Día Internacional de la Juventud: Estos jóvenes gallegos sí estudian y trabajan

B. Casal / André S. Z. / M. S. REDACCIÓN/LA VOZ

GALICIA

Iván Manteiga se prepara para bombero mientras trabaja en un restaurante
Iván Manteiga se prepara para bombero mientras trabaja en un restaurante MARCOS MÍGUEZ

Muchos estudiantes compaginan sus estudios con un trabajo, aunque a veces les resulte complicado cuadrar horarios

12 ago 2019 . Actualizado a las 23:46 h.

A diferencia de los jóvenes que ni estudian ni trabajan, conocidos popularmente como ninis, muchos estudiantes compaginan su formación con un empleo. Son los llamados sisis, y para algunos ese trabajo es su primer contacto con el mercado laboral. Según el caso, el dinero que ganan sirve para aliviar la economía familiar, costear sus estudios o pagar las facturas si ya se han independizado.

Sumar trabajo y estudios no solo significa sumar horas, sino también sacrificio. «A oposición é dura e o traballo tamén, así que se xuntas as dúas cousas pois é moi duro». Esta es la suma de esfuerzos que describe Iván Manteiga (A Coruña, 1996), un joven que se está preparando para bombero al tiempo que trabaja en un restaurante de comida italiana. En la academia lleva diez meses y en el restaurante tres años, en los que con el tiempo ha ido ganando puestos de mayor responsabilidad. Los días que trabaja -cinco a la semana, con horario partido- estudia una hora antes de entrar, una entre turnos y otra al llegar a casa, ya pasada la medianoche. De lunes a viernes entrena de 8 a 10.30 para preparar las pruebas físicas, una parte fundamental de la oposición.

«Cando entrei na empresa, unha das cousas que lles dixen foi que quería opositar, polo que tería que cadrar horarios para compaxinalo, e non me puxeron ningún problema», indica Iván. De esta forma, compagina su trabajo con los tres días de clases presenciales que tiene a la semana, y cuando se acerque la oposición tiene pensado pedir una excedencia para prepararse a tiempo completo. «A oposición é cara. O 50 % do que gaño vai para pagala e o outro 50 % para manterme», explica Iván, que se independizó con su pareja hace unos años. No obstante, reconoce que, a pesar del esfuerzo, está «contento» por preparar algo que le gusta e indica que compaginar estudios y trabajo le permite ir cotizando años poco a poco, sobre todo en un momento «no que a xente da miña idade ve que, cada vez, necesita máis anos para xubilarse cun soldo digno».

El coruñés Carlos Santiago es monitor en un escape room y estudia en la UNED
El coruñés Carlos Santiago es monitor en un escape room y estudia en la UNED

«Yo lo hago por necesidad»

Carlos Santiago también conoce las dificultades de compaginar la vida laboral y académica. Este coruñés de 21 años estudia Psicología en Santiago y durante los dos primeros años de carrera se vio obligado a distribuir su tiempo entre dos ciudades. «Entre semana vivía y estudiaba en Santiago», dice, «pero durante esos dos años iba todos los fines de semana a trabajar a A Coruña». Después de dos años, la burbuja explotó, y Carlos decidió dejar el trabajo ante la imposibilidad de rendir adecuadamente en la época de exámenes finales si mantenía ese ritmo de vida.

Ahora trabaja como monitor en un escape room, donde tiene unos horarios más flexibles. Además, decidió cambiarse a la UNED (la universidad a distancia) para terminar de compaginar sus horarios de la mejor forma. «Me metí en esto porque me hacía falta el dinero, y espero dejarlo en cuanto me lo pueda permitir, aunque creo que no va a ser pronto», afirma. Según Carlos, compaginar trabajo y estudios hace madurar a una persona, pero, aun así, afirma que no se lo recomendaría a nadie. «Yo lo hago por necesidad, pero no creo que sea beneficioso para nadie si tu situación no te obliga a hacerlo», reflexiona.

María Cordobés compagina el Bachillerato nocturno con su empleo de camarera
María Cordobés compagina el Bachillerato nocturno con su empleo de camarera JOSE PARDO

Bachillerato nocturno y hostelería

Desde septiembre, María Cordobés compagina el Bachillerato nocturno con su empleo de camarera. Esta ferrolana de 19 años es la primera vez que estudia y trabaja a jornada completa, aunque antes desempeñó otros empleos. Antes de llegar al bar en el que está ahora, María pasó un verano en una pizzería, hasta que empezó el curso y le dijeron que «no querían a nadie que estuviese estudiando». Luego estuvo durante los fines de semana en un restaurante, como auxiliar de cocina, pero al final dejó de estudiar porque necesitaba trabajar a tiempo completo.

Este curso retomó el Bachillerato, aunque reconoce que a algunas clases no puede ir porque no consigue cuadrar horarios. «Compaginar los estudios con un trabajo así es difícil, sobre todo si te lo quieres tomar en serio y sacar buenas notas», explica. El objetivo de María es tener una buena media para poder entrar en un ciclo superior de Informática, aunque por el momento no dispone de todas las horas que le gustaría dedicar a los estudios.

Además de estudiar Administración y Dirección de Empresas, Isidro Losada trabaja en una tienda de deportes
Además de estudiar Administración y Dirección de Empresas, Isidro Losada trabaja en una tienda de deportes

Un buen comienzo

Entre los que se estrenan en lo de compaginar trabajo y estudios está Isidro Losada (A Coruña, 1997). «Llevaba buscando trabajo desde principios de año. Cuando ya casi me había olvidado, recibí una llamada de una tienda de deportes en abril. Me alivió mucho, la verdad», explica. Isidro estudia Administración y Dirección de Empresas en la Universidade da Coruña y empezó a trabajar para coger madurez y liberar a sus padres de carga económica. «Sé que mantener a un estudiante no es barato», dice entre risas.

Lo más complicado para él fue enfrentarse a la época de exámenes finales al comenzar a trabajar. «Al principio claro que cuesta organizarse, pero creo que es cuestión de establecer unas prioridades claras. Si lo haces, tienes tiempo para estudiar, salir con tu novia o ir a tomar algo con tus amigos». A la hora de recomendar este estilo de vida, a Isidro le entran las dudas. En principio afirma que sí, que a él le ha ido bien, pero reconoce que es afortunado: «Estudiar y trabajar sí que es compatible. Te puedes agobiar un poco cuando ves que todo se junta, pero nada más. Yo no he tenido nunca ningún problema como faltar a clase o no tener tiempo para estudiar un examen, pero hay casos muy diferentes al mío. Al trabajar media jornada estoy más cómodo, pero un trabajo a jornada completa sí que lo vería inviable».

Su experiencia, aunque corta, está siendo agradable. Afirma que todo el mundo que debería probarlo, porque «trabajar te abre más al mundo y te hace ver las cosas desde una perspectiva más madura. Te das cuenta que todo tiene su esfuerzo detrás y que nadie regala nada. Yo pienso seguir así un tiempo», concluye.