«Los pedófilos ya no van a las puertas del colegio, se esconden en Internet»

José Manuel Pan
josé manuel pan REDACCIÓN / LA VOZ

GALICIA

MARTINA MISER

Cada vez hay más solicitudes de centros escolares para que la policía explique los riesgos de las redes sociales

02 abr 2019 . Actualizado a las 11:30 h.

«No podemos dejar a los niños solos con una tableta para que no molesten, sin saber con quién juegan ni a qué juegan». Santiago Reboyras, inspector jefe del grupo de Delincuencia Económica y Tecnológica de la Policía Nacional de A Coruña, advierte que hay que estar muy atentos con los menores porque «los pedófilos ya no van a las puertas del colegio, ahora se esconden en Internet». Este experto tiene claro que los delincuentes tienen acceso a cualquier juego en red que usan los niños y contactan con ellos a través de chats. Son personas que utilizan el anonimato para entablar conversación con los menores. «Para los malos, doblegar la voluntad de un niño es muy fácil», señala Reboyras.

Los menores son víctimas propicias para los delincuentes que se esconden en Internet, en las redes sociales y en juegos en línea de todo tipo. Un estudio elaborado por la plataforma de seguridad digital Qustodio con más de dos mil familias de España y de Estados Unidos revela que el 60 % de los padres no supervisan lo que hacen sus hijos con las tecnologías, y solo el 26 % utilizan un mecanismo de control parental. Muchos padres ponen como excusa que no entienden las nuevas tecnologías y ya no se interesan, con lo que tampoco realizan ningún tipo de control sobre lo que hacen sus hijos.

Pero todo lo relacionado con las nuevas tecnologías sigue siendo motivo de preocupación, primero para la comunidad educativa. En Galicia, en el primer trimestre del curso escolar 2018/2019 las mayores peticiones de asesoramiento policial por parte de padres, profesores y alumnos estaban relacionadas con Internet y las redes sociales, según los datos del programa de convivencia y mejora de la seguridad escolar que coordina la Delegación del Gobierno en Galicia.

El estudio de Qustodio refleja también que el grado de preocupación sobre los riesgos de la tecnología e Internet alcanza su máximo nivel respecto a niños de entre 9 y 14 años y se refiere al acoso cibernético y al grooming, una práctica por la cual un adulto intenta establecer una conexión emocional con un menor con fines pederastas. En Alicante fue detenido un hombre de 49 años al que la policía acusa de haber acosado a mil menores a través de Internet tras crear perfiles falsos en los que se hacía pasar por un joven deportista de 18 años. Contactaba con los menores ajustándose a sus aficiones para acabar pidiéndoles fotos comprometidas. Después los chantajeaba con esas imágenes.

«En Internet nadie es quien dice ser», asegura el inspector Reboyras. Reconoce que poner puertas al campo en la Red es imposible pero pide que se usen la lógica y el sentido común para evitar ser víctimas de delitos telemáticos, que han aumentado en los últimos años en Galicia. Lo explicó recientemente el jefe superior de Policía de Galicia, Manuel Vázquez: «Nadie le daría en la calle a un desconocido el número de cuenta de su banco o la fecha de caducidad de su tarjeta. Pues tampoco hay que darle esos datos a quien nos los pide en un correo electrónico».

«Hay que sospechar de los duros a cuatro pesetas -advierte Reboyras-, y antes de comprar por Internet hay que realizar unas mínimas comprobaciones. Saber si el producto se vende en otras páginas, si su foto sale en otros sitios. Si un piso que aparece a la venta está situado en 17 comunidades distintas, es imposible que sea verdad». En enero, Policía Nacional y Guardia Civil dieron con una organización criminal que desde Cataluña cometía estafas en toda España a través de Internet. Ofertaba ordenadores, móviles de alta gama y todo tipo de aparatos electrónicos en páginas de anuncios. Los compradores pagaban, pero nunca recibían el producto. Simplemente no existía.

Las estafas por Internet han aumentado en los últimos años. Durante el 2018, la Guardia Civil investigó en Galicia a 377 sospechosos de haber cometido delitos telemáticos, «una forma de delinquir bastante cómoda para los criminales». Los expertos policiales tienen claro que este tipo de estafas y engaños los realizan organizaciones criminales, y por eso hay que ponerles las cosas más difíciles. Por ejemplo, utilizar contraseñas robustas y evitar utilizar la misma para todas las cuentas. Las investigaciones policiales revelan que, a pesar de las advertencias, la clave de contraseña más utilizada en muchos servicios de Internet sigue siendo esta: 1, 2, 3, 4, 5, 6.

Y ojo al conectarse a redes públicas de locales, aeropuertos, cafeterías... «Siempre puede haber alguien que esté esnifando el tráfico de datos», señala un investigador. Esnifar es leer tus contraseñas, tus correos, tus cuentas cuando navegas por Internet.

«En las redes sociales la gente se enamora de quien no existe, incluso se casa»

«La gente se enamora de quien no existe. Los solitarios tratan de suplir la falta de cariño con alguien que no conocen y que va a intentar engañarlos. Es muy fácil decirle a alguien lo que quiere oír», advierte el inspector jefe del equipo de investigaciones tecnológicas de la Policía Nacional de A Coruña. Santiago Reboyras recuerda que en Galicia han tenido casos de «gente que se ha casado con alguien que no existe y que incluso ha presentado el certificado de matrimonio».

Advierte que hay que tomar muchas precauciones a la hora de proporcionar datos privados aunque no haya dinero por medio. «En Internet cuando el producto es gratis, es que el producto eres tú», afirma el policía, que destaca que esos datos privados pueden ser después vendidos para fines comerciales o de otro tipo.

Proteger la identidad digital

Los expertos advierten de los riesgos que tiene entregar datos a desconocidos que dejen en el aire «nuestra identidad digital, incluso la de nuestros hijos, que se la estamos regalando a millones de personas sin su permiso. Y no sabemos cómo les afectará cuando sean mayores», señala Reboyras, que añade que «estamos haciendo públicos sus datos, sus fotos, sus costumbres, y sin saber cuáles serán las consecuencias que pueden tener en el futuro. Su identidad digital estará siempre ahí».

Lo recuerdan también desde los equipos de investigación de delitos telemáticos de la Guardia Civil: «Debemos proteger nuestra privacidad en Internet evitando hacer públicos datos innecesarios que pueden perjudicarnos ahora o en el futuro».