Si se acaba de jubilar, le quedan 21 años de vida

GALICIA

Santi M. Amil

Galicia cumple 30 años con más funerales que bautizos y sigue aumentando la esperanza de vida

09 abr 2019 . Actualizado a las 15:43 h.

En 1987 nacía cada día en Galicia un niño más que fallecidos se consignaban en los registros civiles de la comunidad. Fue la última vez. Desde el año siguiente ya hubo mas funerales que bautizos, cinco en concreto cada día. Y esa pendiente descendente no se ha frenado, ni se frenará. El Instituto Galego de Estatística analiza hoy lo que en demografía se denomina movimiento natural de la población, las variaciones que se producen en el contingente residencial de un lugar tras confrontar el número de alumbramientos con el de fallecimientos. La luz de dicho informe se enfoca precisamente a que Galicia cumple 30 años sin saldo vegetativo positivo, sin que la comunidad sume residentes por esa vía natural. 

La evolución negativa es tan marcada, que de los cinco fallecimientos más que nacimientos que se registraron cada día en 1988, se ha pasado en el primer semestre del año pasado a 50 muertes al día más que partos registrados. El trabajo del IGE, que abarca hasta el año 2017 completo, apunta a que se produjeron en ese ejercicio 13.517 fallecimientos más que nacimientos. Hay ahora el mismo número de partos que en 1996, que entonces marcaba el final de un ciclo ascendente, aunque sin embargo volvería a repuntar entre el 2003 y el 2008 para descender sin freno hasta ahora.

En el 2017 se consignaron 31.962 fallecimientos por 18.445 nacimientos, ese es el balance y la radiografía demográfica de Galicia. Solo 13 de los 313 de los ayuntamientos de la comunidad logran ya un saldo vegetativo positivo, y por cierto, escenario que ya no se da en ninguna de las siete ciudades más pobladas, poniendo en cuestión su tirón demográfico y capacidad para atraer a nuevos residentes en edad de procrear. 

Las islas vegetativas, donde hay más nacimientos que muertes son Ames (su balance es positivo en 138 bebés), O Porriño (60), Arteixo (45), Poio (15), Burela (14), Oroso (13), Pontecesures (8), Oia (7), Cambre (6), Barbadás (4), Soutomaior (1) y San Cibrao das Viñas (1). Por ciudades, A Coruña pierde 746 residentes en la resta de muertes sobre nacimientos; Ferrol, otros 515; Vigo, 473; Ourense, 410; Santiago 212; Lugo, 194; Pontevedra, 121; Narón 86, y Vilagarcía de Arousa, 49.

El acceso a la maternidad se ha retrasado notablemente. En el 2017 el 79,1 % de los nacimientos que se produjeron en Galicia estuvieron protagonizados por madres de 30 años o más, mientras que hace solo diez años se situaba en el 67,6 %. Las madres de más de 40 años son ya el 11,5 %, frente al 4,3 % del 2007.

En paralelo a la consignación de un mayor volumen de fallecimientos, se produce también en la comunidad un notable avejentamiento de su población, agrandando los tramos superiores de la pirámide poblacional, que ya no tiene esa forma además, sino la de un jarrón y muy estrecho en su base, la de los grupos de edad infantiles y juveniles. La esperanza de vida al nacer se está disparando, afortunadamente, pasando de los 79,5 años del 2000 a 83,3 en la actualidad. Atendiendo al sexo, en el caso de los hombres ese umbral se sitúa en 80,19 años y en el de las mujeres en 86,3.

Para los que acaban de alcanzar la edad de jubilación tradicional, la de 65 años, se traza una esperanza vital de 21,6 años más, como media. Baja a 19,3 en el caso de los hombres y sube a 23,6 en el de las mujeres. Ellas ganan tres años en lo que va de siglo, y ellos casi cinco años en el mismo tiempo, equilibrando así el horizonte vital de ambos sexos.

Finalmente, para aquellos residentes en Galicia que hayan cumplido 80 años, el IGE apunta a una esperanza de vida media de 10,3 años, que se concretan en 9 en el caso de los hombres y 11,1 en el de las mujeres.

Por ciudades, es Ourense donde se apunta a una mayor esperanza de vida al nacer, al preverse una media de 84,8 años, y en el otro extremo está Ferrol, con 82,7 años.