Animalistas critican la falta de controles de alcohol y drogas en las cacerías gallegas

La Voz

GALICIA

Imagen de un cazador durante una batida
Imagen de un cazador durante una batida LIBERA Y FFW

Piden modificar la Ley de caza para incluir controles médicos y psicológicos regulares

11 may 2019 . Actualizado a las 15:15 h.

La Asociación Animalista Liber y la Fundación Franz Weber han criticado la falta de actuaciones respecto al consumo de alcohol y drogas durante las cacerías que se celebran en Galicia. 

La actual Ley de caza de Galicia prohíbe la caza bajo la influencia de «estupefacientes, alcohol, sustancias psicotrópicas o cualquier otra droga que altere sensiblemente las facultades normales del/de la cazador/a o su capacidad de reacción». La norma también establece que los cazadores deberán someterse a las pruebas para comprobar el consumo y efectos de estas sustancias «cuando estas fuesen requeridas por los miembros de los cuerpos de seguridad» y que se considerará como una falta grave no hacerlo -las sanciones por falta grave van de 601 a 6.000 euros y retirada de la licencia de caza de entre uno y cinco años-. En caso de detectar que caza bajo la influencia de alguna sustancia, se considerará falta muy grave -con un régimen sancionador desde los 6.001 a los 30.000 euros y la retirada de licencia entre cinco y diez años-.

Sin embargo, los animalistas señalan que la norma no contempla cuáles han de ser los máximos de alcohol en sangre para ser sancionados y que no se están llevando a cabo controles para detectar el consumo de sustancias entre los cazadores de la comunidad.

Controles médicos y psicológicos

Libera y Franz Weber también plantean una modificación de la Ley de Caza de Galicia para que incluya nuevos condicionantes a la hora de obtener y conservar la licencia de caza. Plantean la realización de controles médicos y psicológicos cada cuatro meses y que, si estos no son superados, la licencia sea retirada por ocho meses.

Ambas organizaciones aseguran que pretenden evitar los incidentes durante las batidas, como las caídas o golpes, así como las situaciones de riesgo que se vienen dando en los montes gallegos «donde senderistas, recolectores de setas o simples visitantes dejan de transitar por estos espacios naturales por miedo a recibir un disparo». Recuerdan, además, que en las batidas participan menores de edad como espectadores y acompañantes.