La Xunta prevé abrir en el plazo de dos años sesenta Casas do Maior

Juan María Capeáns Garrido
Juan Capeáns SANTIAGO

GALICIA

SANDRA ALONSO

Feijoo garantiza el apoyo a todas las que tengan demanda en la comunidad

19 feb 2019 . Actualizado a las 20:01 h.

Genera empleo mayoritariamente femenino, permite rehabilitar viviendas en municipios del rural y, como objetivo esencial, garantiza la atención por horas de hasta cinco mayores que viven municipios pequeños y sin recursos ni masa crítica para tener dotaciones y servicios públicos o privados más ambiciosos. Pocas iniciativas autonómicas reúnen más argumentos a favor de los concellos más despoblados que las Casas do Maior, una adaptación para mayores de 60 años de las 46 Casas Niño que ya están en funcionamiento por toda Galicia para atender a menores en edad preescolar.

La Xunta ha entregado los primeros treinta primeros títulos que acreditan a otras tantas personas para dirigir Casas do Maior, que van a abrir sus puertas entre abril y mayo en las cuatro provincias, aunque en esta primera oleada la mitad están situadas en comarcas ourensanas. Los responsables de este nuevo modelo de atención a dependientes, que consiste en habilitar una vivienda para que los usuarios asignados puedan pasar hasta ocho horas al día atendidos por un especialista, ultiman las reformas para poder iniciar un proyecto pionero «que, se ten éxito, vaise a estender ao resto de España e vai captar a atención de países de Europa», auguró el presidente Feijoo, que presidió el acto junto a la conselleira de Política Social, Fabiola García, y una nutrida representación de los alcaldes de los municipios.

El jefe del Ejecutivo anunció que la Xunta pondrá los medios económicos y administrativos para seguir extendiendo una iniciativa que permite anclar población en los municipios rurales -90 de los 313 pueden aspirar a este recurso-, generando al menos un empleo y promoviendo la rehabilitación de inmuebles que se convierten en un «segundo fogar», como definió a estas casas el alcalde del municipio ourensano de A Veiga, Juan Anta.

El objetivo autonómico es que en el 2020 haya 76 casas para menores y 60 para mayores, «e estamos dispostos a acompañar o cen por cento das ofertas que cheguen, porque isto é prioritario», garantizó Feijoo, que agradeció a los mandatarios locales el compromiso con un programa que «evita o desarraigo».

El asentamiento de población susceptible de marcharse a cierta edad otros municipios más grandes con mejores servicios es uno de los grandes retos de las casas. «Me ilusiona luchar para que los mayores de Trazo se queden en el sitio donde pasaron su infancia en vez de irse a Santiago», comenta David Rivas, uno de los pocos adjudicatarios de la provincia coruñesa. En su caso, se hizo con una de las plazas que promovió la cooperativa Entelequia, con Luisa Vilas al frente: «Hicimos un trabajo de campo previo y detectamos demanda en cuatro municipios», explica esta experta en educación que cree en modelos que «apuestan por el entorno local» para el desarrollo de niños y mayores.

La Xunta dedica 1,3 millones en esta primera fase, con un máximo de 15.000 euros para habilitar cada casa y una prima de 19.600 euros al año para garantizar la atención individualizada. Cada unidad puede acoger a un usuario un máximo de ocho horas, con flexibilidad de horarios y con garantías de seguridad y calidad.