El Sergas fija que ningún paciente pase más de  24 horas en urgencias

Elisa Álvarez González
Elisa Álvarez SANTIAGO / LA VOZ

GALICIA

PACO RODRÍGUEZ

Los profesionales de este servicio recuerdan a la población que los enfermos se atienden por prioridad, no por orden de llegada

26 ene 2019 . Actualizado a las 05:00 h.

En pleno inicio de la epidemia de gripe el funcionamiento de las urgencias hospitalarias es fundamental. Desde siempre ha habido un problema en estos servicios con el drenaje, es decir, la dificultad de que los pacientes que han sido diagnosticados y necesitan ingresar se trasladen en tiempo y forma a su habitación. Desde hace años los coordinadores de urgencias piden que los ingresos sean rápidos, ya que una de las causas de la saturación es la acumulación de pacientes pendientes de ser trasladados a planta. Y parece que este invierno el Sergas se ha puesto las pilas, ya que el mensaje que se ha trasladado a los jefes de estos servicios es que «ningún paciente esté más de 24 horas en urgencias».

Veinticuatro horas pueden parecer una barbaridad, pero no es raro que ocurra. No es que el enfermo esté sin atender o en un pasillo, pero tampoco es infrecuente que haya usuarios que después de ser diagnosticados pasen en observación más de 24 horas aguardando una cama en el servicio que les corresponde.

El afán del Sergas por reducir esta espera se traduce en que diariamente los coordinadores deben informar a la gerencia de si ha habido pacientes, y cuántos, que superan esa demora. De hecho, tanto el presidente como el vicepresidente primero de la Sociedad de Medicina de Urgencias en Galicia, Tato Vázquez Lima y José Manuel Fandiño, respectivamente, aseguran que, después de años de críticas, «se ha mejorado». El Sergas también fija en cinco horas el tiempo recomendado que no deben superar los pacientes en esta área, una espera que los propios sanitarios rebajan a cuatro en un documento elaborado por los profesionales.

¿Cómo funciona el triaje?

Los trabajadores de urgencias tienen otro problema. Y es que aunque la mayoría de los usuarios entienden perfectamente que en este servicio el orden de llegada no marca el de atención, aún siguen recibiéndose quejas por parte de los pacientes porque son atendidos más tarde que otros que llegaron a posteriori.

Concepción Abellás, vicepresidenta de Semes Galicia, recuerda que para dar una atención de calidad «es absolutamente imprescindible tener un sistema que permita realizar una clasificación, con el único objetivo de poder atender de forma prioritaria al que más lo necesita». Es la prioridad lo que marca la asistencia y no el orden de llegada.

Desde hace años los hospitales gallegos utilizan el triaje Manchester, el famoso sistema de pulseras de colores que asigna una prioridad y un tiempo recomendado a cada problema. Esta valoración inicial no tiene que ver con el diagnóstico, sino «con el riesgo de deterioro o nivel lesional que posee el paciente», es decir, con la rapidez con la que necesita ser atendido. El objetivo del triaje es atender patologías tiempo-dependientes lo antes posible sobre otras patologías demorables. El sistema se usa de forma sistemática en cuatro comunidades, Asturias, Galicia, Madrid y Valencia, además de en hospitales de Andalucía y Murcia. En Europa es el método de Reino Unido y Portugal, mientras que se emplea de forma mayoritaria en Austria, Alemania, Suiza, Irlanda y Holanda, y en hospitales de Noruega e Italia.

Los pacientes son clasificados en cinco colores que van del rojo (más urgente), al azul (ni siquiera es urgente), y a cada uno de ellos se le asigna un tiempo de espera recomendado.

De riesgo vital a no urgente

En el caso de tratarse de una urgencia vital -pulsera roja- la demora es cero; diez minutos en caso de una situación muy urgente -pulsera naranja-; en el caso de ser asignado con una pulsera amarilla, clasificada como urgencia, el paciente debería ser atendido en menos de una hora; la pulsera verde, prioridad normal, establece una demora no superior a las dos horas; y finalmente si el enfermo recibe una pulsera azul ni siquiera se trata de una urgencia, y el tiempo estimado para la atención es de menos de cuatro horas.