Las víctimas del accidente de la AP-9: una promesa del fútbol sala, un buen estudiante y una aficionada a la hípica

Nieves D. Amil / J.R. / Manu Otero REDACCIÓN / LA VOZ

GALICIA

Sofía Pérez, Bieito Lobera y Sara Cal perdieron la vida el miércoles en un terrible accidente a la entrada de Vigo

04 jun 2019 . Actualizado a las 18:48 h.

Una trágica fatalidad terminaba el miércoles con la vida de tres jóvenes de solo 17 años. Sofía, Bieito y Sara son las víctimas mortales del accidente que tenía lugar a la entrada de la ciudad de Vigo, en plena AP-9.

Ellos y los supervivientes acababan de graduarse y se preparaban para ir a la Universidad. Cuatro jugaron al fútbol en el Choco.

Promesa del fútbol sala con alma de locutora radiofónica

Sofía Pérez Fernández estaba decidida a matricularse en periodismo

Nieves D. Amil

Sofía Pérez tenía alma de periodista. A punto de hacer la selectividad, estaba decidida a matricularse en periodismo. Pero su vocación varió un poco en los últimos días. Más que la prensa, le llamaba la radio, por lo que creyó que estudiar Comunicación Audiovisual le sería más enriquecedor, aunque eso la obligase a dejar otra de sus pasiones, el fútbol sala. Jugaba desde hace un año en el Cidade de Pontevedra. Su enorme proyección la llevó esta temporada al club que dirige Manuel Piñón. Abatido por una tragedia que le toca muy de cerca, este recordaba que «era una niña de futuro, muy humilde y trabajadora». A sus 17 años jugaba como ala y su calidad la llevó al primer equipo en muchas ocasiones.

La muerte de Sofía en el accidente de tráfico de la AP-9 en el que murieron otros dos amigos de la joven, ha conmocionado al mundo del deporte y a Redondela, localidad en la que vivía la joven. Y es que Sofía jugaba en el Cidade de Pontevedra, pero había estado en el Poio Pescamar y otros clubes de la comarca.

La joven estudiaba en el IES Mendiño de Redondela, donde estaban preparando la graduación de los alumnos de segundo de bachillerato para este sábado. Ya estaban en los últimos días antes de la selectividad y pensando en su vida universitaria. Ayer decidieron pasar la tarde en la playa antes de regresar a sus casas. El fatídico accidente frenó de golpe todos sus proyectos poco después de las nueve de la noche.

El sábado también tendría su último partido de liga contra el Bembrive, en Vigo. «Ahora estamos en contacto con la federación para ver si se le hace un homenaje, el partido se ha suspendido», explicaba Manuel Piñón, que ayer acudió al hospital y al lugar del suceso.

Sofía, al igual que su familia, era miembro de la peña celtista Viaductos de Redondela

Buen estudiante, trabajador, futbolero, responsable y familiar

Bieito Lobera Rodríguez tenía 17 años y era natural de Pazos de Borbén

Javier Romero

Eligió la rama de ciencias para encaminar sus estudios superiores. Por delante, ese verano tan especial a mitad de camino entre el final del instituto y el salto a la universidad. Bieito Lobera, de 17 años y natural de Pazos de Borbén, posó el miércoles por la mañana, con el resto de la promoción, para las fotos de la orla que los recordará para siempre en el IES Mendiño, centro que fue su casa durante los dos últimos años (estudió la ESO en el IES Illa de San Simón). Ya por la tarde, parece que para ver la final de la Europa League, salieron de Redondela. Un accidente truncó la vida de este buen estudiante, con un expediente notable y trabajador. El negocio familiar, una tienda de productos tradicionales en el barrio de Vilavella, A Tenda da Loura, hizo de Bieito un joven conocido por la ayuda que prestaba a sus padres en épocas vacacionales. También lo recuerdan con cariño en un furancho de la zona. Allí empezó a trabajar hace un mes, el tiempo suficiente para que los propietarios, ayer, entre lágrimas, lo recordaran con cariño y lo describan como un joven dispuesto. La dirección está tan afectada que no abrirán el negocio en una semana por lo ocurrido.

El fútbol era otra pasión de este joven de Pazos de Borbén. Durante varias temporadas se formó en las categorías base del Choco de Redondela, hasta que esta temporada se marchó para el equipo de su pueblo, el Nespereira de Pazos. Un allegado de Lobera, conmovido, dejó para el recuerdo una sentida frase que lo retrata: «Bieito era de poucas palabras, retranqueiro, respectuoso e moi intelixente. Quería facer unha enxeñaría. Estamos ben seguros de que, ademais de seren unha persoa engaiolante tería dado un gran enxeñeiro, dos que fan grandes cousas».

Aficionada a la hípica y al piragüismo que el domingo cumplía 18

De carácter alegre, se había adaptado a la perfección a Redondela

Manu Otero

Ser una recién llegada a Redondela no supuso para Sara Cal ningún impedimento para integrarse rápidamente en el instituto Mendiño en el que se matriculó para estudiar bachillerato. Quienes la conocían destacan de ella su carácter alegre y su sonrisa contagiosa, cualidades que le facilitaron una tarea, la de tratar con desconocidos en un sitio extraño, que a muchos jóvenes de su edad les suele resultar muy complicada. Antes de ganarse a sus amigos de Redondela, con los que este domingo iba a celebrar su mayoría de edad, había hecho lo mismo con los de su Vilaboa natal. Creció en la parroquia de Figueirido, donde está la casa familiar de los Veiga, y a los doce años, en una actividad escolar, descubrió una de sus más grandes aficiones: el piragüismo.

«Llegó en el 2013, le gustó y se quedó dos temporadas más», explica Cuqui, su entrenadora en el Club Piragüismo Vilaboa, en cuyas redes compartieron una foto suya remando con la leyenda: «Nunca olvidaremos tu sonrisa». A pesar de iniciarse a una edad tardía, esta palista de apellido ilustre, destacó por sus buenos resultados en categoría Alevín e Infantil. En los campeonatos solía moverse entre las diez mejores clasificadas. Pero con el paso de los cursos, tanto los estudios como los deportes comienzan a requerir más tiempo. Y el corazón de Sara latía más fuerte por la hípica, deporte que también practicaba desde niña y siempre a lomos de un caballo del que no podía separarse, que por la piragua. Así acabó su periplo en un club en el que dejó una huella imborrable. La misma que en Figueirido, donde esta tarde tendrá lugar un funeral al que asistirá todo el pueblo, pues su familia -es bisnieta del fotógrafo y exconcejal de UCD, Manuel Dacosta- es muy conocida en Vilaboa.