Debate: ¿el sistema de selectividad es bueno para entrar en la universidad?

Alumnos y directores de institutos difieren en su visión sobre unas pruebas de cuyo resultado depende en buena medida la posibilidad o no de optar por unos determinados estudios superiores

Un año más la realización de las pruebas de selectividad enciende el debate entre los partidarios de este sistema de evaluación para el acceso a la universidad y quienes consideran que es discriminatorio y está mal planteado. Nerea Edreira, responsable nacional de Erguer. Estudantes de Galiza, opina que la selectividad «está completamente elitizada, posto que algunhas das estudantes que non consigan a nota necesaria accederán a unha carreira privada onde a nota sexa inferior á publica. A idea é sinxela: que estuden os ricos». Por su parte, Isabel Ruso, presidenta de la Asociación de Directores de IES de Galicia (Addiga), cree que «es fundamental su realización por la necesidad de unificar criterios, tanto en lo que se refiere a los conocimientos o aptitudes mínimas que permitan al alumnado afrontar los estudios universitarios con garantías».


A favor

Una prueba necesaria, pero no exenta de problemas

La realización de una prueba que delimite quiénes son los que deben continuar su formación en la Universidad supone una enorme presión, no solo para el alumnado sino también para sus familias y profesorado, debido a la enorme carga curricular, la concentración de los exámenes en menos de tres días y lo esencial que es aprobar en la convocatoria ordinaria para acceder a la carrera deseada. Sin embargo es fundamental su realización por la necesidad de unificar criterios, tanto en lo que se refiere a los conocimientos o aptitudes mínimas que permitan al alumnado afrontar los estudios universitarios con garantías, como en lo que afecta al control del nivel de exigencia de los centros.

Partiendo de esta premisa podemos barajar la opción de optar por una prueba de acceso fundamentalmente memorística, o decantarnos por otra que suponga aplicar el razonamiento sobre los conocimientos adquiridos, o, quizá, por aquella que mida la madurez del alumnado poniendo a prueba su comprensión y sentido crítico, que se completaría con la realización de una parte específica organizada según las diferentes ramas universitarias.

Es un debate que venimos escuchando desde siempre y que no se puede resolver en unas líneas. Los cambios legislativos sufridos en la última década responden a la necesidad de adecuar la prueba a las demandas y objetivos de una sociedad del siglo XXI incorporando unas materias específicas que ponderan el acceso a algunas carreras con notas de corte, pero no hay que olvidar que la formación integral del alumnado debe ser algo esencial.

Además es importante analizar la gran diferencia en el nivel de dificultad y exigencia que existe entre comunidades autónomas, lo que ha supuesto que los resultados sean muy desequilibrados, saliendo los gallegos, entre otros, mal parados. Teniendo en cuenta que nuestro alumnado accede a universidades de todo el país es evidente que lo harían en clara desventaja. Por este motivo es fundamental la realización de una prueba única para toda España que garantice la igualdad de oportunidades.

La problemática de esta disparidad de pruebas de acceso pone en evidencia, una vez más, un sistema educativo sujeto a vaivenes políticos y coyunturales que perjudica gravemente la labor docente y, en consecuencia, la formación de futuras generaciones.

Autor Isabel Ruso Presidenta de la Asociación de Directores de IES de Galicia (Addiga)

En contra

Un sistema elitista e que marxina o uso do galego

Outro ano máis o estudantado galego terá que presentarse á proba de acceso á universidade, a ABAU, un conxunto de exames que limitan as opcións de estudo e son só unha parte máis da lei educativa española deseñada de costas á realidade galega e á comunidade educativa, sen ternos en conta a nós, as estudantes galegas.

Dedicamos anos de preparación que se demostran nuns poucos días, sendo decisivos para o noso futuro, ademais de confiarse a avaliación de dito exame a un profesorado externo que non está connosco día a día, nin coñece o noso progreso.

Continuando cos motivos para estarmos en contra, achamos que esta proba está completamente elitizada, posto que algunhas das estudantes que non consigan a nota necesaria accederán a unha carreira privada onde a nota sexa inferior á publica. A idea é sinxela: que estuden os ricos.

A presión e a cantidade de temario (visto está na ampliación de temas en Historia de España, engadindo o Neolítico) non axudan durante o curso académico, facendo que moitas estudantes abandonen os estudos. Porén, para o resto de estudantes o bacharelato convértese nunha competición para ver quen obtén a máxima nota.

Por outra parte, a chegada da Lomce veu acompañada da materia de Relixión, que computa para a media, e en moitos casos chega a ser unha materia obrigatoria pola dificultade de estruturación dos horarios.

A maiores o actual sistema educativo, lonxe de fomentar o uso do galego, segue sendo favorable ao uso do castelán, e mira cara a outro lado cando non se imparten as materias na nosa lingua. Con isto o que se consegue é que se fomenten prexuízos sobre o idioma e se dificulte a libre expresión deste.

Desta maneira, o último obxectivo da Lei Orgánica para a Mellora da Calidade Educativa (Lomce) é a formación de mozas e mozos.

Dende Erguer. Estudantes da Galiza esiximos a fin destas probas, xa que buscan un ensino onde a avaliación continua é reemprazada por un modelo neoliberal, elitista, retrógrado e con materias de primeira e de segunda.

A construción dun ensino público, galego, democrático, de calidade e feminista pasa pola total derrogación da Lomce; un ensino que acadaremos cunha lei galega de educación.

Autor Nerea Edreira Responsable Nacional de Erguer. Estudantes da Galiza
Votación
1 votos
Comentarios

Debate: ¿el sistema de selectividad es bueno para entrar en la universidad?