El porqué de 20 accidentes aéreos en Galicia desde el 2000

Pablo González
pablo gonzález REDACCIÓN / LA VOZ

GALICIA

Gran parte de los últimos siniestros e incidentes están relacionados con operaciones antiincendios

17 mar 2019 . Actualizado a las 18:17 h.

La redefinición en 1998 de la Comisión de Investigación de Accidentes e Incidentes de Aviación Civil (Ciaiac) propició un protocolo para analizar de forma independiente los siniestros aéreos. En Galicia, la primera investigación dentro de la nueva etapa data del 2000 y, a pesar de que desde entonces hubo 12 víctimas mortales -muchas de ellas relacionadas con la lucha contra el fuego-, los sucesos están muy lejos de la gravedad del más dramático de la historia de la aviación gallega (los 85 muertos del avión que se estrelló en Montrove, Oleiros, en 1973) o la tragedia de esta semana en Etiopía, en la que murió una gallega.

 2 de octubre del 2018

Dos aviones a punto de chocar. El incidente más reciente en el que se vio implicado un avión con origen en un aeropuerto gallego ocurrió sobre el cielo de Navarra, cuando un vuelo Santiago-Palma estuvo a punto de chocar en el aire con otro que cubría el recorrido entre Sevilla y Toulouse.

El incidente, calificado como grave por la Ciaiac, se produjo a diez kilómetros de altura, cuando ambas aeronaves estuvieron a solo cuatro kilómetros de distancia horizontal y a apenas 122 metros en vertical. El choque se evitó al activarse el mecanismo anticolisión que va embarcado en los aviones. Este sistema da instrucciones a uno de los aviones para que ascienda y al otro que descienda, con el objetivo de evitar la colisión. Lo que se denomina en la jerga técnica aeronáutica como «pérdida de separación» es un incidente considerado grave, aunque en este caso se cree que los pasajeros ni se enteraron de la maniobra.

10 de octubre del 2016

Airbus de la compañía TAP Portugal con problemas de combustible. El avión despegó desde el aeropuerto de Madeira con destino al de Oporto, donde la visibilidad era muy limitada. Por esta razón se frustró el aterrizaje y decidieron hacerlo en Vigo.

El problema es que en este aeropuerto se había agotado la capacidad de estacionamiento, por lo que optaron por dirigirse al de Santiago. Cuando se aproximaban a Lavacolla -donde finalmente aterrizaron-, la tripulación declaró emergencia de combustible, pues estimaron que estaban por debajo de los 989 kilos establecidos como reserva final. En ningún momento se informó a la torre de control de Vigo de sus problemas de combustible. Se da por supuesto que habría autorizado el aterrizaje en esas circunstancias.

15 de julio del 2015

Avioneta antiincendios en el aeródromo de Doade (Lugo). Una aeronave monomotor que había sido movilizada para extinguir un incendio sufrió una salida de pista, colisionó con una valla perimetral y se estrelló contra un terreno colindante.

El piloto no sufrió daños y la investigación apunta a que quizás perdió el control de la aeronave, pues no había viento y la pista y la avioneta estaban en buen estado. Según los investigadores, la pista no disponía de señal de eje, «lo que hubiese facilitado la correcta alineación».

27 de agosto del 2015

Avioneta antiincendios en Castro Caldelas (Ourense). Provocó un herido grave durante un vuelo de traslado hacia la extinción de un incendio en Chandrexa de Queixa. Aún no hay conclusiones relevantes sobre la investigación.

26 de octubre del 2014

Avioneta con motor parado por falta de combustible. La aeronave despegó del aeropuerto de Peinador y, cuando sobrevolaba el término municipal de Barro, el motor se paró. El piloto realizó un aterrizaje de emergencia y, como consecuencia, resultaron heridos graves él y otros tres pasajeros.

