Juan Manuel prefiere vivir en la que considera su casa, Ferrol, aunque dependa de las instituciones sociales
27 ene 2019 . Actualizado a las 15:44 h.«Nací en A Graña y me fui con 11 años a Venezuela, porque allí ya estaban mis padres». Es la carta de presentación de Juan Manuel Freire. También es usuario de la Cocina Económica de Ferrol, pero podría serlo de cualquier otro centro. Aquellos que retornan o dejan de Venezuela se han convertido de por sí en uno de los colectivos que llegan a estos centros sociales. «Estaba muy bien económicamente. Tengo 70 años y llevaba 10 con una pensión. Todos mis ahorros se han ido a la basura. Lo que pasa en Venezuela me ha tumbado», explica con expresión triste. «Me he vuelto a mi casa sin nada. Esto es muy duro. Hay que vivirlo», añade.
Juan Manuel lleva en Ferrol dos años de «vida complicada». Así define él su momento actual. También viene a este comedor cada día. «Los sábados y domingos me gusta cocinar para mi compañero de piso». Una habitación por la que le paga 200 euros. Un alquiler que, en realidad, no puede afrontar. «Le debía diez mensualidades. He podido ponerme al día en diciembre porque la Xunta me dio una ayuda de emergencia. Ahora ya estoy de nuevo sin nada. Menos mal que en el Concello me dan unos vales para poder hacer la compra», comenta. Así explica cómo salió de una pobreza para meterse en otra. «Me siento bien», exclama con fuerza. «Esta es mi tierra y me gusta estar aquí». Dice que le gusta compartir la situación que está viviendo. Menos, hablar de su familia. Juan Manuel tiene seis hijos, dos de ellos están en Madrid. «No me puedo ir a meter en su vida. Ellos tienen a sus esposas y sus cosas personales. Tengo 13 nietos, ¿sabes?», dice con voz fuerte y alegre, pero con los ojos llenos de lágrimas.