El PSOE releva a su portavoz en la Diputación ourensana tras apoyar en público a Pachi Vázquez
GALICIA
El exsecretario general del PSdeG, Pachi Vázquez, se fue del partido denunciando «purgas obsesivas» y el apoyo que algunos dirigentes socialistas ourensanos han dado públicamente al de O Carballiño podría pasarles factura. La ejecutiva provincial del PSOE se reunió ayer y abordó, entre otras cosas, el relevo del portavoz socialista en la Diputación, afín a Pachi Vázquez.
La dirección del partido argumenta que ha perdido su confianza en Francisco Fraga Civeira (Ourense, 1972) tras analizar las declaraciones públicas de este valorando el anuncio hecho por el ex secretario general del PSdeG. Según dijo en La Voz de Galicia, él tampoco descartaba dejar las filas socialistas: «Na vida un nunca sabe o que vai pasar. Hoxe estamos dunha maneira e mañá podemos estar doutra».
Tras esas palabras y la contundente reacción del partido de ayer, se firma el divorcio definitivo de Fraga con la dirección provincial del partido. Curiosamente, este había sido nombrado portavoz de la Diputación a finales del año 2016 debido a las discrepancias de su predecesor, el ribadaviense Ignacio Gómez, con la ejecutiva que entonces dirigía el partido en Ourense, afín a Pachi Vázquez. Tras la renovación de la dirección provincial, a finales del año 2017, tomó las riendas del partido el equipo que encabeza Rafael Rodríguez Villarino y las relaciones con los pachistas y, en concreto con Fraga, fueron complicadas.
De hecho, el pasado mes de junio el PSOE amenazó con relevarlo de la portavocía socialista en la Diputación, pero ambas partes firmaron una tregua. Fraga asumió que la dirección provincial tomaría las riendas de la gestión política y económica del grupo socialista en esa institución a cambio de mantenerse él como portavoz (con su sueldo de dedicación exclusiva). Ese pacto de no agresión ha saltado ahora por los aires.
La propuesta de apartarlo de su cargo fue aprobada ayer por amplia mayoría en la ejecutiva ourensana. Sin embargo, la reunión estuvo marcada por la tensión, porque a ella asistió el propio Francisco Fraga, que hasta ahora era miembro nato de ese órgano por su responsabilidad como portavoz en la Diputación. El suyo fue, de hecho, el único voto en contra del relevo y solo hubo una abstención, la de Susana Rodríguez, que es diputada en el grupo provincial. Fraga tuvo, por lo tanto, la oportunidad de expresar sus críticas ante los máximos responsables del partido en Ourense, pero evitó hacer declaraciones tras la reunión.
Crisis en Maceda
Miembros de la dirección provincial comparecerán hoy para explicar la decisión adoptada. En todo caso, ha trascendido que el partido también abordó ayer la crisis concreta surgida en Maceda. El exalcalde del BNG en la localidad, Xabier Oviedo, se ha afiliado al PSOE y suena como candidato socialista el próximo mes de mayo en lugar de la actual portavoz del partido, Ana María Rodríguez, que es afín a Pachi Vázquez. La ejecutiva confirmó su intención de que esta no repita como aspirante a la alcaldía.
Lola Villarino, sobre Pachi Vázquez: «Quere marchar, pois adeus»
La expresidenta del Parlamento gallego y responsable de relaciones institucionales del PSdeG, Lola Villarino, salió ayer a la palestra para negar que en el partido existan «purgas» o «vetos» a compañeros, como denunció Pachi Vázquez al anunciar su baja como militante del PSOE.
Durante una entrevista en la Radio Galega, Villarino aludió de forma directa al que fue secretario general del PSdeG entre el 2009 y el 2013, advirtiendo que «para todo hai que ter clase, tanto para chegar como para marchar», dejando entrever que al exalcalde de O Carballiño le faltó esa clase. «Non hai que facer unha montaña onde non a hai», insistió la dirigente viguesa, que limitó esta crisis al propio Pachi Vázquez: «Hai unha persoa que quere marchar do partido, pois adeus», zanjó.
También la alcaldesa de Lugo, Lara Méndez, se refirió a esta polémica para constatar que en el PSdeG «hai discrepancias, hai criterios distintos, hai diversidade de opinións», pero subrayó con rotundidad: «Purgas non».