Dudas en los concellos sobre cuándo empezarán los desbroces de Seaga

Mónica Pérez Vilar
Mónica P. Vilar REDACCIÓN / LA VOZ

GALICIA

Un operario hace labores de limpieza en un monte pontevedrés
Un operario hace labores de limpieza en un monte pontevedrés emilio moldes

La constitución de las corporaciones podría retrasar la aprobación de planes antiincendios

29 may 2019 . Actualizado a las 22:03 h.

Las limpiezas de matorral y vegetación que Xunta y Fegamp quieren llevar a cabo en 4.500 hectáreas de un total de 68 parroquias gallegas con alto riesgo de incendio avanzan a paso lento. Estaba previsto que Seaga realizase estos trabajos de desbroce entre mayo y junio, pero, a punto de terminar el primero de esos meses, aún no ha sido posible ponerse manos a la obra.

En el municipio lucense de Sober están previstas actuaciones en núcleos de las parroquias de Doade y Anllo, pero el alcalde, Luís Fernández (PP), confirma que todavía están por realizar las reuniones con comunidades de montes y propietarios para determinar quienes quieren adherirse a a esta iniciativa que les permitiría limpiar sus terrenos a un precio fijo de 350 euros la hectárea. Fernández espera que esos encuentros tengan lugar en la primera quincena de junio y que tras ellos, Seaga pase a actuar «de inmediato».

Otro de los concellos acogidos al convenio, el de Ribadeo, también reconoce que aún tienen que definir con la empresa pública la fecha y actuaciones concretas que llevarán a cabo en este ayuntamiento lucense para cumplir con la ley en las franjas de seguridad de 50 metros que rodean núcleos, edificaciones o instalaciones.

Más cortante resulta la respuesta en Valdoviño: «estamos acollidos ao convenio pero non temos noticia ningunha de Seaga», asegura Benito Vega, tercer teniente de alcalde de este concello coruñés en el que el PSOE ha logrado retener la alcaldía.

En Soutomaior (Pontevedra) tienen asignadas más de 300 hectáreas de limpieza a través del convenio firmado por Xunta, Fegamp y Medio Rural. «Somos dos poucos concellos onde está previsto que se limpen a totalidade das franxas», explica el alcalde Agustín Reguera (PP). Sin embargo, tampoco tienen fecha para que comiencen los trabajos. «Eu espero que a primeiros de xuño poidan empezar. Limparán todo o que lles dea tempo, así que agardo que este verán teñamos menos risco de incendios», señala el regidor.

Precisamente este municipio pontevedrés ha recibido uno de los 34 primeros planes municipales de prevención y defensa contra los incendios forestales remitidos por la Xunta y realizados al amparo del convenio. Los servicios técnicos municipales ya lo están revisando, y lo mismo están haciendo en O Barco, Lousame o Ribadeo.

En este último ayuntamiento ya tienen prevista su elevación a pleno y, posteriormente, someterán el plan a información pública, antes de remitirlo a los servicios territoriales de Medio Rural. Una tramitación que no podrá arrancar antes de que se constituya la nueva corporación municipal el próximo 15 de junio. Así las cosas, ven complicado que el documento entre en vigor antes de que el verano esté avanzado y la época de alto riesgo de incendios esté en pleno apogeo.

Escasez de medios

Aun sin plan antiincendios, los concellos gallegos ya han puesto en marcha la maquinaria de prevención. En Arteixo, por ejemplo, tres tractores municipales se encargan de limpiar los casi 400 kilómetros de caminos de este municipio coruñés y una empresa externa trabaja en pistas forestales. Además el concello ha enviado unas 3.000 cartas a propietarios de fincas particulares recordándoles la obligación de acondicionarlas. Aseguran que el nivel de cumplimiento suele ser alto.

En Valdoviño, a los operarios municipales se ha sumado hace unas semanas una empresa contratada a través de una subvención. Sin embargo, no dan abasto. «Temos dous operarios municipais para case 90 kilómetros cadrados de concello», dice Benito Vega. Explica también que el ayuntamiento ya ha tramitado todas las denuncias de vecinos sobre fincas sin limpiar -43 en lo que va de año- pero que les resulta imposible actuar de oficio por falta de medios. También Ribadeo lamenta no tener capacidad para controlar el cumplimiento de la ley de prevención de incendios en la totalidad del municipio. El año pasado gastaron 10.000 euros en contratar un helicóptero que les ofreció una panorámica del concello, lo que se tradujo en el envío de más de mil avisos a dueños de parcelas sin rozar, pero apuntan que resulta imposible hacer ese desembolso todos los años. Con todo, han tratado de continuar el trabajo del 2018 y ya están preparando la ejecución subsidiaria de limpiezas en fincas de tres parroquias.

En Sober apelan a su histórico buen hacer en materia de prevención y aseguran que los habitantes del municipio están concienciados. «Esto es Galicia, aquí cando un veciño cumpre, cumpre o do lado», afirma Luís Fernández.