Tras el accidente se inspeccionaron los depósitos de combustible, y se demostró que la alimentación del combustible al motor «no era posible a consecuencia de haber consumido el volumen utilizable del depósito del lado derecho, que es el que estaba alimentando el motor durante el vuelo». «Se considera -concluye el informe- que el piloto realizó una estimación errónea del volumen de combustible» durante la inspección de los depósitos en la fase de preparación del vuelo.

2 de agosto del 2012

Dos muertos en la maniobra de acercamiento a Lavacolla. Uno de los accidentes más graves ocurridos en los últimos años se produjo cuando una avioneta al servicio de la Organización Nacional de Trasplantes se estrelló de madrugada cerca de la pista del aeropuerto de Lavacolla, durante la maniobra de aproximación para el aterrizaje. Murieron los dos tripulantes, el piloto y el copiloto.

La investigación constata que había nieblas locales en el aeropuerto, que pudieron afectar a la visibilidad, pero no se pudo determinar la causa exacta del accidente. Se apuntaron como causas contribuyentes la ausencia de procedimientos para operar la aeronave con piloto y copiloto, «la desconfianza de la tripulación en los instrumentos de a bordo», así como la fatiga y el cansancio «acumulados durante el trabajo en horas más propias del sueño». Los investigadores también aluden a la «preocupación» por tener que desviarse a un aeropuerto alternativo sin combustible suficiente.

27 de septiembre del 2011

Avioneta de observación de incendios. Se estrelló cuando intentaba aterrizar en el aeródromo de Beariz (Ourense). El piloto resultó ileso y el observador, con heridas leves. Los técnicos apuntaron a un aterrizaje «demasiado largo, con una componente excesiva de viento de cola» que llevó a la nave a salirse al final de la pista.

2 de octubre del 2011

Aeronave antiincendios en Monterrei. Una avioneta que participaba en la extinción de un incendio en Monterrei se estrelló contra una ladera. El piloto pudo abandonar la nave por sus medios, pero murió poco después.

Los investigadores determinaron que el accidente pudo ser causado por las turbulencias generadas por el fuego.

25 de febrero del 2010

Choque con el ala en la pista. Un avión Bombardier se disponía a aterrizar en el aeropuerto de Peinador, en Vigo, cuando una ráfaga de viento provocó un alabeo brusco hacia la izquierda. Para contrarrestar el efecto del viento giraron los mandos hacia la derecha, pero la punta del ala derecha golpeó contra el suelo. Los dos pilotos no fueron conscientes del golpe. La investigación considera que se realizó una aproximación «no estabilizada».

14 de septiembre del 2009

Un helicóptero antiincendios colisiona con un cable de media tensión. La aeronave fue requerida para participar en la extinción de un incendio en la comarca de Valdeorras. Tras cargar agua en el río Sil, golpeó contra un cable de media tensión que cruzaba el cauce. De acuerdo con el informe que estudió el accidente, que apenas provocó daños materiales y personales a pesar del riesgo, se debió a «un mal reconocimiento del terreno», así como a un despegue con una pendiente inferior a la que se requiere. 

26 de septiembre del 2006

Caída de una aeronave «amateur». Un ultraligero construido por un aficionado cayó sobre el aeródromo de Rozas, en Lugo, tras una maniobra de descenso en espiral, provocando la muerte del piloto. La causa pudo ser una desorientación espacial del piloto unida a la entrada en pérdida ?disminución de la fuerza de sustentación? «debida a la realización de un viraje muy cerrado con poca velocidad y baja altura».

7 de junio del 2005

Avioneta antiincendios en despegue. El accidente se produjo durante la maniobra de despegue en el aeródromo de Beariz, provocando la muerte del piloto. La causa fue la entrada en pérdida por un viraje en ascenso, con alta inclinación lateral «y con velocidad inferior a la necesaria para mantener la actitud de vuelo». Pudo haber exceso de peso en el despegue. La infraestructura y el régimen de operaciones del aeródromo de Beariz también se pone en cuestión en el informe.

