Más de 700 incendios domésticos en Galicia en menos de cuatro meses

Mónica Pérez Vilar
MÓNICA P. VILAR REDACCIÓN / LA VOZ

GALICIA

Incendio en una vivienda en Carballo
Incendio en una vivienda en Carballo Ana García

Tres personas han muerto en las últimas dos semanas por fuegos en sus viviendas

18 abr 2019 . Actualizado a las 05:00 h.

El pasado 4 de abril un hombre de 62 años moría calcinado en su infravivienda de Ponteareas. Días después, una octogenaria fallecía por inhalación de humo tras declararse un incendio en la cocina de su casa, en el municipio de A Estrada. El día 12, a punto de alcanzar el ecuador del mes de abril, era un vecino de Bueu de 56 años quien perdía la vida al arder por completo el salón de su vivienda.

Los incendios domésticos no suelen tener resultados tan funestos pero sí son una de las incidencias que con más frecuencia atiende el 112 Galicia. Durante el 2018 registraron 2.041 actuaciones de este tipo. En lo que va año ya han abordado 755.

Precisamente los primeros meses del año son, junto con noviembre y diciembre, los más problemáticos. La necesidad de hacer frente a las bajas temperaturas multiplica las conductas de riesgo. Es el caso de lo sucedido este martes en la localidad lucense de Vilalba. Una llamada pasadas las ocho y media de la mañana movilizaba a bomberos, Guardia Civil y agentes de Protección Civil para hacer frente al incendio en una vivienda del lugar de O Chao. Su propietario se había quedado dormido con un secador de pelo encendido sobre la cama para tratar de calentarse. Las llamas afectaron a mantas y colchón pero por suerte, no hubo que lamentar daños personales.

Despistes y falta de mantenimiento suelen estar detrás de la mayoría de sustos domésticos relacionados con el fuego. Las campanas extractoras son, según la Axencia Galega de Emerxencias (Axega), protagonistas muy habituales de este tipo de incidencias. Una olla olvidada al fuego o una salpicadura de aceite hirviendo pueden acabar prendiendo en este electrodoméstico con relativa facilidad si no se mantiene lo suficientemente limpio.

El mantenimiento también es fundamental cuando se trata de chimeneas o cocinas de leña. Además, el taponamiento de los tiros puede acabar provocando acumulación de humos y, en consecuencia, una intoxicación respiratoria. Reparar picazos en las calderas para evitar que pueda saltar una chispa o vigilar la limpieza y ventilación de frigoríficos y arcones congeladores también son tareas fundamentales.

Pequeños aparatos como planchas moldeadoras o mantas eléctricas son también fuente habitual de disgustos. «Se esquecemos desenchufalos e a instalación eléctrica da casa é nova, probablemente non haxa problema porque acabe por saltar, pero en instalacións vellas é máis posible que o aparello se sobrecargue e poda arder», explica Marcos Araújo, gerente de la Axega.

Precisamente la sobrecarga de los enchufes es otro de los problemas. La mala costumbre de utilizar un ladrón para conectar muchos aparatos a la misma clavija puede hacer que el cable o la propia instalación eléctrica se recaliente y acabe por generar un incendio.

Cómo actuar

¿Qué hacer si eso llega a producirse? Araújo marca tres pasos claros: cerrar las puertas de la estancia donde se haya declarado el fuego, cortar la corriente eléctrica en la vivienda y llamar con urgencia al 112. En caso de que contemos con extintores y sepamos manejarlos es posible intervenir directamente, pero el responsable de Axega recuerda que hay que mantener la cabeza fría para no caer en respuestas instintivas que pueden empeorar la situación, como echar agua sobre unas llamas con origen eléctrico o en un aceite.

En cuanto a las precauciones necesarias para evitar esas situaciones, realizar un mantenimiento adecuado de instalaciones y electrodomésticos es la principal, junto con repartir la conexión de los distintos aparatos por los diversos enchufes del hogar, en lugar de sobrecargar uno o dos. Respecto a los despistes, Marcos Araújo reconoce que es difícil evitarlos, así que su consejo es optar por la instalación de detectores de humo, sobre todo en cocina y salón, que puedan advertirnos si un olvido llega a generar un situación de peligro. Su coste no es elevado, asegura, y su mantenimiento pasa por cambiar las pilas o baterías con cierta frecuencia.