Todas esas plazas previstas deben ahora convertirse en plazas convocadas a través de distintos procesos selectivos. Y aunque desde Facenda recuerdan que la aprobación de las ofertas públicas de empleo «supón unha garantía real de que esas prazas se van a convocar», lo cierto es que es habitual que queden puestos pendientes de ofertar. Por ejemplo, la Diputación de A Coruña publicó hace solo unas semanas las bases de las pruebas para cubrir plazas correspondientes a las ofertas del 2016 y el 2017.
El alto número de jubilaciones que se avecina en el sector público también explica las abultadas cifras que se manejan. «En moitos dos corpos de funcionarios do Estado e das comunidades autónomas hai opositores das primeiras remesas que xa están próximos á idade de retiro e fai falla reemprazalos», justifica Alberto López. Las bajas tasas de reposición durante los años más duros de la crisis hacen que ahora se multiplique la necesidad de cubrir vacantes.