6 de agosto del 2005

Impacto de avioneta antiincendios contra árboles. Cuando procedía a atacar el fuego en Medeiros (Ourense), chocó contra las copas de unos árboles e impactó contra el suelo causando la muerte del piloto. La causa del accidente se atribuye a la baja visibilidad debido al humo y, por otro lado, a «la baja altura de vuelo para realizar la operación». Llegó a estar a apenas 10 metros del suelo.

17 de agosto del 2005

Caída de helicóptero antiincendios. Se precipitó en Lobios (Ourense) a causa , según la investigación, de un fallo en el motor. Hubo dos avisos previos del sistema de detección que no fueron abordados por el servicio de mantenimiento.

23 de abril del 2004

Incendio y caída de globo, con tres muertos. Por razones «no bien precisadas», el globo viajaba «a muy baja altura» y chocó contra la chimenea de un edificio, perforando una de las botellas de propano y provocando el incendio de la barquilla, lo que hizo que los tres tripulantes saltaran al vacío. No hubo supervivientes. Esa baja altura y el retraso en la ascensión fue la causa del accidente, según la Ciaiac, pero se desconoce si se debió a un despiste del piloto, a una estimación incorrecta del tiempo de respuesta o una obstaculización de la visibilidad. El piloto era uno de los más experimentados de España e incluso había participado en expediciones al Polo Norte. Estaba promocionando el Xacobeo 2004.

22 de julio del 2004

Otra avioneta antiincendios en Beariz. El concello ourensano, con su pequeña base de lucha aérea contra los incendios, es una de las zonas de Galicia en las que se han producido más accidentes. Este es uno más. Se debió a una entrada en pérdida de la aeronave tras descargar agua sobre un incendio, provocando la muerte del piloto. La escasa altura pudo ser la causa.

8 de agosto del 2003

Avioneta que cayó al mar frente a Rinlo (Ribadeo). Un viaje de placer en una avioneta privada terminó con el piloto y el pasajero muertos al caer sobre el mar en la costa de A Mariña. La nave sufrió una entrada en pérdida por un viraje a la izquierda durante el ascenso tras el despegue del aeródromo de Villaframil-Ribadeo, «con posible desorientación espacial al volar en niebla densa», se especifica en la investigación oficial, que asume que por falta de referencias visuales dirigió la aeronave contra el mar.

27 de agosto del 2002

Caída de helicóptero. No se trata de un accidente grave, pero sí es ilustrativo de los riesgos de los helicópteros. En este caso, la aeronave estaba aterrizando para realizar un vuelo de inspección de líneas de alta tensión en Sarria, cuando las palas golpearon contra un edificio de una subestación eléctrica en Sarria. No hubo heridos. La investigación atribuyó la caída a una mala elección del lugar de aterrizaje.

7 de junio del 2001

Impacto de aeronave al entrar en un banco de niebla. Un avión en vuelo de carga desde el aeropuerto de Le Mans fue autorizada a aterrizar en Lavacolla, pero un banco de niebla «inesperado y no anticipado» dificultó la visibilidad y, poco después, la nave impactó con unos árboles, perdiendo las alas y los motores y quedando «totalmente destruida». Lo increíble es que los dos tripulantes salieron del accidente con heridas leves. La causa probable del accidente «fue la decisión de empezar una aproximación visual sin tener la pista a la vista» y continuar con esa aproximación «a pesar de la pérdida de referencias exteriores» por la niebla. La tripulación desatendió los avisos de altitud y hubo «falta de coherencia» en las predicciones meteorológicas.

18 de agosto del 2000

Incidente con helicóptero. El valor de este suceso reside más en que es el primero investigado en la nueva etapa de la Comisión de Accidentes Aéreos, que en su gravedad intrínseca. Por una racha de viento, la aeronave se desplazó lateralmente, hasta que el patín se enganchó con un obstáculo provocando el vuelco. El piloto sufrió heridas leves.