Por ese frente amplio que defendió el sábado la dirección de Anova sin aclarar la fórmula electoral abogó también Xosé Manuel Beiras en un tuit: «Nunca como agora, dende 1945 en Europa e 1981 no Estado español, foi tan preciso saltarmos os marcos das nosas leiras para arar nunha agra aberta fronte a besta en defensa común dos valores republicanos». También a favor de esa inconcreta «unidade popular» se manifestó la diputada Paula Quinteiro en el Parlamento gallego, donde apeló a encontrar «fórmulas flexibles» para dar continuidad a las confluencias.
Ante la ambigüedad de las declaraciones, son los gestos y los hechos los que dan pistas de hacia dónde se encamina En Marea, y los gestos y los hechos indican que hacia la ruptura. Por ejemplo, el portavoz nacional de Anova, Antón Sánchez, recogía este lunes en Vilagarcía una serie de demandas presentadas por la candidata a la alcaldía de la marea municipal rival a la que respalda Villares, y un grupo de inscritos de Podemos Galicia hizo público un comunicado en el que se rebela contra las decisiones que toma la dirección a espaldas de las bases. En ese documento titulado Non co meu voto! se preguntan si la apuesta por la coalición, contraria a la decisión de ir con En Marea en las autonómicas, tiene que ver con «os postos e as cadeiras».