La falta de grabaciones complica la búsqueda de los autores de las pintadas de la catedral

Margarita Mosteiro Miguel
marga mosteiro SANTIAGO / LA VOZ

GALICIA

Xoán A. Soler

Otro ataque contra el Patrimonio en Santiago enfrenta a Cultura y Concello por las cámaras

06 ene 2020 . Actualizado a las 21:19 h.

La catedral de Santiago volvió a ser blanco del vandalismo después de que el verano pasado los vándalos colocaran unos bigotes a una de las figuras que decoran la puerta que da a Praterías. Fue, probablemente, durante la madrugada de este martes, cuando una o varias personas realizaron dos pintadas en el arco de palacio y una tercera en el muro de la escalinata de entrada principal que da a la plaza del Obradoiro. Además, hicieron dos más en una pared blanca del callejón que conduce hasta la última parada de los peregrinos que llegan a Santiago. El problema ahora es que, como en verano, nadie vio nada. Las cámaras que hay instaladas en la plaza, y que están conectadas con la sala de pantallas de la Policía Local, no graban. De ahí que no haya imágenes del delito. Los agentes del turno de noche no vieron cuándo se produjo el incidente y, además, fuentes consultadas reconocen que la visión que dan las cámaras de la plaza no es nítida, lo que hace casi imposible ver cualquier acción que se produzca.

La pintada realizada en la escalinata del Obradoiro es la que más preocupa a los técnicos porque, al estar pendiente de restauración, la piedra está muy dañada y tiene hongos. Su limpieza tendrá que ser muy precisa y, por eso, se teme que puedan quedar daños irreversibles en la zona afectada.

Esta pintada fue tapada con una lona blanca, mientras a primera hora de la mañana los restauradores que trabajan en el interior de la catedral realizaban una primera evaluación visual de los daños. El resultado de la evaluación de todas las pintadas tardará aún unos días, pero han anunciado que se trabajará sobre la pintura lo antes posible para evitar más daños. También preocupan las dos pintadas del arco de palacio. En esa zona la piedra tiene mucha rugosidad. De ahí que los técnicos teman que la pintura haya penetrado en el granito. Ahora todo queda en manos de los restauradores.

El resto de las pintadas fueron realizadas sobre un pared blanca, en el callejón que une el arco y la plaza. Aunque se considera también un atentado contra el patrimonio el espray fue ahí más fácil de eliminar: en solo unas horas, con una mano de pintura.

Mientras los restauradores trabajaban por un lado, la Policía Nacional lo hacía por otro. Agentes de este cuerpo acudieron al lugar para recopilar pruebas e intentar dar con los autores del delito. Además, se revisarán las cámaras de otras zonas de la ciudad para intentar dar con los responsables. Todo apunta a que el autor de las pintadas es el mismo.

Polémica con las cámaras

Otro de los que acudió hasta la catedral a mediodía fue el conselleiro de Cultura, Román Rodríguez. Mientras revisaba el alcance de los daños, anunció la disposición de su departamento a asumir el coste de colocación de cámaras de videovigilancia en los alrededores de la catedral, «se o Concello entende que non son necesarias ou non quere».

El anuncio fue realizado antes de hablar con el alcalde, Martiño Noriega, algo que no fue muy bien recibido en la Administración local. Román Rodríguez indicó que había mantenido una conversación con el delegado del Gobierno, Javier Losada, y que tenía previsto hacerlo con Noriega a lo largo del día. Pero este último calificó el hecho como de «deslealtade institucional», y recordó que el «espazo público é do Concello». Noriega se puso en contacto con el director de la Fundación Catedral para ofrecer su colaboración y poner a su disposición los recursos municipales. El alcalde rechazó valorar las palabras del conselleiro, y dijo que se analizarán las medidas a adoptar, y reiteró su rechazo a este atentado. Román Rodríguez recordó que se está haciendo un esfuerzo para que la «catedral de Galicia» esté en condiciones óptimas, por lo que «estas accións teñen que ser erradicadas».

Todos los partidos con representación en el Concello de Santiago manifestaron su rechazo por el atentado. Además, la asociación Xornalistas Galegas condenó «o ataque ao patrimonio» y subrayó «o prexuizo destas accións marxinais para o movemento feminista, velando o éxito do 8M».