«Cuando supo el precio, Fraga me dijo: 'esto sale más caro que un colegio'»

gladys vázquez REDACCIÓN / LA VOZ

GALICIA

Xoán A. Soler

Qué fue de la maqueta de la Catedral de Santiago de la Expo 92: Galicia lo apostó todo por lucirse en Sevilla a un año del Xacobeo 93 y la maqueta fue la gran atracción del pabellón. Hoy sigue en el mismo edificio, que se trasladó a Santiago tras la exposición universal

17 feb 2019 . Actualizado a las 08:17 h.

Fue el gran photocall del Pabellón de Galicia en la Expo de Sevilla. En realidad, era imposible evitarla debido a sus dimensiones: una maqueta de la catedral de Santiago reinaba suspendida en el medio del recinto gallego de La Cartuja. Con una superficie de 20 metros por 3,25 de alto en la zona de la fachada del Obradoiro, su imagen era imponente.

En 1992 Galicia mostraba sus mejores galas en aquella exposición que ponía a España en el camino de la modernidad. Para la comunidad era la previa del que después fue su gran producto turístico, el Xacobeo 93.

Fue a principios de 1991 cuando cuajó la idea. «La maqueta me la encargó la Xunta. Recuerdo que, tras firmarse el acuerdo en Raxoi, los fotógrafos me pidieron que posase en el balcón. En ese momento me fijé en la Catedral y pensé: ‘‘dios mío, ahora tengo que hacerla’’. Me agobié bastante». Quien hace este relato es su autor, Fernando Fernández Hidalgo. Este maquetista se enfrentaba a un primer reto que en realidad era triple. Y es que la figura de la Catedral tiene dos hermanas. La primera descansa en el parque Mini Europa de Bruselas y fue la más compleja. «Trabajamos cada elemento por separado para tener un molde de cada pieza. Para las otras dos maquetas ya teníamos esa referencia». En la construcción de la primera, un equipo de 20 personas empleó 23.000 horas. No se trasladó a Bruselas hasta abril de 1992, pero su previa exposición en Santiago y en Fitur, tuvo tal repercusión, que supuso el encargo de sus dos «hermanas».

Imagen de 1991 de la Reina Sofía y Víctor Vázquez Portomeñe delante de la maqueta
Imagen de 1991 de la Reina Sofía y Víctor Vázquez Portomeñe delante de la maqueta ANTONIO HERNÁNDEZ

La Catedral de la Expo 92 está fabricada, al igual que sus gemelas, con resina de barco, metales inoxidables y adhesivos de alta resistencia. «Se hicieron para el exterior», dice su autor. Pesa 1.200 kilos y costó 18 millones de pesetas. «Cuando el presidente Fraga supo el precio, me dijo: ‘‘esto es más caro que un colegio’’», dice Fernández Hidalgo riendo. «Después reconoció que no esperaba que diese tanto juego». Y es que la maqueta era la estrella de aquel pabellón, junto con un botafumeiro de 1851. «Rouco Varela, le dijo a Fraga que quería una. El presidente le preguntó: ‘‘¿Para qué? Tú ves la Catedral todos los días’’. Rouco le respondió que nunca la había visto así, al completo. Que cuando la rodeaba caminando, se iba olvidando de sus detalles».

Página de la La Voz de Galicia del 24 de junio de 1992 que refleja la visita de Julio Iglesias al pabellón gallego de la Expo 92
Página de la La Voz de Galicia del 24 de junio de 1992 que refleja la visita de Julio Iglesias al pabellón gallego de la Expo 92

La maqueta sigue en el edificio. El pabellón, en el que se invirtieron más de 2.000 millones de pesetas, se trasladó en su día a San Lázaro, donde hoy acoge la Axencia Galega da Industria Forestal. Dentro, la Catedral está lejos de los ojos de gallegos y visitantes. «Podrían pensar en algo de cara al próximo Año Santo», dice su autor, a la vez que evita recordar el pasado con nostalgia. «Aquel primer Xacobeo nos permitió a los especialistas trabajar con total libertad. Fue una gran experiencia. Si quieren usarla, deberían mover la del aeropuerto de Lavacolla, que está por piezas», dice Fernández Hidalgo, desvelando el paradero de su tercera Catedral de Santiago.