La reinvención jacobea cumple 25 años

Juan María Capeáns Garrido
Juan Capeáns SANTIAGO / LA VOZ

GALICIA

XOÁN A. SOLER

Galicia conmemora la declaración del Camino como Patrimonio de la Humanidad

12 dic 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

Como ocurre a diario, media docena de peregrinos esperan a eso de las siete y media de la tarde a que O Gato Negro abra sus puertas. Es diciembre, el mes con menos afluencia de caminantes, y llueve, pero huele a nécoras cocidas y a empanada en la última taberna con solera que queda en el casco histórico de Santiago. Por tamaño, más bien escueto, y cálculo de probabilidades, es imposible que alguno no se haya sentado en la misma mesa en la que, en 1990, el entonces conselleiro Víctor Manuel Vázquez Portomeñe garabateó en unas servilletas de papel algunas ideas de lo que después fue el Xacobeo 93, la piedra angular que ha dado sentido a la proyección exterior de Galicia.

El del 2021 aspira a ser el mejor de la historia, pero el primero es el primero, y había que celebrarlo. La disculpa la brindó el aniversario del regalo que coronó aquel año para el recuerdo que ya se considera la tercera inventio -el término en latín que hace referencia a los hallazgos del sepulcro de Santiago, en el siglo IX y en el XIX, claves en el auge de las peregrinaciones-. El 13 de diciembre de 1993 la Unesco decidió en Cartagena de Indias declarar al Camiño Francés como Patrimonio de la Humanidad, y desde entonces el balance histórico de caminantes tiene una inclinación positiva más empinada que la cuesta que se corona en O Cebreiro.

Al pie del último repecho urbano del Camino, en el auditorio CGAC, la Xunta reunió a buena parte de los protagonistas del fenómeno que se ha convertido indiscutiblemente en el mayor éxito colectivo de Galicia. Tuvieron voz, a través de un emotivo vídeo, peregrinos de todo el mundo, y también los que llevan dos décadas y media dando la cara en los albergues, entre ellos una sobrina de Elías Valiña, el cura que a lo largo del siglo XX indicó con una flecha amarilla cuál era el camino acertado.

Habló Portomeñe en nombre de todos, con la misma pasión que le pone siempre que se refiere a la «rúa Maior de Europa», porque él tuvo «a sorte» de pasar aquellos apuntes improvisados en servilletas al Diario Oficial de Galicia, desde el que se articularon los fastos del 93, porque así calificaban aquella arriesgada apuesta los que tenían menos fe. El que fuera hombre de confianza de Manuel Fraga fue espléndido en los agradecimientos, que se empeñó en compartir con los cien alcaldes de los municipios por los que pasan las distintas rutas, con los hospitaleros, con las asociaciones internacionales del Camino, y con los periodistas que supieron ver, sentir, contar y contagiar la magia del primer itinerario cultural europeo. Y también se acordó de la Iglesia, que entendió con generosidad que el Xacobeo civil no era incompatible con la peregrinación religiosa. Escuchaba satisfecho en la primera fila Julián Barrio, que también ha cumplido 25 años desde que fue nombrado obispo auxiliar de Compostela y que recuerda siempre que puede que Galicia no es un destacado centro financiero ni político de Europa, pero sí es la capital de la espiritualidad que se rebela ante «a asfixia do capitalismo».

El alcalde de Santiago, que representaba a todos los regidores, y el presidente de la Xunta levantaron la bandera blanca del consenso político y coincidieron en seguir superando las diferencias ideológicas y observar el horizonte del 2021 con altura de miras, como hicieron entonces el popular Fraga y el socialista Xerardo Estévez, también entre el público. Feijoo, 25 años después del hito del 93, volvió a señalar la dirección correcta: «Entre as murallas e os camiños, sempre a favor dos camiños que unen».

Más de 3,6 millones de peregrinos y siete mil libros desde el Xacobeo 93

El éxito de la fórmula jacobea reinventada como plataforma de proyección exterior de Galicia tiene cifras objetivas para defenderse. Desde el año en el que el Camiño Francés fue declarado Patrimonio de la Humanidad, efeméride que ha quedado grabada en una céntrica losa de la plaza del Obradoiro, acreditaron su llegada a Santiago 3,6 millones de peregrinos, aunque el impacto en el sector turístico es imposible de descifrar. Una de las vías de penetración más efectivas ha sido la literatura y los libros de viajes. En los últimos 25 años se han registrado siete mil publicaciones con referencias a las rutas jacobeas, con un impacto determinante en países como Corea del Sur, Brasil o Estados Unidos.