Villares supedita su apoyo a Sánchez a hablar de cifras al margen de Podemos

Domingos Sampedro
Domingos Sampedro SANTIAGO / LA VOZ

GALICIA

Luis Villares en una imagen de archivo
Luis Villares en una imagen de archivo XOÁN A. SOLER

En Marea exige abrir una «negociación bilateral» para respaldar los Presupuestos

16 ene 2019 . Actualizado a las 23:14 h.

En Marea está decidida a ponerle precio al apoyo que le puedan prestar a Pedro Sánchez los cinco diputados que tiene en Madrid. Y el precio de ese peaje va a ser mucho más elevado de lo que pagó hasta el momento el presidente socialista por el sostén que le dio la formación rupturista gallega. Ese es el esquema de partida trazado ayer por el líder de En Marea, Luís Villares, que condicionó el respaldo al proyecto de Presupuestos Generales del Estado a que el Gobierno de Sánchez mantenga una «negociación bilateral» con la formación gallega que tome nota de sus reivindicaciones, al margen de los planteamientos que pueda hacer por su cuenta el grupo confederal de Unidos Podemos.

Villares no obvió que los cinco diputados de En Marea en el Congreso están subsumidos en Unidos Podemos. Pero dio a entender que el partido instrumental gallego no se siente representado por Pablo Iglesias, Alberto Garzón o Unidos Podemos en la interlocución que puedan mantener con el PSOE y el Ejecutivo de Pedro Sánchez sobre la inversión gallega de los presupuestos.

Aunque Villares valora que la «alianza» de En Marea con el partido morado «funciona ben» para establecer avances sociales, entre los que enumeró el incremento del salario mínimo o la subida de las pensiones más bajas, advirtió que Unidos Podemos debe entender que si desde el Gobierno no se respetan los principios mínimos fijados en la llamada agenda gallega de cambio, «non poderemos apoiar os orzamentos», avisó.

Entre los 50 puntos de la agenda gallega a la que alude, presentada el pasado octubre, se incluyen demandas como el traspaso de la AP-9 a Galicia, que Villares considera encarrilada, pero también la transferencia de las competencias en materia de Tráfico, inspección de trabajo, seguridad marítima o sanidad penitenciaria. Enumera asimismo la devolución del pazo de Meirás a la ciudadanía gallega, la condonación de la deuda del puerto de A Coruña o inversiones en el saneamiento de las rías y en las conexiones ferroviarias con los puertos.

El portavoz de En Marea entiende que la política presupuestaria es el marco idóneo para tratar esta agenda, y por eso supeditó el apoyo de su formación a Sánchez a que se cumplan tres requisitos: que el Gobierno abra una negociación bilateral con En Marea al margen de Unidos Podemos, que el acuerdo se plasme en un documento escrito y que todo se haga antes del debate de totalidad de las cuentas y no durante la tramitación de las mismas. De lo contrario, «estamos dispostos a chegar a onde faga falta», advirtió Villares.

Los socialistas evitan las críticas, pero admiten margen de mejora en las cuentas

Hace solo nueve meses, los socialistas gallegos registraron en el Congreso una batería de 300 enmiendas para intentar mejorar el último proyecto presupuestario del Gobierno de Mariano Rajoy, que preveía una inversión de 936 millones de euros en Galicia. Ponía el acento el PSdeG en las obras que quedaron en el tintero y exigía aumentar en 698 millones más el compromiso con la comunidad para llegar al nivel de los 1.500 millones de euros recogidos en los últimos Presupuestos del Estado aprobados por Zapatero.

Las cifras que refleja el proyecto impulsado ahora por Pedro Sánchez empeoran las de Rajoy, con una reducción del 19 % de la inversión prevista, lo que obligó a los socialistas gallegos a tener que hacer el difícil ejercicio de evitar cualquier crítica al Gobierno, a invocar medidas que ni siquiera figuran en los presupuestos, como el incremento del salario mínimo interprofesional, y a admitir que, en todo caso, las cuentas permiten margen de mejora.

