Hugo Bermúdez, enfermero: «En 12 años firmé 215 contratos»

R. DOMÍNGUEZ A CORUÑA / LA VOZ

GALICIA

MARCOS MÍGUEZ

Representantes de este colectivo irán de negro a las oposiciones del domingo para denunciar su eventualidad

11 oct 2019 . Actualizado a las 16:53 h.

Este domingo, 8.832 enfermeros se sentarán en Silleda para intentar lograr, por oposición, un trabajo que la mayoría llevan años desarrollando con decenas de contratos salteados. El movimiento En loita, en loito vestirá de negro como denuncia de una inestabilidad que para muchos dura lustros. Hugo Bermúdez Rilo (A Coruña, 1982) preside la Asociación de Enfermería Sociosanitaria de A Coruña, nacida para dar voz a los eventuales. Su caso, como el de tantos, refleja la problemática de un colectivo que en el 2017 decidió unirse para hacerse oír. «Empezamos nosotros, pero ahora el movimiento se ha ido extendiendo a toda Galicia, sobre todo en Pontevedra, con Eventuais en Loita, lo que es maravilloso», dice.

-¿La eventualidad es su cruz?

-Básicamente, sí. Es nuestra principal reivindicación. El número de plazas que salen es bajísimo, solo nos supera, a la baja, Aragón. Queremos denunciar la cantidad de contratos que soportamos… ¡Y que intenten vendernos que tenemos estabilidad!

-¿Cantidad? ¿Cuántos?

-Hay gente con 500. Yo, en doce años, 215 con el Sergas. He tenido contratos de días, y de medios días también. Y como yo, mucha gente. Con contratos de lunes a viernes, porque ahora han salido sentencias y nos tienen que asegurar el fin de semana, pero antes era descarado: te contrataban el lunes para la misma plaza que habías cubierto el viernes. Ahora, lo disfrazan más. Desde febrero estoy en el Chuac con lo que el conselleiro llamaría un contrato estable, una comisión de servicios que puede durar hasta octubre y, con suerte, hasta el año que viene. Desde el 2007 he trabajado en toda el área, de Cee a Dumbría, Teixeiro... en Atención Primaria y en todos los hospitales de la zona. Es rara la planta en la que no haya estado.

-Se quejan también de la disponibilidad «obligada».

-Es que te llamaban a cualquier hora y para ya. Ahora los contratos fuera de horario no son obligados, pero te pueden llamar a las once de la mañana para entrar a las tres de la tarde en la otra punta. De 8 a 15 tenemos obligación de cogerlo, siempre que haya tres horas en medio. Es una gran novedad. Hasta no hace tanto había que ir en el momento. Alguien podía vivir en Oza y tener que ir a Cabana de Bergantiños o de Cabana a A Coruña. Y si dices que no, se te penaliza pasándote un año al final de la lista de contratación, salvo en verano o en épocas de oposición, que no les queda más remedio que llamar a la gente sancionada para poder cubrir. Es como si fuésemos una plantilla oficiosa, porque realmente estamos a disposición del Sergas todo el año. En cualquier empresa privada tener a alguien disponible, sin vacaciones ni nada, sería completamente penado. Aquí se ve como algo normal. Que la empresa pública cometa estos desmanes no parece lógico ni coherente.

-¿Qué pasaría si un día ninguno cogiese esa llamada?

-Que se caería el sistema. No lo haremos, porque sería como una huelga encubierta, acarrearía problemas para la población e incluso complicaciones legales para nosotros. Pero da idea de que los eventuales sostenemos el sistema sanitario. Ya se ve en verano, que tienen que ajustar para cubrir los puestos. Estamos a punto del colapso siempre. Y como somos los que vamos cubriendo los huecos, no les interesa crear las plazas porque, ¿quién va a cubrir luego los días o las vacaciones? Que una empresa tenga problemas para contratar no le da carta libre. Un país que se precie de tener la mejor sanidad no puede admitir esto.

«Si un día no atendiésemos el teléfono para cubrir ausencias, se caería el sistema»

-¿Cuántas plazas se disputan?

-Hay una plaza por cada once o doce enfermeros. Vamos más de 8.800 y son 800 plazas, pero con pinzas. No son reales: un tercio son de promoción interna y 175 de discapacidad. Quedan 400-500 siendo optimistas.

-No solo opositan eventuales.

-Somos la inmensa mayoría porque la oposición es prácticamente obligatoria para no bajar en las listas y tener opciones de que te llamen para trabajar. De hecho, están teniendo muchas dificultades para cubrir las ausencias del domingo. Y el Sergas no tiene en cuenta la dificultad de compatibilizar el trabajo, la familia con la preparación.

«¡No reclamamos más sueldo! Lo que pedimos es que se creen las plazas que se necesitan»

Bermúdez asegura que el colectivo se siente «desbordado» por los apoyos recibidos a su movimiento, al que también se sumarán de negro los compañeros que ya cuentan con plaza en sus puestos de trabajo. Junto a actores como Tosar, lo han recibido de la París de Noia «y en Galicia las orquestas son religión», bromea el enfermero, que agradece sobre todo el respaldo de la población: «Nos valora más la sociedad que quien nos paga».

-La inestabilidad también influye en los sueldos.

-¡No reclamamos un salario mayor! Lo que pedimos es estabilidad. Que se cubran las jubilaciones, algo tan simple como que no se amorticen las plazas. Que se cumpla la famosa tasa de reposición y que se convoquen las plazas reales en las oposiciones. Que no salgan cada dos años con una ope, que queda muy bien en elecciones. Agradecemos que se creen nuevas plazas, pero primero hay que cubrir las que ya hay de la gente que se jubile y luego, por supuesto, que se creen nuevas porque son necesarias.

-¿Han cifrado el déficit?

-Solo en el área sanitaria de A Coruña, que es de las grandes, hay 2.200 enfermeros eventuales. Regularmente trabajamos 1.200-1.300, lo cual quiere decir que tener 800 plazas más solo en A Coruña no sería descabellado. Y la misma equivalencia vale para otras áreas sanitarias.

-Cada año salen de la Universidad titulados deseando trabajar.

-Sí, pero la gente se busca la vida: hace un posgrado, se especializa, se va a hospitales privados, que todavía están peor, o a otros países: a Inglaterra, a Portugal, cuando antes eran los enfermeros portugueses los que venían aquí, a los países nórdicos. Allí les ofrecen contratos más decentes. Si quieren incorporarse a la vida laboral, con 22 años en el Sergas no lo van a conseguir.