La cara y la cruz de las oposiciones

GALICIA

miguel souto

Tres gallegos que se presentaron a las pruebas para profesorado de secundaria cuentan su experiencia

04 ago 2019 . Actualizado a las 12:25 h.

Presentarse a las oposiciones a veces es como tirar una moneda al aire. Aunque aprobar es cuestión esfuerzo, la suerte puede jugar un papel clave. Es el caso de Jorge Torres, que no aprobó la segunda fase -una exposición ante tribunal- porque no contaba con pasar la primera. Él representa la cruz de estas pruebas. Isabel Fernández, que será profesora de Física y Química, y Andrés Rodríguez, que impartirá Geografía e Historia, encarnan la cara de la moneda.

El ferrolano Andrés Rodríguez todavía está asimilando el éxito que supone sacar plaza en la primera oposición que preparó. Licenciado en Humanidades, con solo 25 años se convertirá en profesor de Geografía e Historia en Secundaria. «Los exámenes este año fueron bastante difíciles, pero por suerte me tocaron temas que me apasionan. Mi práctico por ejemplo fue sobre Goya y Velázquez». Quizás por eso sacó una de las mejores notas de su tribunal. La constancia y estar motivado fueron dos de sus claves, aunque también apunta la importancia de haber dado con un buen preparador y un grupo de compañeros que se apoyaron entre sí en los momentos bajos. Ahora, además de tocar hard rock con su grupo Far Away Place, está enfrascado en el papeleo que viene tras el aprobado -«hay una burocracia tremenda, es casi hacer otra oposición», bromea-. Para la asignación provisional ha solicitado entre otros, su antiguo instituto: «Si me lo dan será raro encontrarme con que profesores que me daban clase hace solo siete años son ahora mis compañeros», reflexiona. Él, que es hijo de maestra y que siempre tuvo cierta vocación por la enseñanza, tiene claro qué tipo de profesor quiere ser: «De nada sirve saber la fecha en que murió Carlos V si sales y acosas a un compañero. Hoy hace falta una formación íntegra y en valores, y la Geografía y la Historia se prestan mucho para eso. Me gustaría que mis alumnos, cuando pasen los años puedan decir ''tuve un buen maestro''».

Andrés Rodríguez Pazos, opositor que sacó plaza de secundaria en Xeografía e Historia
Andrés Rodríguez Pazos, opositor que sacó plaza de secundaria en Xeografía e Historia JOSE PARDO

La gondomareña Isabel Fernández intentó sacar la plaza por primera vez en el 2016: «Me presenté cuatro veces, pero si te esfuerzas y trabajas duro consigues lo que te propongas». Para ella la clave estuvo en la preparación: probó diferentes sistemas hasta que dio con la academia adecuada. «Es verdad que hay que trabajar, hay que estudiar y tienes que sacrificar mucho de tu vida personal. Yo los fines de semana no he tenido vida familiar. Tengo dos hijos y prácticamente no hice nada con ellos», cuenta. Además, tuvo que compaginar el trabajo con el estudio porque la llamaron para hacer una sustitución en marzo: «Es verdad que no vas al mismo ritmo, pero si te empeñas si que sigues estudiando», reconoce. Sus motivaciones fueron la estabilidad que proporciona la plaza y su pasión por la educación: «Aunque me metí en el mundo de la pública en el 2016, siempre he ayudado a los amigos de mis hijos en las asignaturas de ciencias. También trabajé en Academia Postal con gente que ni trabajaba ni estudiaba». Isabel ya tiene 47 años y una amplia trayectoria académica. Hizo la tesis doctoral en Químicas, pero las exigencias de movilidad que exige el sistema universitario le impidieron continuar por ese camino. «Prioricé mi vida personal. Tenían prioridad mis hijos y me dediqué a cosas que me permitieran criarlos», dice.

Isabel Fernández consiguió plaza de profesora de Física o Química
Isabel Fernández consiguió plaza de profesora de Física o Química Oscar Vázquez

El naronés Jorge Torres, que se quedó a las puertas de la plaza, coincide en que el trabajo es la clave: «Me falló el tiempo de preparación. Lo llevaba un poco a medias porque no contaba con pasar la primera fase». Lo volverá a intentar en la próxima convocatoria, pero reconoce que se ha quedado con una sensación agridulce: «Por una parte estoy contento. Considero que es llegar lejos. Acabas en una posición bastante decente en las listas a la hora de trabajar el año siguiente, lo cuál te dará puntos. Por otra parte, siento decepción. Quedarte tan a las puertas fastidia». Como la oposición se resolvió con tres plazas sin cubrir, se ha puesto en contacto con un sindicato para saber si hay posibilidades de que se repartan entre los primeros de la lista, pero la Administración aún no ha dado respueta. «En ese sentido es un poco opaco todo. Sin saber qué va a pasar, qué van a hacer», manifiesta. En su caso, hubo varias razones que lo llevaron a presentarse a las oposiciones: «Estudié Geografía y mi intención inicial era tirar por el desarrollo urbanístico, pero me pilló la crisis. Ya había barajado alguna la opción del profesorado y al hacer las prácticas del máster el mundillo me gustó».