Ayer ya se había retirado tonelada y media de desperdicios
22 ago 2019 . Actualizado a las 17:18 h.Las labores de limpieza en el número 23 de la calle Irmáns Carro de Lugo, donde residía el bebé presuntamente maltratado por sus padres, arrancaron el pasado martes. Dos días después, los operarios siguen retirando basura de la vivienda, de la que ayer ya se había sacado una tonelada y media de restos.
En el rellano de la tercera planta siguen acumulándose multitud de objetos que los servicios de limpieza van quitando del interior del inmueble. Maderas, ropa, cajas de cartón, cuadros viejos, utensilios de pintura... son algunos de los enseres que pueden verse en la entrada de la casa. Objetos ya mucho más comunes que los fueron retirados durante el primer día, cuando el despliegue al que se vieron obligados la policía y los trabajadores de Urbaser (empresa concesionaria de la limpieza en Lugo) fue realmente llamativo.
Con dos vehículos apostados en las dos entradas del inmueble, los operarios utilizaron uno de ellos para ir acumulando las numerosas bolsas de basura que iban sacando del interior de la vivienda. En el segundo acceso situaron un camión de gran tamaño para, desde la propia ventana de la vivienda, ir lanzando directamente los objetos de más tamaño: colchones en muy mal estado, somieres oxidados y restos de mobiliario en pésimo estado.
Todo ello se ha ido realizando en medio de un fuerte mal olor, que llegó a hacer sospechar a los trabajadores que pudiese haber algún animal muerto dentro del piso. El hedor había sido detectado por los vecinos, que llegaron a definirlo como «olor a esterco» pero que, aseguraron, nunca sospecharon que pudiera haber tanta basura acumulada en la casa.
Además de la retirada de muebles y desperdicios, está previsto que se realice la desinfección y desratización de la vivienda. El objetivo, según indicó el concejal de Medio Ambiente lucense, Álvaro Santos, es «garantizar la salubridad y la seguridad pública de los ciudadanos». El propio Santos calificó la situación del inmueble donde vivía la familia como «anómala y dramática» y en «condiciones lamentables de salubridad y habitabilidad» pero prometió que «una vez terminados los trabajos ahí no va a haber ningún tipo de peligro, de foco infeccioso, ni de presencia de animales ya sea mamífero, roedor o insectos que puedan poner en riesgo la salud de las personas».
Estable dentro de la gravedad
La directora xeral de Familia de la Xunta de Galicia, Amparo González, ha indicado que el bebé de dos meses, que continúa ingresado en el HULA, continúa «estable dentro de la gravedad», pues fue hospitalizado en «una situación delicada».
González también ha confirmado que serán los pediatras del Lucus Augusti quienes den «su visto bueno» al traslado del pequeño al Hospital La Paz de Madrid para ser intervenido por expertos en cirugía oftalmológica. La Xunta, que ha asumido la tutela urgente del menor, es quien debe autorizar todas las gestiones y pruebas médicas pertinentes. «Nuestro objetivo final es que este bebé pueda ser dado de alta y acogido por una familia», ha precisado la directora xeral.
