Dos horas de retraso en el rescate del helicóptero del médico gallego muerto

Begoña Íñiguez LISBOA / CORRESPONSAL

GALICIA

OTAVIO PASSOS / Efe

La demora ha sido admitida hoy en un comunicado en el que la Fuerza Aérea portuguesa detalla los pasos seguidos cuando se perdió la pista de la aeronave

17 dic 2018 . Actualizado a las 12:36 h.

Dos días después del trágico accidente de un helicóptero del Instituto de Emergencia Médico luso (INEM) en la sierra de Valongo, cerca de Oporto, los interrogantes se suceden por las dos horas que transcurrieron entre la primera alerta de desaparición del helicóptero siniestrado (18.35, hora local) del espacio aéreo luso y el comienzo de las operaciones de rescate (20.40 horas). En el fatídico accidente perecieron sus cuatro ocupantes, entre los que se encontraba Luis García Vega, un médico de A Coruña de 47 años; una enfermera, Daniela Silva; el piloto, João Lima; y el copiloto, Luis Rosindo.

La demora en el rescate ha sido admitida esta mañana en un comunicado en el que la Fuerza Aérea portuguesa detalla los pasos seguidos durante la tarde del sábado, cuando se perdió la pista de la aeronave. Según la Fuerza Aérea, alrededor de las 19.40 hora local (una hora más en la Pnínsula Ibérica) el organismo de navegación aérea de Portugal (NAV) indicó que el helicóptero «no reportaba posición desde hacía algún tiempo», aunque la operación de socorro para encontrarlo no comenzó hasta las 21.35.

En esas dos horas, prosigue la nota, el Centro de Búsqueda y Salvamento de Lisboa, perteneciente a la Fuerza Aérea, entró en contacto con Protección Civil, así como con algunas delegaciones locales de la Guardia Nacional Republicana (equivalente a la Guardia Civil española), buscando confirmación. Varios de los interlocutores dijeron «no conocer ningún incidencia», en tanto que en algunos casos, como la delegación regional de la Guardia Nacional Republicana, «el teléfono no estaba disponible». Solo a partir de las 20.00, las diferentes autoridades empezaron a reportar llamadas de vecinos de la zona de Valongo, a 15 kilómetros de Oporto, donde se estrelló el helicóptero, que dijeron haber escuchado «un ruido extraño». Tras ello, se puso finalmente en marcha el operativo de búsqueda, que encontró los restos de la aeronave siniestrada durante la madrugada del domingo en una zona montañosa de difícil acceso.

Recuperación de los cuerpos

Los trabajos de recuperación de los cuatro cuerpos se sucedieron durante todo el día de ayer. En estas tareas participaron 134 personas, que se encargaron de recorrer todo el perímetro de la zona donde cayó la aeronave, apoyadas por 35 vehículos de bomberos, la policía y el propio INEM. El helicóptero fue localizado a la una y media de la madrugada.

Dos de los cuerpos seguían dentro de la cabina y otros dos fuera, junto al aparato siniestrado. Las primeras causas del suceso apuntan a la escasa visibilidad y a las malas condiciones atmosféricas (niebla, lluvia y bastante viento) que había en la zona cuando el helicóptero regresaba después de atender una urgencia médica. El Ministerio de Administración Interna, dirigido por Eduardo Cabrita, confirmó que se abrirá una investigación urgente para «determinar las causas del accidente y lo que falló en los mecanismos de transmisión y lanzamiento de las alertas del siniestro», indicó en un comunicado.

El primer ministro portugués, el socialista António Costa, afirmó ayer desde Afganistán, a donde se desplazó para visitar a las tropas lusas destacadas en ese país, que «hay en curso una investigación urgente para aclarar lo que falló en Valongo y las causas del accidente». El mandatario luso lamentó lo sucedido y quiso transmitir su pesar a los familiares y amigos de los fallecidos.

Por su parte, el jefe del Estado, Marcelo Rebelo de Sousa, insistió en la necesidad de «saber lo antes posible lo ocurrido» porque este tipo de hechos «crean en los portugueses una desconfianza hacia el Estado y su capacidad de respuesta que tenemos que evitar».

Medio centenar de facultativos gallegos aún trabajan en Portugal

Como consecuencia de los fuertes recortes llevados a cabo en la sanidad lusa desde el 2010, que ha reducido considerablemente los salarios y condiciones laborales de los médicos, enfermeros y auxiliares de enfermería, el número de facultativos gallegos que trabajan en Portugal se ha reducido considerablemente en los últimos ocho años.

Pese a ello, más de medio centenar de facultativos han optado por continuar en el país y ejercer la medicina en hospitales y centros de salud portugueses. Muchos tienen su plaza en hospitales próximos a la frontera, de manera que residen en Galicia y se desplazan cada día para desempeñar su trabajo en la sanidad portuguesa.

Luis García Vega, el médico coruñés fallecido el sábado en el accidente de Valongo, había optado por permanecer en Portugal, donde se sentía como en casa. El médico había cursado sus estudios en el colegio coruñés de Peñarredonda para después, trasladarse a Pamplona para completar su formación en la facultad de Medicina navarra. Vivía, desde 1999, en Santa Maria da Feira, a 30 kilómetros de Oporto, con su mujer, y trabajaba en el servicio de urgencias de un uno de los hospitales de la localidad, el de São Sebastião, desde que se abrió el centro sanitario justo el año en que llegó a Portugal. Una vez al mes colaboraba en las tareas de atención médica del INEM, como ocurrió el pasado sábado, en la que sería su última misión.