Se llevan un cadáver del velatorio familiar para hacerle la autopsia

a. parada RIBEIRA / LA VOZ

GALICIA

MARCOS CREO

Denuncian en Outes que una fallecida fue sacada del tanatorio cuatro horas antes del entierro debido a un error administrativo

04 ene 2019 . Actualizado a las 05:00 h.

Estas han sido unas Navidades muy difíciles para la familia de María del Río Antelo, una mujer de unos 70 años del municipio coruñés de Outes que falleció la noche del lunes 1 de enero. Hasta ese momento, los suyos podían intuir que la despedida sería dura, pero lo que no podrían haberse atrevido a pensar, ni por asomo, es que el yerno, José María Suárez, acabaría pronunciando la siguiente frase: «Imaxina que che quitan a un ser querido a catro horas do seu enterro». Pues eso mismo fue lo que pasó. Cuando la difunta ya estaba en el velatorio, la vinieron a buscar para llevársela al forense.

La mujer falleció en la unidad de cuidados paliativos del hospital compostelano Gil Casares, centro en el que tanto la familia como la funeraria indican que se expidió sin problema alguno el certificado de defunción y el cuerpo fue retirado de la forma habitual del depósito para su posterior traslado a la sala mortuoria. No obstante, las trabas comenzaron a la mañana siguiente, cuando los profesionales de la empresa solicitaron el permiso de enterramiento en el juzgado compostelano.

«Parece ser que no certificado de defunción non se especificou ben a causa da morte, e en lugar da parada cardiorrespiratoria anotaron que foi por un traumatismo», explicó Suárez, que toma la palabra en unos momentos muy duros para el resto del entorno de la familia Del Río. El yerno también señaló que hace diez meses la mujer había sufrido un ictus y una caída que la llevaron a ingresar en el complejo hospitalario, por lo que creen que eso podría haber generado confusión y motivar que desde el juzgado requiriesen la revisión por parte del forense.

La versión de la funeraria

«Nós non podemos retirar un corpo do depósito sen un certificado de defunción expedido por un médico, creo que está bastante claro», anotaron desde la funeraria, empresa a la que la familia le agradece haber dado la cara por ellos en todo momento. Y es que, cuando el reloj marcaba la una de la tarde, el cadáver salía para Santiago, pero cerca de las 14.30 horas ya había regresado de nuevo a Outes, donde fue finalmente enterrada.

«Estabamos e estamos indignados, pero a nosa reacción foi a de colaborar para evitar que se producisen máis atrasos. Sabiamos que se nos negabamos ao traslado virían axentes da Policía Xudicial e iso impediría con toda probabilidade que se celebrase o funeral ás catro da tarde», relató José María Suárez, para destacar que esto no ha terminado y que a lo largo de hoy se acercará al hospital Gil Casares para entregar la medicación no utilizada y presentar una queja formal con la que pretenden hallar respuestas.

La causa que ha despertado una profunda indignación en los parientes de la mujer fallecida es que todavía desconocen quién es el responsable de las horas de incertidumbre y de tensión que los miembros de la familia tuvieron que vivir sin saber si los restos mortales regresarían a tiempo a Outes para el funeral.

«Non queremos nin pedimos absolutamente nada, protestamos porque escoitamos esta historia en máis sitios e non queremos que lle volva suceder a ninguén. Só esiximos un mínimo de dignidade, e creo que quen se equivocou debería pedir desculpas», sentenció Suárez.

La Consellería de Sanidade niega tener nada que ver con lo sucedido

Desde la Consellería de Sanidade, a la que la familia de María del Río Antelo pedirá hoy una explicación a través de una queja formal, niegan que se haya producido ningún error en el Hospital Gil Casares y que el cadáver hubiera regresado a dicho centro sanitario después de volver a Outes.

Fuentes de este organismo dependiente de la Xunta precisaron que, tras realizar las correspondientes comprobaciones, de lo único que tienen constancia es de que se expidió el certificado de defunción a la funeraria que designó la familia, al igual que el resto de los documentos pertinentes.

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