerdos, tanto de Lisboa como de Galicia. «Temos as paredes cheas de imaxes de Galicia. Meu bisavó era de Ourense e sempre se acordaba. Logo marchou para África e rematou quedando por aquí. Eu tamén teño traballado por Asia e por Europa, así que supoño que herdei o seu gusto por ver mundo», bromea.

La familia Cid en Ourense, en una imagen de los años sesenta
La familia Cid en Ourense, en una imagen de los años sesenta

En cuanto a la situación del local, cree que mantener la esperanza es clave llegados a este punto: «Xa levamos tempo loitando. Sabemos que quizais non temos a lei do noso lado estrictamente, pero creemos que a Cámara de Lisboa -equivalente al ayuntamiento- debería dar protección legal á nosa taberna e ao resto de locais afectados, porque preservamos a historia de Lisboa ao longo do tempo. Somos cultura popular e pedimos que se teña algo de humanidade con nós». Él, además, defiende que se debería respetar la esencia de la ciudad, ahora más que nunca debido a la llegada de turistas, quienes considera que ya no disfrutan de la misma Lisboa que existía hace no mucho: «Queremos preservar o noso. Tanto de Lisboa como de Galicia. Seguimos indo ao mercado tódalas mañás, cociñando como hai corenta anos e co ambiente tradicional».

Ahora, la petición formal está en los tribunales a espera de una resolución, que dictaminará si la ciudad de Lisboa apuesta por la tradición de sus calles históricas o por la adaptación al turismo masivo con un hotel en pleno centro de la capital.