La Xunta avala con informes técnicos taladrar con carteles As Catedrais

GALICIA

Visitantes observando los nuevos carteles de advertencia colocados en el arenal
Visitantes observando los nuevos carteles de advertencia colocados en el arenal MIGUEL

Los visitantes creen que los avisos tendrán una utilidad limitada porque la gente no respeta las prohibiciones

11 abr 2019 . Actualizado a las 05:00 h.

La decisión de taladrar con carteles la playa de As Catedrais, en Ribadeo, advirtiendo del riesgo de desprendimientos, no fue algo precipitado o improvisado, sino fruto de análisis técnicos. Es lo que sostiene la Consellería de Medio Ambiente, que avala el controvertido método explicando que se adoptó siguiendo las indicaciones del estudio geotécnico elaborado por la Fundación Enxeñería Civil de Galicia y las recomendaciones del geólogo que hace unos días reconoció el terreno acompañado por técnicos del departamento autonómico, para indicar los puntos idóneos en los que instalar la cartelería.

La Xunta explica que para reducir la afección en el monumento natural se apostó por el uso de una resina para fijar los pernos en los agujeros hechos en las piedras, una técnica más respetuosa con el medio ambiente que el uso de pernos expansivos (una posibilidad que figuraba en el estudio geotécnico), para evitar así el riesgo de rotura de las rocas.

Medio Ambiente se remite a este documento técnico en el que se justifica la necesidad de elementos artificiales en la playa: «Lamentablemente, la muerte o accidentes de personas introducen una situación humana, sin duda más valiosa que la propia playa». Añade la Xunta que en otros países, en monumentos naturales similares a As Catedrais, se han instalado este tipo de carteles y que las características del arenal, con las mareas que lo cubren por completo, «impiden calquera actuación de avisos fixados no chan».

 A pie de playa

A pie de playa, hay diversidad de opiniones. Para quienes visitan As Catedrais por primera vez, el paisaje abrumador, que siempre sorprende, se impone a la pertinencia o no de los carteles. La playa ayer no presentaba su mejor imagen, por el mal tiempo y por la marea, que condicionaba el acceso aún en bajamar. Mari Carmen, de Valencia, tras franquear a duras penas el peñasco que divide el arenal (un paso obligado, donde cada año hay algún accidente), regresaba sin ver los icónicos arcos, ya que tendría que mojarse al cruzar una poza. «Yo no llego a leer los carteles, pero por la silueta del dibujo entiendo que advierten de desprendimientos», apuntaba. Y añadía: «No me molestan, pero no sé si son útiles, porque es de sentido común que aquí hay que tener mucho cuidado. Yo, desde luego, no le dejaría a mis hijos entrar en las cuevas».

Mari Carmen sabía del accidente que hace un año costó la vida a una turista leonesa. También Francisco, joven valenciano que se había desplazado desde A Coruña para ver por segunda vez As Catedrais, y que sacaba una conclusión: «De alguna forma tienen que colocar los carteles y supongo que han priorizado la seguridad, para no perder turismo. Pero sí, podrían haber buscado otro sistema, porque no parece el más apropiado».

No pocos visitantes se saltan habitualmente las señales de prohibido el paso que ya existían en la zona
No pocos visitantes se saltan habitualmente las señales de prohibido el paso que ya existían en la zona PEPA LOSADA

Al pie del acceso de As Catedrais, mirando al primero de los farallones que presenta en la cumbre un enorme desgarro producido hace años, José Ramón, jubilado barcelonés, comentaba: «Quien no vea que eso puede caerse y darte en la cabeza... En fin. Los carteles de alguna forma hay que ponerlos y clavarlos me parece un mal menor». «Pero no entendemos mucho de materia medioambiental», apostillaba María Antonia, su mujer. «A mí no me molestan, ni me había fijado. Es mejor que no avisar. El problema es que quien no hace caso a las prohibiciones tampoco lo va a hacer a los carteles, pero algo ayuda, supongo», concluía José Ramón.