Manuel Blanco Desar: «Sin gente joven, esto se convertirá en la tierra del "xabaril"»

c. p. VIGO / LA VOZ

GALICIA

Manuel Blanco Desar, autor del libro «Galicia: un pobo con futuro»
Manuel Blanco Desar, autor del libro «Galicia: un pobo con futuro» José Manuel Casal

«Cuando las empresas tengan que decidir dónde invertir, no lo harán donde no haya consumidores», afirma el economista especialista en demografía

07 ene 2019 . Actualizado a las 05:00 h.

Recorre desde hace semanas toda España advirtiendo de los peligros que afronta una sociedad sin relevo generacional. Su libro Una sociedad sin hijos es toda una radiografía de cómo son la Galicia y la España actuales. Manuel Blanco Desar (Santiago, 1965) clama: «esto acabará siendo la tierra do xabaril, con grandes extensiones donde solo crecerán el toxo y el xabaril y los medioambientalistas estarán encantados».

-Una parte de la sociedad no advierte nada adverso en que cada vez seamos menos y con menos niños: menos paro, dicen, menos presión inmobiliaria...

-No soy natalista, y no se puede tener hijos a cualquier precio, pero el problema no es la natalidad a nivel planeta, sino de proporciones. Cada zona tiene unos intereses, y el nuestro ahora es apuntalar el sistema de bienestar, por ejemplo, y para eso necesitamos un mínimo de población para alcanzar esos objetivos e integrar a los inmigrantes que necesitamos, y que van a seguir llegando. Viendo el problema desde una perspectiva gallega, lo que hay que tener claro es que Galicia será absolutamente irrelevante en el mapa político español. Cuando las empresas tengan que decidir dónde invertir, no lo harán donde no haya una masa crítica de consumidores.

-¿Habrá menos empleo, pues?

-Si no tenemos gente joven, esto será insostenible, ni mejorando la productividad a nivel de Corea del Sur. Los países del tigre asiático, que ya han dado el salto en mejora de competitividad, ya están desesperados porque no tienen la suficiente gente joven.

-¿Podrá jugar Galicia al menos algún papel como reserva de la tercera edad?

-Los niños cada vez me dan más pena porque cada uno que nace en España lo hace con una mochila de plomo, que es la división de la deuda pública entre el número de habitantes, y a cada uno le tocan ya 54.500 euros que tendrá que amortizar en su vida. Y claro que habrá pequeños nichos de oportunidad en la llamada economía plateada o en la industria relacionada con la muerte, porque vamos a morir en mayor cantidad y a mayor velocidad, pero eso será como ir quemando los vagones del tren para seguir avanzando.

-Y menos personas para pagar esa mochila de deuda.

-Exacto. Como habrá menos personas naciendo, sus mochilas tendrán cada vez más lingotes de plomo de deuda, serán cada vez más pesadas. Y entonces no les quedará más salida que marcharse. Pagarán el doble y recibirán la mitad, si no se van.

-¿Se puede frenar con leyes, con pactos, la deriva demográfica?

-Ojalá se produjese el milagro y llegásemos a ese gran acuerdo, pero no está en el horizonte.

-¿Debe esgrimir Galicia ese declive poblacional con más fuerza?

-La parte positiva de estar tan mal es que estás más interesado y legitimado que otras comunidades para exigir al Estado y a la UE que pongan en marcha todos los mecanismos para revertir esta situación, desde la política fiscal a la socio-laboral. Hay que quemar ese cartucho y dejar de conformarse con lo que tenemos. Esto es una desgracia y hay que reconstruir Galicia y frenar el ritmo de escapada del campo.