Un gigante de cristal casi vacío en Viveiro

Lucía Rey
lucía rey VIVEIRO / LA VOZ

GALICIA

PEPA LOSADA

El edificio de la sede de la Fundación Comarcal de A Mariña Occidental, concebido como escaparate cultural, económico y social de la comarca, languidece a la espera de nuevos usos

30 dic 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

Nació para convertirse en el mejor escaparate de la realidad cultural, social y económica de Cervo, Ourol, Xove, Viveiro y O Vicedo, los cinco concellos situados en el oeste de A Mariña, y quince años después de su apertura languidece, vacío y prácticamente abandonado, a la espera de nuevos usos. Se trata de la sede de la Fundación Comarcal A Mariña Occidental, un espectacular gigante de cristal, acero y madera que fue construido en Viveiro por la Xunta de Galicia sobre un terreno de titularidad municipal situado en un enclave privilegiado, frente al puerto deportivo y la desembocadura del río Landro. Corrían otros tiempos y el dinero procedente la Unión Europea fluía como la espuma por todas partes. Quizás eso explique el hecho de que pocos reparasen entonces o, mejor dicho, que a casi nadie le importase que el presupuesto inicial de la obra, fijado en 112 millones de pesetas (673.134 euros), se disparase hasta los casi 155 millones de las antiguas pesetas (930.000 euros) que se invirtieron finalmente.

Con una superficie de 700 metros cuadrados sobre una finca de 5.000, el espectacular edificio fue diseñado por los arquitectos Patricia Sabín y Enrique Manuel Blanco. Fue un proyecto de primera línea que en el 2002 obtuvo incluso un accésit en los premios que organiza el Colexio Oficial de Arquitectos de Galicia (COAG). «Sus autores valoran la relación del edificio con el entorno, la presencia de la ría con sus brillos y vistas constituye un material fundamental para su configuración arquitectónica que establece, a su vez, un sugerente diálogo entre interior y exterior», describe Diana Rodríguez en el blog Arquitectura de Galicia. «Dos grandes rampas de granito definen el itinerario y enfatizan la continuidad espacial [...]. El área destinada a los servicios administrativos de la fundación se sitúa en la planta semisótano, buscando la intimidad y la protección», abunda.

En el verano del 2003 fue inaugurado a bombo y platillo durante un acto con el entonces presidente de la Xunta, Manuel Fraga, y en el que participó otra figura histórica del PP gallego, César Aja Mariño, que acababa de ser desplazado de la alcaldía de Viveiro por otro de los participantes, Melchor Roel, histórico del sindicalismo y que en las elecciones municipales de aquel año había encabezado la lista del PSOE local. Distribuido en dos niveles, el cometido del edificio era convertirse en un servicio público enfocado al desarrollo local, con sala de exposiciones, lugar de reunión y punto de información turística.

Tras unos años en los que sí desarrolló algunos usos para los que fue concebido, y recibió a miles de visitantes, entró en una época de letargo. El 31 de diciembre del 2011, la Xunta, en manos ya de Alberto Núñez Feijoo, decretó la extinción de las fundaciones comarcales, y a principios del año siguiente, en el 2012, el inmueble pasó a depender de la Axencia de Desenvolvemento Rural (Agader). A finales del 2015, el Gobierno autonómico decidió trasladar a la delegación de la Consellería do Mar, situada en Celeiro, a menos de un kilómetro, los últimos servicios que quedaban en el gigante de cristal, relacionados con el sector forestal, agrario y veterinario. Un año antes había expirado el período de cesión del edificio, y la corporación municipal había aprobado por unanimidad solicitar a la Xunta la «reversión». 

«Con muchas novias»

En abril del 2016 la entonces delegada territorial de la Xunta en Lugo, Raquel Arias, entregó de manera simbólica el inmueble al Concello de Viveiro, representado ese día por la alcaldesa actual, María Loureiro, quien resaltó que el edificio tenía «muchas novias», y que sería destinado a «usos sociales y de los vecinos».

Desde entonces, las propuestas se han sucedido. Desde las del PP, que planteó crear un vivero de empresas, a las del BNG que propuso habilitar una sala municipal de exposiciones e incluso un museo. Poner en marcha un centro para atender a enfermos de alzhéimer fue otra idea barajada. Pero la que más fuerza tiene ahora, según asegura la regidora, es la creación de una Casa da Cultura, en la que «centralizar» actividades y exposiciones que hoy se organizan repartidas por otros espacios, como el Conservatorio de Música. «Tenemos un acuerdo con el grupo de no adscritos para eso, y ya destinamos una partida presupuestaria para mobiliario», avanza. Mientras tanto, los únicos que acuden con frecuencia al centro son los integrantes de dos formaciones musicales, Escolma de Meus y la Banda Naval, que ensayan en sus bajos, y los miembros del Seminario de Estudos Terra de Viveiro, que también tienen acceso a las instalaciones.

Los datos

El pasado. Fue inaugurado en el 2003 como sede de la Fundación Comarcal A Mariña Occidental para favorecer el desarrollo local. Tras la extinción de las fundaciones en el 2012, quedó sin uso, y desde el 2016 está en manos del Concello.

El presente. El edificio está cerrado y prácticamente abandonado, a la espera de ser convertido en Casa da Cultura. Mientras, solo acceden a él dos formaciones musicales y el Seminario de Estudos Terra de Viveiro.