Los últimos ayuntamientos segregados: ¿mereció la pena?

Mónica Pérez Vilar
MÓNICA P. VILAR REDACCIÓN / LA VOZ

GALICIA

Vista áerea de Cariño, que se convirtió en ayuntamiento independiente en 1988 al separarse de Ortigueira
Vista áerea de Cariño, que se convirtió en ayuntamiento independiente en 1988 al separarse de Ortigueira CLUB PARAPENTE FERROL

Alcaldes de A Illa, Burela y Cariño discrepan sobre el resultado de haberse convertido en concellos independientes

21 ago 2019 . Actualizado a las 15:33 h.

El 21 de enero de 1988, Cariño se convertía en el ayuntamiento número 313 de Galicia al separarse de Ortigueira. Fue la primera segregación municipal aprobada en la comunidad desde la instauración de la autonomía. A esta le seguirían dos más: la de Burela, que abandonó el concello de Cervo en diciembre de 1994, y la de A Illa de Arousa, que separó su camino del de Vilanova el 1 de enero de 1997. Tres escisiones que, por el momento, ganan en número a las dos fusiones municipales (las de Oza-Cesuras y Cerdedo-Cotobade) vividas desde la transición. Pero, ¿mantendrían a día de hoy estos tres jóvenes concellos la decisión que tomaron a finales del siglo XX?

«Na nosa experiencia, a segregación foi un fito histórico. Pasamos de ser unha parroquia con moi poucos servizos a ter un patrimonio municipal propio, un crecemento real e uns servizos básicos desenvolvidos ao cen por cen», indica el alcalde de A Illa, Carlos Iglesias (PSdeG), que considera que las tres segregaciones citadas fueron «absolutamente positivas». Desde Burela, donde ya han superado la treintena como municipio independiente, su regidor también hace un buen balance: «En canto a servizos públicos gañamos unha barbaridade. Lémbroo ben porque cando a segregación eu tiña 12 anos e recordo como estaban as rúas do pobo, os asolagamentos polo mal funcionamento do alcantarillado... Agora todo está aceptablemente ben», explica José Miguel Alonso (PSdeG).

Carlos Iglesias: «Pasamos de ser unha parroquia con poucos servizos a ter un crecemento real»

Con todo, Alonso apela a la prudencia a la hora de abordar tanto las fusiones como las separaciones de concellos. «O noso punto de vista non é xeralizable. Aquí a situación social era insostible. Pero hai que ver as circunstancias concretas de cada territorio e as súas dinámicas», apunta. Y añade que, si bien las fusiones pueden ser «moi favorables» cuando permiten sumar gastos y hacer más eficientes los concellos, también crean efectos «perversos», al incentivar la acumulación de población en los núcleos principales y provocar la despoblación de otras áreas del municipio.

Con todo, tanto ambos alcaldes coinciden en que concentrar ayuntamientos no es por sí sola una solución. «Xa o demostrou a crise financeira, xuntar dous bancos malos non fai un bo», dice Alonso, mientras que Iglesias apunta que habrá que ver cómo evolucionan los ayuntamientos fusionados «unha vez cese o financiamento extraordinarios que lles dá a Xunta».

José Miguel Alonso: «Para fusións ou segregacións ten que haber pulsións maioritarias enormes»

Desde Burela son algo más tibios a la hora de valorar el resultado de una andanza que el próximo diciembre cumplirá 25 años. «Se os concellos non foran segregados e hoxe estuveramos agrupados, ao mellor tiñamos máis potencia como concello», aventura el alcalde en funciones, Alfredo Llano (PSdeG). Para el socialista, de cara al futuro será necesario aumentar la cooperación entre municipios, sin desechar ninguna fórmula: «Non hai que querer ter o concello como se fose a nosa propiedade, hai que pensar no ben común, en cómo ofrecer os mellores servizos. Se se pode unir máis que separar sempre é bo».

Alfredo Llano: «Se hoxe estuveramos agrupados, ao mellor tiñamos máis potencia como concello»

El caso de Mondariz Balneario

«Fusionarnos? Para que? Se temos de todo, non debemos un duro e somos imaxe do termalismo en Europa!». Así de vehementemente se expresa José Antonio Lorenzo, alcalde de Mondariz Balneario (PP), que se escindió del vecino concello de Mondariz en 1924 y que a día de hoy es el municipio más pequeño de Galicia con poco más de 2 kilómetros cuadrados de extensión.

El regidor de la villa, que lleva en el cargo desde 1983, no quiere ni oír hablar de una hipotética reunificación con el ayuntamiento con el que a día de hoy comparte depuradora, guardería pública y punto limpio. «Estas cousas sempre xeran reticencias, pero hai que abrir ese melón e ir cara fórmulas que permitan optimizar a prestación de servizos», señala el alcalde de Mondariz, Emilio Barros (BNG), que apunta como una de las ventajas posibles el compartir una policía local a día de hoy justa de plantilla y que incluso aboga por extender la cooperación a otros municipios limítrofes.