En Marea señala a los críticos por su «vontade de facer trampas» y después mirar para otro lado

m. b. SANTIAGO / LA VOZ

GALICIA

SANDRA ALONSO

El conflicto interno del partido amenaza con prolongarse en el tiempo

16 dic 2018 . Actualizado a las 19:19 h.

El conflicto de En Marea amenaza con prolongarse en el tiempo sin una convocatoria electoral a la vista. Después de reunirse, la dirección de En Marea anunció ayer la puesta en marcha de un conjunto de medidas para garantizar una futura votación con plenas garantías. Para ello, ha decidido relevar a la empresa que gestionaba la plataforma de votación y custodiaba el censo, después de que se confirmara que un técnico había filtrado las clave de acceso.

En Marea ha anunciado, además, la puesta en marcha de un sistema de confirmación de voto por SMS, y que otra empresa se encargará de un servicio de autoridad externa de votación. El sector oficial, que libra un pulso con los críticos, ha asegurado que la obligación del partido es actuar con «ética» y con «transparencia», y no emprender una huida hacia adelante cuando se producen ilegalidades.

«A nosa vontade política é que se poida votar canto antes», anunció ayer el propio Luís Villares. Según ha explicado la dirección de En Marea, una vez adoptadas estas medidas, es ahora el comité de garantías (donde el sector Villares tiene mayoría) el que tiene que decidir si se dan las condiciones para una nueva convocatoria, que deberá llevar a cabo el comité electoral, que es donde tienen mayoría los críticos.

La dirección de En Marea insistió ayer en que las irregularidades contrastadas solo se pueden producir «se hai vontade de facer trampas» y mostró su decepción porque voces del sector crítico, entre las que se encuentran Antón Sánchez o Martiño Noriega, opten por mirar hacia otro lado.

El sector que encabeza Villares reitera que las irregularidades en el censo se produjeron desde entradas de cuatro direcciones de IP, vinculadas todas ellas a miembros de Esquerda Unida, pero el partido de Eva Solla se desmarca de estas acusaciones, que no duda en calificar de «falsas».

Por su parte, la corriente crítica de En Marea decidió no participar ayer en la reunión del consello das mareas, el órgano de dirección, al entender que se trataba «dunha farsa» cuyo único objetivo era aplazar la convocatoria electoral para mantener vivo el conflicto el mayor tiempo posible. Así lo expuso a las puertas de la sede del partido Daniel Calvete, justo antes de que comenzase la reunión. El llamado sector crítico con Luís Villares lo componen una amplia parte de Anova y de Podemos, además de Esquerda Unida y los tres alcaldes de las mareas, con Martiño Noriega en cabeza.

El regidor santiagués fue precisamente quien impulsó el pasado verano la llamada mesa de confluencia, un instrumento para lograr que la dirección del partido reflejase la pluralidad del espacio. Los críticos justificaron su plante en que la coordinadora liderada por Luís Villares (órgano ejecutivo del partido) está usurpando las funciones del comité electoral, en que no existen motivos para aplazar las elecciones y en que es necesario retirar una denuncia en la Fiscalía contra tres compañeros que se sustenta en acusaciones falsas.

«Non nos importa demasiado o que poida decidir un consello en funcións que non ten competencias», denunció Daniel Calvete. Desde el sector de Villares se insiste en que su actuación obedece a principios puramente «éticos» y de «transparencia», y que no existe ninguna voluntad de aplazar el proceso electoral, tal y como denuncian los críticos, que ven maniobras dilatorias por el miedo de Villares a perder en las urnas.

David Bruzos: «Agora inventan un novo inimigo e logo inventarán outra cousa»

David Bruzos, la persona que lideraba la lista alternativa en las elecciones suspendidas y con la que los críticos querían desbancar a Luís Villares, denunció ayer que estamos ante una nueva estrategia que busca retrasar las votaciones que deberían haberse celebrado el fin de semana del 1 de diciembre. «Agora inventan un novo inimigo e logo, cando isto acabe, inventarán outra cousa», sostuvo en declaraciones remitidas a los medios de comunicación.

Para Bruzos, que el consello haya determinado una serie de medidas que permiten incrementar las garantías en la votación de las elecciones internas, es una estrategia más para «retrasar as votacións». En línea con lo expresado ya por Antón Sánchez o Martiño Noriega, lo ocurrido en el partido, a su modo de ver, «é extremadamente grave» porque se trata de acusaciones apoyadas en auditorías que «son absolutamente secretas» y, por tanto, se encuentran bajo llave. Para Bruzos, lo sucedido ayer es de una irresponsabilidad política enorme que tiene nombres: Luís Villares y las personas que integran su coordinadora.

Esquerda Unida se defiende

Esquerda Unida (EU) hizo público ayer un comunicado en el que se desvincula de las acusaciones que la relacionan con las irregularidades del censo. «Descoñecemos os informes das auditorías e con que criterios se contrataron, quen as levou a cabo e cal é o contido das súas resolucións. Nesta situación de desinformación estamos a presenciar elucubracións malintencionadas», denunció la organización de Eva Solla, que va incluso más allá al recordar que se está señalando a compañeros que fueron elegidos para el desempeño de sus funciones dentro del comité electoral, a los que se está difamando y poniendo en duda su honorabilidad.

«Lamentamos a obstrución continua á que a dirección de En Marea está sometendo ao espazo político de En Marea, é unha expresión da derrota política e do lastre que supón para a unidade popular o uso de prácticas máis propias doutras épocas e doutros espazos», asegura EU.