«El tirón económico de Portugal es una oportunidad para la economía gallega»

María Santalla REDACCIÓN / LA VOZ

GALICIA

MARCOS MÍGUEZ

El secretario de Estado de Internacionalización portugués cree que, superada la crisis, debe retomarse el proyecto de alta velocidad entre Oporto y Vigo

07 feb 2019 . Actualizado a las 17:02 h.

Secretario de Estado de Internacionalización de Portugal desde julio del 2017, Eurico Brilhante Dias visita estos días Galicia para mantener contactos con las organizaciones empresariales y conocer Inditex. Llega a la comunidad con el objetivo de afianzar las sinergias entre las dos orillas del Miño y de reforzar el crecimiento económico de su país, que atribuye a un conjunto de políticas bien hechas, pero también a «un cambio en la autoestima de Portugal». 

-Es una visita que busca un objetivo fundamental: estar cerca de los empresarios gallegos buscando enseñar las oportunidades de negocio con Portugal, pero compartiendo con ellos también que Portugal y Galicia son dos territorios hermanos, frontera, y que dentro de nuestros objetivos está el incremento del número de empresas portuguesas que están en el comercio exterior, porque muchas pymes gallegas y portuguesas donde buscan su primer socio es en el mercado más cercano. Esa cercanía es muy importante en el objetivo que tenemos de tener un sector exterior con una base más ancha en el que participen más empresas. 

-Habla de esa relación y de ese intercambio comercial que existe desde siempre entre Galicia y Portugal, ¿va a más con el crecimiento económico de Portugal o se están priorizando otros mercados?

-Nosotros mantenemos un refuerzo de las relaciones económicas entre Portugal y Galicia, pero es un refuerzo que va más allá del puro trámite comercial. Hoy en algunas cadenas de valor hay una interdependencia entre Galicia y Portugal que hace que el éxito de uno sea también el éxito del otro y, claro, que el fracaso de uno sea el fracaso del otro. Esa interdependencia está muy presente en el sector de la automoción, donde PSA Citroën en Vigo y PSA Citroën en Mangualde, con dimensiones completamente diferentes, están interconectadas. El comercio es más que intercambiar bienes y servicios, porque cuantos más coches exportamos más componentes de coche podemos fabricar y vender. También el clúster textil gallego y el clúster textil de Portugal, muy concentrado en el norte, tienen unas relaciones muy antiguas y que se refuerzan hoy también en esta búsqueda de competitividad en los mercados internacionales.

-Habla de la automoción y del textil, dos sectores tradicionales, punteros pero tradicionales, ¿hay una apuesta por otros sectores?

-Sí, en el marco de las start-up y del negocio digital, donde Portugal ha hecho una apuesta muy fuerte, tenemos un ecosistema fuerte y atractivo. Estamos teniendo inversión extranjera y creemos que es otro sector en el que Galicia puede ganar con más cooperación. Creo que el sector agroalimentario, con el turismo, genera también oportunidades en ambos mercados, porque pueden ser conocidos los productos de uno y los productos del otro y eso genera nuevas oportunidades. Y después hay un marco que es el de la relación de las empresas gallegas y portuguesas con terceros mercados. Portugal tiene una relación única con una base de clientes de más de 300 millones de personas, donde están los países de lengua portuguesa, y Galicia tiene una diáspora única, y esa interconexión de redes de la diáspora portuguesa y gallega, a la vez que de intereses comunes, puede encontrar en otros mercados oportunidades de cooperación. Hace tiempo que tenemos esa intención, no siempre tuvimos los instrumentos adecuados, pero creo que ahora es el momento de poder concretar ese proyecto común que es tener más demanda exterior y poder crecer.

-¿Hay algún proyecto en marcha en este sentido entre los gobiernos portugués y gallego?

-No, pero hay algo que pasa todos los días, y hay que subrayarlo como algo importante: tenemos las asociaciones de empresarios, los clústeres,... todos los días hay ese intercambio. Lo que nos hace falta es dar más visibilidad a ese intercambio y, desde el punto de vista político, buscar las plataformas donde se pueden encontrar. 

-Se habla mucho del milagro económico portugués, ¿cuáles son las claves de ese milagro y de qué manera puede Galicia beneficiarse de él?