El propio secretario general del PSdeG, Gonzalo Caballero, defendía ayer, en un artículo publicado en La Voz, el proyecto del Gobierno de Sánchez, pero a la vez lanzaba una indicación a la posibilidad de mejora al señalar que desde Galicia «temos que traballar para ter os mellores números posibles para o noso país», pues entiende que hay proyectos necesarios «que deben ter acomodo nuns orzamentos expansivos».

Dotaciones «insuficientes»

Mucho más explícita se mostró la candidata del PSOE a la alcaldía de A Coruña, Inés Rey, que advirtió en un comunicado que los presupuestos del Estado «son insuficientes para A Coruña», al tiempo que invocaba la necesidad de introducir enmiendas para mejorar las cifras en lo que atiende a la ciudad herculina.

A nivel gallego, nadie en el partido ha ido tan lejos ni ha deslizando críticas a las cuentas. Ahora bien, varios dirigentes tuvieron que retocar de inmediato el discurso exhibido hace solo unos meses cuando se trataba de censurar las cuentas de Rajoy. Entonces, dirigentes y diputados como Gonzalo Caballero, Fernández Leiceaga o Pilar Cancela criticaron que el PP intentara computar en la inversión para Galicia elementos como las fragatas de Ferrol o la revalorización de las pensiones mínimas. Paradójicamente, el PSdeG utiliza ahora esos elementos para leer las cuentas de Sánchez en positivo.

En Marea garantiza que tiene autonomía política para votar al margen de lo que decida la dirección de Podemos

Madrid

En menos de dos meses las cartas quedarán al descubierto y se podrá comprobar si el órdago lanzado por En Marea condicionando su apoyo a los Presupuestos a un incremento de las inversiones en Galicia es un farol, o si de verdad tiene intención de sostener su amenaza. Por el momento sus cinco diputados se muestran dispuestos a hacer efectiva la autonomía de voto de la que presumen disfrutar dentro del grupo parlamentario, y rechazar así las cuentas con independencia de la postura fijada por la dirección nacional de Podemos. «A independencia de voto está garantida», afirman fuentes de En Marea respecto al acuerdo de integración al que llegaron en el 2016.

Sería la primera vez que se registraría esta disfunción en un asunto de calado. En los dos años y medio de la actual legislatura se han celebrado centenares de votaciones en el Congreso y, en su inmensa mayoría, el voto de Pablo Iglesias siempre ha coincidido con el de los cinco diputados gallegos. Tan solo se pueden rescatar un par de excepciones en las que la dirección del grupo confederal no mantenía una postura muy firme (una con la ley mordaza y otra sobre Venezuela), o los errores al pulsar el botón del escaño, tan frecuentes. Bien es cierto que en la abrumadora mayoría de las votaciones siempre coinciden los intereses, y que hasta ahora nunca hubo un tema que generase la suficiente tensión como para que partiese la cuerda. Pero esta ruptura podría llegar a mediados de marzo, cuando se celebrará la votación definitiva del proyecto de ley, en la que el Parlamento decidirá por mayoría simple si las acepta o las rechaza.

El papel negociador de Díaz

De los cinco diputados de En Marea, dos pertenecen a Podemos (Gómez-Reino y Ángela Rodríguez), dos a Anova (Alexandra Fernández y Fernán Vello) y la otra, Yolanda Díaz, opera bajo la bandera de IU, pero a nadie se le escapa que es una de las personas de máxima confianza de Iglesias, hasta tal punto que fue una de las elegidas para participar en las negociaciones que cristalizaron en el acuerdo del Gobierno con Podemos y del que nacieron estos Presupuestos contra los que ahora toca remar a contracorriente para que no se consume el maltrato a Galicia. Díaz reivindicó este martes el carácter social de las cuentas, pero lamentó el olvido a la parte gallega, a pesar de que hace un mes, en un encuentro con la militancia, garantizaba que Galicia había estado «moi presente nas negociacións co Goberno».