¿Y ahora qué?

Daniel Prieto VICEPRESIDENTE DE AGEINCO

GALICIA

17 ene 2019 . Actualizado a las 10:30 h.

Los Presupuestos del Gobierno de España contemplan una reducción de la inversión en infraestructuras del 20 % en base a la finalización de las obras del AVE. Hasta aquí se puede ver como normal, pero cuando esos presupuestos contemplan un incremento del 52 % para otras comunidades entonces es cuando las cosas no cuadran. Parece como si con la finalización del AVE las infraestructuras en Galicia estuvieran rematadas para los señores del Gobierno, pero no es así. Faltan muchas cosas por hacer: la ampliación del puente del Pasaje en A Coruña, las mejoras en la AP-9 (Vial 18, peaje de Redondela, acceso de Alfonso Molina...), la autovía Ourense-Lugo, la variante del AVE en Ourense, la conexión de Vigo o la mejora de la línea ferroviaria a Ferrol y a Lugo… Aparte de la falta de inversión en mantenimiento, como cualquiera puede ver si circula por las autovías hacia Madrid. En materia de obras hidráulicas no se prevé hacer nada... Sin comentarios.

¿Y ahora qué? Todo esto sucede después de que los gallegos nos apretásemos el cinturón para contener el déficit y cumplir con las normas de financiación de los organismos públicos, para que nuestro dinero termine en autonomías que no respetan estas reglas y lo malgasten. Las empresas gallegas realizaron un esfuerzo notabilísimo en estos años oscuros: mejora de la competitividad, muchas veces a costa de los salarios de la gente; incremento de tecnología y de internacionalización; fidelización de clientes extranjeros; intercambios tecnológicos… Pero la lectura inmediata es que quien cumpla las normas, palo, y el que no, como es llave para un determinado gobierno, pues da igual: lo que quiera.

El supuesto incremento de gasto social no justifica esta reducción de inversión. El crecimiento de las pensiones, el de la prestación de paternidad, el del salario mínimo interprofesional se costea con un aumento de impuestos. Nuestros dirigentes ven a los empresarios como los elementos malignos de la ecuación, empleos con sueldos menores y con menos cotizaciones a la seguridad social, y a los que cada vez que hay cambios impositivos se les suben los impuestos, las cotizaciones a la seguridad social, incrementos en el precio del gasoil y de la energía, tasas administrativas cada vez mayores... Fácil, ¡por eso todo el mundo quiere ser empresario! ¡Ah!, y todo esto con concursos públicos donde no se paga ni el salario mínimo interprofesional, tal y como exige la ley.

La solución pasaría por cambiar de una vez por todas el modelo productivo, apostando por la empresa privada, por tener más cotizantes que no sean empleados públicos, por tener empleos dignos, por exportar más y mejor, por que los empresarios hagan inversiones en sectores punteros… Para ello necesitamos infraestructuras de calidad, mano de obra cualificada y energía barata. Pero, tristemente, por ahí no vamos…

Daniel Prieto es vicepresidente de Ageinco, la Asociación Gallega de Empresas de Ingeniería y Consultoría