El milagro económico de tener hijos

Juan María Capeáns Garrido
juan capeáns SANTIAGO / LA VOZ

GALICIA

Galicia afronta la crisis demográfica con medidas que no estimulan, y sin un estudio propio para hacer el diagnóstico

22 dic 2018 . Actualizado a las 12:34 h.

«Las familias prefieren no mirar lo que se gastan en un hijo». La frase es de Ana Argiz, directora de Escuela de Mamás, un negocio que desde hace un lustro crece razonablemente, entre otras cuestiones porque está situado en O Milladoiro, Ames, que junto a Arteixo, O Porriño o Barbadás es de los pocos municipios que tienen más nacimientos que defunciones. Este lunes organizó en su local una charla con el economista Manuel Blanco Desar, que está recorriendo España para promocionar su libro Una sociedad sin hijos. En la tertulia posterior, las mamás hicieron un ejercicio nada habitual en las familias en etapa de procreación: números. Entre todas convinieron que el primer año de un bebé tiene un coste de 5.000 euros. Y que con las medias de emancipación actuales, en torno a los treinta años, el importe completo anda entre los 150.000 y 200.000 euros, sin demasiados lujos. Nadie salió despavorido de la sala.

Es la voz de la calle, de la clase media, no la de los académicos, ni la del presidente de la Xunta, que este jueves, tras consignar 36 millones de euros para la Tarxeta Benvida -la medida estrella autonómica, que facilita 1.200 euros en productos para la infancia-, se aventuró a afirmar que la falta de niños en Galicia «non pode ser un problema económico». El motivo de su reflexión es, en principio, impecable: para percibir esta ayuda durante el primer año, la renta anual familiar debe ser inferior a los 45.000 euros, y podrán extenderla hasta los tres años aquellos hogares en los que entren menos de 22.000 euros. Si ocho de cada diez niños que nacen tienen derecho a esta prestación, y de los 15.000 casos anuales, 9.000 pueden ampliar la percepción a tres años, ahí tenemos dos grandes claves del problema: los gallegos en edad de procrear son bastante pobres, y los que son ricos -¿una familia con tres miembros y 45.001 euros de ingresos lo es?- no tienen hijos.

El informe de fecundidad del INE da pistas, pero Galicia necesita datos más precisos ¿No estamos, presidente, ante un problema económico? Claro que sí. Y social, cultural, laboral y también académico y de formación. Galicia, junto a Canarias y Asturias, está en el podio de la tristeza natalicia, pero el Instituto Nacional de Estadística no es capaz de iluminarnos sobre los problemas concretos de estas áreas yermas. Su reciente informe de fecundidad, ese en el que los españoles decimos que queremos tener dos hijos pero solo llegamos a uno y pico, nos da algunas pistas, como que hombres y mujeres con formación superior son más reacios a la procreación, y, cuando se deciden, ya establecidos, suele ser tarde. O lo que es lo mismo, el desarrollo económico y social sigue siendo el mejor método anticonceptivo en el primer mundo, con contadas excepciones nórdicas que suelen estar regadas con poderosas ayudas públicas.

Pero todo son indicios, y mientras miramos estadísticas aisladas y sacamos conclusiones, el tiempo se escapa para las generaciones fértiles. Esta semana también se reunió el Observatorio Galego de Dinamización Demográfica para definir sus líneas estratégicas, y pidió una respuesta «de país». Pueden empezar por analizar a fondo la situación gallega cruzando datos de fecundidad, censos de población rural y urbana, información de la Seguridad Social, cifras de la Agencia Tributaria y las circunstancias laborales de los grandes empleadores, públicos y privados. Un estudio propio. Porque lo que no se puede medir, no puede mejorar.

Dos apuntes

Los alcaldes han salido del grupo

La «bochornosa» situación de En Marea -el término es de Anova- se ve también en los pequeños detalles. El espacio común no lo es tanto cuando se trata de utilizar el local que la organización ha alquilado en el centro de Santiago. Más surrealistas son las situaciones que se están generando en los chats internos. Por eso los alcaldes han salido del grupo.

¿Qué quieres decir cuando no estás?

No son actitudes nuevas pero, por reiteradas, resultan preocupantes. La oposición en el Parlamento se levantó de la comisión de investigación sanitaria solicitada por ellos mismos y dejó al PP cómodamente instalado, sin contrarréplicas. Y ayer el BNG fue la única formación que se ausentó de un acto organizado por la propia Cámara sobre los 40 años de la Constitución y un tema que debería interesarles, como es el autogobierno de Galicia. A final de mes cobrarán igual.