«Para retirar la ballena que varó en Balarés hace días tuvimos que gastar 12.000 euros»

María Cedrón REDACCIÓN

GALICIA

Un grupo de trabajadores retiran de la playa los restos de la ballena ayudados por una grúa
Un grupo de trabajadores retiran de la playa los restos de la ballena ayudados por una grúa ANA GARCIA

En su día a día, los ayuntamientos han de enfrentarse con imprevistos que pueden alterar sus ajustadas economías.

04 feb 2019 . Actualizado a las 05:00 h.

Los concellos pequeños con renta per cápita baja tienen un problema. Es prácticamente tan grande como la ballena de treinta toneladas que hace un par de semanas varó en la playa de Balarés, en el concello coruñés de Ponteceso. Las arcas municipales, cuenta su alcalde Lois García Carballido (PSOE), «tuvieron que desembolsar 12.000 euros para poder retirar el cadáver del cetáceo del arenal» y que este no acabara ahogando con su fétido olor a los vecinos de la zona. Aunque el Ayuntamiento recibió una ayuda para pagar la factura del gestor de residuos a donde fueron llevados los restos del animal, «hubo que pagar la grúa, las palas, el despiece del animal...».

La retirada de un cetáceo varado en una playa es una de las muchas competencias que tienen que asumir ayuntamientos de costa como Ponteceso. «No solo puede ser una, puede haber cinco o seis animales de diferentes especies cada año», explica García. Por eso, cree que la ley de financiación municipal «está obsoleta». Porque para poder llevar a cabo todas las obligaciones que les van cayendo y las que ya tienen precisan más fondos. Su presupuesto para este año es de unos seis millones de euros. «No le podemos subir impuestos a los vecinos. Menos aún cuando lo que queremos es fijar población. Entonces no podemos asumir todas las competencias que nos van llegando y que, de no ser por los programas de ayuda de la Diputación de A Coruña, no podríamos llevar a cabo», apunta.

«No podemos subir impuestos a los vecinos, sobre todo cuando queremos que la gente se quede»

El caso de la ballena de Balarés es solo un ejemplo de lo que sucede porque cualquier día puede llegar un imprevisto que desbarate de un plumazo una partida presupuestaria. «Tenemos que retirar los nidos de velutina, sufragar la mayor parte del servicio de socorrismo, tramitar las licencias para dar permiso para la celebración de fiestas....», va desmenuzando el alcalde.

No es muy diferente la labor que tienen que hacer los concellos del interior de Galicia. En Sober, cuenta su alcalde Luis Fernández Guitián (PP), «ímolo levando. É complicado, pero protestando non logramos nada. Debería de haber máis financiamento, pero hai que ir facendo porque o que non podes é pasar de todo». El primer edil aplica la métrica del músico que es para organizar cómo llevar a cabo las competencias que les han ido cayendo o que han visto ampliadas los concellos en los últimos. «Para velar que as parcelas estean limpas de maleza contratamos, a través do Plan Único da Deputación, un técnico de Medio Ambiente a media xornada. O ano pasado revisamos os piñeirais que estaban no perímetro de 50 metros dos núcleos. Este ano tócalle ao contorno de dez metros de distancia das estradas», apunta.

«Ímolo levando. É complicado. Pero protestando non logramos nada»

En Sober, con 125 kilómetros cuadrados de superficie y unos 300 núcleos poblacionales, tienen que marcar prioridades. «Non podes facer todo de golpe», dice el alcalde, quien tiene solución para cada tarea que se va presentando. Por ejemplo, cuando la nueva Lei de Benestar Animal incrementó el gasto de los municipios, lo que hizo Sober fue establecer un acuerdo con el Albergue O Cuco, de Xinzo de Limia.

«É inviable»

En Viana do Bolo su alcalde, Secundino Fernández (BNG), es más crítico. Explica que los ayuntamientos pequeños no tienen capacidad económica y técnica. «Son defensor das competencias municipais, pero algunhas que pretenden darnos, como controlar as velutinas, non podemos asumilas Temos 52 núcleos con miles de parcelas. Resulta inviable facelo e non podemos contratar persoal pola lei de estabilidade presupostaria», sentencia.