El PSOE encauza la negociación de las investiduras con Ourense en el aire

Domingos Sampedro
domingos sampedro SANTIAGO / LA VOZ

GALICIA

Pedro Sánchez, en el mitin que dio en A Coruña durante la campaña de las municipales y las europeas
Pedro Sánchez, en el mitin que dio en A Coruña durante la campaña de las municipales y las europeas MARCOS MÍGUEZ

El BNG valora quedarse fuera del gobierno de todas las ciudades, excepto Lugo

06 jun 2019 . Actualizado a las 05:00 h.

Faltan nueve días para la sesión constitutiva de las nuevas corporaciones locales y, después de revisar con calculadora todas las combinaciones posibles, ha llegado el momento de intensificar el cruce de llamadas para negociar diferentes fórmulas de gobernabilidad en los 95 ayuntamientos gallegos que carecen de mayoría absoluta, entre los que se incluyen todas las ciudades excepto Vigo, así como las cuatro diputaciones provinciales. El PSdeG-PSOE, que aspira a obtener a través de los pactos la mayor cuota de poder institucional de su historia, se ha puesto manos a la obra encauzando las conversaciones para asegurar las investiduras, aunque con Ourense todavía en el aire.

Las negociaciones van a tener la máxima formalidad en la ciudad de Lugo, donde los socialistas (8 concejales) confían en alcanzar un acuerdo con el BNG (5 concejales) para formar un «gobierno estable», manifestó ayer Miguel Fernández, portavoz del ejecutivo local. Ambas delegaciones, la socialista y la nacionalista, mantendrán este jueves la primera reunión oficial para discutir sobre la formación de un bipartito que garantizaría mayoría absoluta en la corporación, un acuerdo que en un segundo momento puede servir de faro para la Diputación lucense.

El único obstáculo para el pacto es la investigación judicial que pesa sobre la alcaldesa y aspirante a la reelección, Lara Méndez, algo que en el 2015 ya dejó a López Orozco en la cuneta. No obstante, las fuentes consultadas en el BNG sostienen que la imputación de la alcaldesa no tiene nada que ver con la corrupción política, pues se trata de una «cuestión administrativa» que puede ser reconducida. Así que, sorteado este escollo, lo que hay que definir es el reparto de áreas y el programa común de gobierno para el mandato de cuatro años.

El anhelo del PSdeG de lograr el bastón de mando en seis de las siete alcaldías urbanas, todas menos Pontevedra, donde el nacionalista Miguel Anxo Fernández Lores tiene asegurada su continuidad, puede toparse con algunas dificultades en Ourense. En la capital de As Burgas, los socialistas de Rafael Rodríguez Villarino se convirtieron en la fuerza más votada, algo que solo había logrado antes en una ocasión: con Veiga Pombo en 1991.

No obstante, ser la fuerza con más respaldo no significa que Rodríguez Villarino tenga despejada la investidura, ni mucho menos, pues los propios socialistas temen que se produzca un pacto entre el PP y Democracia Ourensana, segunda y tercera fuerza, respectivamente, para repartirse tanto el gobierno de la ciudad como el de la Diputación.

El foco coruñés

Junto a Lugo y Ourense, otro foco de las negociaciones para conformar los gobiernos locales está puesto en la provincia coruñesa, donde los socialistas confían en sustituir a las mareas en las alcaldías de A Coruña, Santiago y Ferrol, aparte de reeditar el bipartito con el BNG en la Diputación provincial.

Solo en Santiago está asegurada de antemano la investidura del candidato socialista, Xosé Sánchez Bugallo, en ausencia de pacto de investidura, como representante de la lista más votada. Así que, más que en la investidura del sábado día 15, Bugallo está barruntando ya con la idea de constituir el gobierno local el lunes día 17, gobierno que sería monocolor del PSdeG, pues tanto Compostela Aberta como el BNG refrendaron su vocación de permanecer en la oposición. La única posibilidad de que fuera investido un alcalde diferente a Bugallo dependería de que el PP hiciera bascular sus votos en favor de Martiño Noriega, operación que tiene muy pocas o nulas posibilidades.

En Ferrol ya se produjeron conversaciones en varias direcciones que dejaron entrever el deseo del alcaldable socialista, Ángel Mato, de formar un tripartito con Ferrol en Común (FeC) y el BNG, si bien los nacionalistas no tienen como prioridad número uno la de compartir gobiernos con las fuerzas rupturistas.

En A Coruña, en cambio, nadie sabe ni contesta. El BNG celebró ayer el consello local para dejar clara su vocación de asegurar la investidura de la socialista Inés Rey, pero entendiendo que un resultado de dos concejales de 27 los sitúa en la oposición. Marea Atlántica, que hoy se reúne a su asamblea para definir la hoja de ruta a seguir, también desliza que la investidura de la alcaldable socialista estaría garantizada, pero otra cosa distinta es la gobernabilidad, un matiz que pueda dejar al PSdeG con un gobierno minoritario de solo 9 concejales, a cinco de distancia de la mayoría absoluta.

Negociación en dos fases

En todo caso, las negociaciones que siguen al 26M se están abordando en dos fases. En primer lugar se tiene que definir lo urgente, que es la investidura de los alcaldes. Y después tiempo habrá para seguir hablando entre bambalinas sobre la posibilidad de formar gobiernos de base más amplia. El PSOE está orientando su estrategia a cogobernar con el BNG allá donde sea posible, pero el Bloque, como apuntó su portavoz nacional, Ana Pontón, «sabemos gobernar pero tamén sabemos facer oposición», así que el papel ejecutivo no va a ser su obsesión.