-Bueno, hablamos de una economía que en los últimos siete años, y creo que el 2019 va a ser el octavo, tiene superávit en la balanza de bienes y servicios, y eso es algo increíble si miramos hacia atrás. El déficit portugués en el 2018 es del 0,6 %, y un paro que bajó del 7 % en el último trimestre. Son números muy interesantes. Hay un flujo de inversión extranjera muy interesante. Eso tiene mucho que ver con un cambio político, hay que decirlo, en el que hemos buscado centrar cada vez más a Portugal como un mercado abierto. Las claves son tres o cuatro cosas. Aunque tuvimos una grave crisis financiera, hay reformas estructurales continuadas, algunas incluso desde antes de la crisis. La primera, la educación: estamos terminando ahora, está pasando de secundaria a la universidad, la primera generación que tuvo refuerzo de matemáticas, inglés, portugués y tecnologías de la información. Fueron niños que, pasados estos años, hoy son recursos que el país tiene para poder ser atractivo. No es el trabajo de un año, ni de un gobierno, es un trabajo de muchos gobiernos. La segunda, una infraestructura tecnológica envidiable, tenemos infraestructura de Internet y de banda ancha en todo el país. Después, algo muy importante fue el impacto del mercado único, la renovación del tejido empresarial. Y, por fin, una transformación de la administración pública, en la que la digitalización supuso una reducción importante de los costes. Y además otras dos cosas que, más que política, están en la cultura de los portugueses: ser considerados un buen país de acogida de extranjeros (somos el primero en el ránking), y ser un país seguro, seguro para las personas y seguro para los activos, para las inversiones. Los resultados no son un milagro, son una tarea conjunta de los portugueses y de muchos gobiernos. 

-Le preguntaba de qué manera puede Galicia beneficiarse. 

-Sí, yo creo que el nivel de integración de nuestras economías es grande, particularmente entre el norte de Portugal y Galicia. Creo que tener un buen tejido económico en Portugal es importante para Galicia. Se habla mucho de los aeropuertos, el Sa Carneiro de Oporto es el aeropuerto en el noroeste peninsular con más pasajeros, pero el turismo en Galicia también se beneficia cuando al Sa Carneiro llegan más vuelos y hay más destinos, porque el turista que llega se quedará unos días en Portugal pero también se puede quedar unos días en Vigo, o en A Coruña o en Santiago. En el sector de la automoción estamos haciendo una transformación muy importante porque queremos preparar a Portugal para lo que viene, y lo que viene es el coche eléctrico. En el sector textil igual. Esta transformación de Portugal puede ser importante para Galicia, como demanda para Galicia, para que pueda exportar más, como también una oportunidad de inversión de gallegos en Portugal. 

-Algunos empresarios gallegos se están instalando en el norte de su país, ¿no es eso malo para Galicia?

-Bueno, yo le diría que Portugal tiene un déficit de bienes importantes con Galicia, hay más exportaciones de Galicia a Portugal que de Portugal a Galicia, pero eso no es una preocupación. Yo como responsable político portugués lo que quiero es que la balanza comercial sea equilibrada. Lo importante es comprender cómo podemos aprovechar oportunidades en común. Para muchas cadenas de valor en Galicia es importante tener proveedores del lado portugués, porque está más cerca. Por eso el tirón económico de Portugal tiene que ser entendido como una oportunidad para la economía gallega, enfocarse en tareas y servicios donde los gallegos son competitivos. Algunas empresas se instalan en Portugal, bien, es una opción del empresario; otras se quedarán en Galicia. 

MARCOS MÍGUEZ

-Tenemos que hablar también de infraestructuras. Había un proyecto de conectar Galicia y Portugal con alta velocidad que se paralizó con la crisis. Parece que el Gobierno portugués está decidido ahora a retomar las conexiones de alta velocidad hacia el centro de España. ¿Han descartado Galicia?

-Portugal tiene una discusión sobre trenes hace muchos años, y la crisis puso un paréntesis. La situación económica ha mejorado, pero el Gobierno del que formo parte tuvo que bajar el déficit público a casi cero. Ahora tenemos que negociar otra vez en Bruselas el marco de financiación dentro de la Unión Europea buscando recuperar algunos proyectos, como la conexión de Lisboa y Madrid, de modernización de la conexión de Oporto- Aveiro y Salamanca, y volver a la línea del Miño desde Oporto hasta Vigo, que es un proyecto antiguo que nos gustaría retomar. Y el plan nacional de infraestructuras 20-30 que ahora discutimos debe poner en marcha esos proyectos de conexión de ferrocarril entre Oporto y Vigo. Ahora, si esto es verdad, la conexión de carretera que tenemos es fantástica. Yo vine de Lisboa y llego más rápido a Vigo que a Madrid. Tenemos que mejorar, es cierto, algunas conexiones, también con Castilla y León y Extremadura. 

-Se está configurando un frente de las comunidades del norte de España para defender el corredor atlántico y hace unos días el presidente de la Xunta apostaba por incorporar a Portugal a ese frente. ¿Cree que debería sumarse?

-Estamos en un momento muy bueno de relaciones con España y sabemos que no solo en las infraestructuras de transporte, sino también en las infraestructuras de energía, es importante sobrepasar los Pirineos. En el marco del transporte, si tuviésemos una conexión ferroviaria más eficiente podríamos sacar coches y camiones de la carretera. Portugal claro que quiere ir hacia Madrid, pero el objetivo de hacer Oporto-Aveiro-Salamanca es para poder seguir. España, Francia y Alemania son nuestros principales mercados.