El PPdeG limita su fracaso a Vigo y evita abrir más crisis en clave local

Juan María Capeáns Garrido
Juan Capeáns SANTIAGO / LA VOZ

GALICIA

Feijoo, en una reunión de la dirección del PPdeG
Feijoo, en una reunión de la dirección del PPdeG XOÁN A. SOLER

El partido elude nuevos frentes con candidatos para centrarse en reforzar la marca

05 jun 2019 . Actualizado a las 05:00 h.

Al PPdeG le parecen suficientes las duras críticas y los análisis externos que han escuchado en los últimos días y no están dispuestos a alimentarlos con más argumentos desde dentro. Habrá una auditoría política interna e intensa de lo ocurrido hace dos domingos, pero el ajuste fino lo van a asumir desde este miércoles las directivas provinciales, que sin armar excesivo revuelo van a poner la lupa «barrio a barrio» para analizar los lugares en los que flojeó la marca o el candidato. O al revés, que algún caso positivo también hay.

Feijoo presidió ayer un encuentro vespertino con todos los referentes territoriales y con cargos relevantes en el que se intentó transmitir un equilibrio entre la autocrítica por unos resultados que no responden a los objetivos pero que al mismo tiempo reflejaron una cierta resistencia del partido, teniendo en cuenta que las cuotas de poder cedidas en el 2015 fueron mucho mayores. Lo que se quiere evitar ahora a toda costa es un desgaste innecesario abriendo nuevos frentes y crisis orgánicas en clave local. Para eso ya está Vigo y allí han reaccionado «en tiempo real, porque era necesario», reconocen fuentes del partido. El golpe ha sido tan duro en la ciudad más poblada de Galicia que los analistas orgánicos hasta han optado por hacer radiografías electorales sin tener en cuenta el fenómeno distorsionador que supone Abel Caballero. Y aislando esa plaza, donde han cortado por lo sano con la dimisión en bloque de los candidatos, una de las conclusiones de los populares es que, al margen de las apariencias mediáticas, en el resto de las ciudades no han ido tan mal las cosas, y, sin embargo, han existido leves retrocesos en concellos más rurales que pueden ser decisivos para alcanzar la victoria en las autonómicas.

Hay nuevo rumbo hacia el otoño del 2020 y un viejo mantra: evitar a toda costa la sensación ciudadana de que el PP genera problemas políticos y que la estabilidad que aporta una mayoría es siempre parte de la solución. «Hai que traballar para a xente, non para o partido», resumía el secretario general Miguel Tellado antes del encuentro.

Ourense y Santiago

Respondiendo a esa filosofía, y con ánimo de zanjar por un tiempo el capítulo de las locales, se dejará trabajar a largo plazo a los candidatos de A Coruña, Ferrol, Lugo y Pontevedra, y habrá reflexiones en diferido en Ourense y en Santiago. En el primer caso se hará una segunda vuelta cuando se solventen los complejos gobiernos de la capital y de la Diputación, y en Compostela habrá tiempo para un planteamiento más tranquilo que no genere interferencias inmediatas. De hecho, no se descarta un protagonismo proactivo por parte de los populares si finalmente Sánchez Bugallo opta por gobernar en solitario y necesita apoyos para sacar adelante asuntos estratégicos para la ciudad como el Xacobeo 2021. Pero el objetivo general será poner el ojo y airear la más mínima fricción que tengan los socialistas y sus socios, ya sean fijos o eventuales.

Otra de las máximas que la dirección del partido transmitió a sus líderes provinciales es la de tomar cualquier decisión con sosiego y acorde al nivel de exigencia que requiere un partido necesitado de mayorías en solitario porque, de momento, no puede recurrir a Ciudadanos o Vox para sumar gobiernos estables. En ese punto, el objetivo es trasladar el problema al bloque de izquierdas, con un BNG frenado en las municipales que ha esquivado el escrutinio popular; y unas mareas en descenso a las que se mantendrá un marcaje férreo porque son claves en la aritmética de los socialistas.