Chequeo al Camino Portugués: «Cuidado, limpio y bien señalizado»

Uxía López Rodríguez
uxía lópez PADRÓN / LA VOZ

GALICIA

MERCE ARES

Esta ruta está en auge y es la gran alternativa a la francesa, que algunos ya consideran saturada

12 ago 2019 . Actualizado a las 05:00 h.

El Camino Portugués es el segundo con mayor afluencia de peregrinos, tras el Francés. El año pasado, un total de 67.822 caminantes, que representan más de un 20 % del total, eligieron este itinerario, según datos oficiales de la Oficina del Peregrino de Santiago. Este año la cifra podría crecer a la vista de la afluencia en la ruta, que comenzó a notarse en el mes de abril con un goteo constante de caminantes, muchos de ellos extranjeros, y que fue a más conforme avanzaron los meses de primavera y verano.

Así, la variante portuguesa del Camino de Santiago está en auge. La mayor parte de los peregrinos parten de Tui y, a su llegada a Padrón, considerada la última etapa de la ruta y lugar jacobeo por excelencia, muchos coinciden en valorar que el itinerario está «bien cuidado y limpio» y, sobre todo, «perfectamente indicado; no te pierdes y eso que andas con miedo a que te pueda pasar», tal y como opina un caminante llegado de Jaén que estos días recorrió el Camino por primera vez y aseguró que «es todo un descubrimiento».

LA CARA. Recorrer este tramo empedrado y a la sombra del núcleo de O Faramello, en Rois, es uno de los mejores momentos que depara el Camino Portugués poco antes de llegar a Santiago.
LA CARA. Recorrer este tramo empedrado y a la sombra del núcleo de O Faramello, en Rois, es uno de los mejores momentos que depara el Camino Portugués poco antes de llegar a Santiago. MERCE ARES

A su paso por Padrón, más de un peregrino también coincide en señalar que lo peor son los tramos urbanos del Camino y que les gustaría «caminar más por bosques», como suponen que hacían «los peregrinos de antaño». Bosques como el que se encuentran a la altura de O Faramello, en el municipio de Rois, a quince kilómetros de la meta de Santiago y donde la Xunta desvió recientemente, de forma acertada, el trazado oficial para apartarlo del arcén de la vía N-550 y, con ello, garantizar la seguridad de los peregrinos.

Así, el itinerario discurre ahora por una zona boscosa que incluye un tramo del antiguo Camino Real, empedrado y a la sombra. Sin duda, uno de los lugares más bonitos del último tramo de la ruta portuguesa, en el que los peregrinos pueden disfrutar de la paz de la naturaleza alejados del ruido del tráfico de la nacional.

Los peregrinos valoran las zonas verdes y recelan de los tramos más urbanos

Asfalto y carretera condicionan el tramo que discurre por Padrón, concello que, por otra parte, tiene en su rico patrimonio uno de los grandes compañeros del peregrino. Pero la N-550 también marca el trazado, de modo que el caminante tiene que cruzar en más de una ocasión la vía. Sucede, por ejemplo, en lugares como Iria-Flavia, A Escravitude o A Picaraña, en todos los casos utilizando para ello pasos de peatones que no están regulados con semáforo.

LA CRUZ. No es de los tramos más feos del Camino Portugués, pero la entrada en el municipio de Padrón a través de A Ponte, tras cruzar el puente sobre el río Ulla, no se presta a grandes fotografías.
LA CRUZ. No es de los tramos más feos del Camino Portugués, pero la entrada en el municipio de Padrón a través de A Ponte, tras cruzar el puente sobre el río Ulla, no se presta a grandes fotografías. MERCE ARES

Pese a que los «tramos urbanos son lo peor del Camino», como opinan unas peregrinas llegadas de Valladolid, hay otros que destacan la naturaleza del itinerario y hasta las «casas adornadas» que se encuentran y que creen que están así para que los caminantes se recreen la vista. Así sucede, por ejemplo, en el núcleo de Angueira de Suso, en la parroquia padronesa de Cruces, donde hay varios inmuebles de piedra restaurados con buen gusto.

«Muy llano y variado» y «muy organizado» o «muy bien señalizado» son otras opiniones sobre la ruta portuguesa cuando se les pregunta a los peregrinos a pie del camino. Y entre las etapas que destacan, más de uno se refiere a la comprendida entre Caldas y Padrón, por tener más zonas verdes y menos asfalto.

La carretera N-550 condiciona buena parte del trazado en la última etapa del itinerario

En este sentido, la Xunta intentó algún desvío del trazado oficial en zonas que discurren pegadas a la carretera N-550 para reconducirlo por tramos más verdes y seguros, pero, en algún caso, se ha topado con la oposición de ayuntamientos que, a su vez, se hacen eco de las protestas del sector de la hostelería, que no quiere que los peregrinos dejen de pasar por delante de sus puertas, una vez que el Camino es ya un importante motor económico de municipios como el de Padrón.

La afluencia de peregrinos va a más y conlleva la apertura de albergues privados

Padrón es un buen ejemplo del crecimiento que ha experimentado el Camino Portugués en los últimos tiempos. Desde el año 2014, cuando abrió el primero de los albergues privados (hasta entonces funcionaba el público y un pabellón polideportivo), en la capital del Sar trabajan nueve alojamientos y hay en previsión alguno más, sin contar hostales, pensiones, hoteles y viviendas de uso turístico. El crecimiento de la ruta es tal que, en los últimos años, todo es poco para meses como el de agosto, cuando es habitual que no haya plazas libres, y más si se trata de grupos. De hecho, estos recurren incluso al convento franciscano de Herbón, que este verano también ha tenido que rechazar solicitudes de alojamiento por falta de espacio, tal y como confirmó el prior Francisco Honrubia.

Albergues pero también otros servicios en la ruta pensados para el peregrino, como precios reducidos en hostales; menús especiales para comer en locales de hostelería; puntos de venta de recuerdos vinculados al Camino pero también al lugar de paso, e incluso una lavandería en Padrón que abrió, en principio, para dar servicio a los peregrinos aunque ahora su clientela es variada.

Por su parte, el Concello lucha para que la Xunta reconozca un camino histórico que está documentado: el que antaño recorrían los peregrinos que, tras llegar a Santiago y visitar la tumba apostólica, emprendían camino a Padrón para visitar sus principales lugares jacobeos. Este camino ya está señalizado con indicadores azules y coincide con el tramo inverso de Padrón a Santiago.

Más seguridad

A año y medio del Año Santo, todo apunta a que la variante portuguesa confirmará su condición de alternativa al Camino Francés, más saturado (en 2018 este último recibió casi el 57 % de todos los caminantes que pasaron por la Oficina del Peregrino de Santiago). Una alternativa, la portuguesa, que combina zonas verdes y tramos urbanos, siendo en estos últimos donde hay una asignatura pendiente, la de garantizar la seguridad de los peregrinos en los trazados marcados peligrosamente por vías como la N-550. Así, es necesario tomar medidas en puntos en los que los caminantes cruzan la carretera sin más seguridad que la de un paso de cebra sin semáforo o incluso sin ningún tipo de señalización, como sucede en Pazos, en Padrón.