Fallece de un infarto Jorge Dorribo, el cabecilla de la operación Campeón

Miguel Cabana
miguel cabana LUGO / LA VOZ

GALICIA

OSCAR CELA

El empresario de la farmacéutica Nupel estaba en Barcelona por una feria profesional

17 may 2019 . Actualizado a las 08:59 h.

El controvertido empresario lucense Jorge Dorribo falleció ayer en Barcelona de un infarto, a los 54 años. Viajó a la Ciudad Condal por trabajo, al parecer a una feria profesional, porque había vuelto a empezar en los negocios. Tras ser detenido en la operación Campeón en mayo del 2011 había quedado libre después de pasar algunos meses en prisión preventiva. Tras la pérdida de sus empresas del grupo Nupel, había empezado otra vez con una tienda de muebles en el norte de Portugal y luego comerciando con quesos y con medicamentos, el sector que mejor conocía. Residía con su mujer en la zona de Vigo desde hacía unos siete años y había perdido el contacto con Lugo. Su chalé en una urbanización de la ciudad de la muralla, que pasó a manos de la Sareb, sigue a la venta a día de hoy sin hallar comprador. Dorribo deja viuda y tres hijos y parece que va a ser enterrado en Lugo, aunque ayer se desconocía cuándo se produciría el traslado del cadáver a su ciudad natal.

Jorge Dorribo Gude empezó vendiendo cremas y productos para la piel y luego montó un negocio de compra y venta de medicamentos que a partir del año 2000 despuntó hasta llegar a facturar casi cien millones de euros. Se convirtió en un benefactor y patrocinador de clubes deportivas en los años anteriores al 2010. En mayo del 2011 la jueza Estela San José puso en marcha la operación Campeón (Dorribo llamaba así familiarmente a sus amigos), que acabó con él en prisión preventiva por un fraude de casi cuatro millones de euros de subvenciones del Igape y préstamos avalados. Sus empresas no había realizado realmente las inversiones. Para que la jueza lo dejase salir de prisión se autoinculpó por dar sobornos a varios políticos, aunque nada se consiguió probar.

En el juicio contra él celebrado en octubre del 2017, fue condenado a cinco años y once meses de prisión y multas de seis millones de euros tras llegar a un acuerdo con el fiscal. También llegaron a acuerdos de pena once de los doce juzgados en la operación. Solo uno recurrió al Supremo al no estar de acuerdo. Este recurso dejó en suspenso temporalmente la sentencia y la entrada en prisión de Dorribo para cumplir los cinco años y seis meses, aunque tendrían que descontarle los meses ya cumplidos en preventiva. Los seis millones nunca los pagó porque se declaró insolvente y sus bienes fueron subastados, pero no llegaron.