Trasladan el caso al juez para que investigue por qué la mujer eligió no ir al hospital
12 dic 2018 . Actualizado a las 18:05 h.La muerte de un bebé en un parto en un domicilio ha conmocionado a buena parte de la comunidad sanitaria en Vigo. Ocurrió el lunes por la tarde. Los padres optaron por el parto en casa, convencidos de que esta era la mejor opción para que su segundo hijo viniese al mundo. Pero el niño estaba en posición podálica (de nalgas) y no pudo sobrevivir al trance. Se hizo en el domicilio de la pareja y, según confirman tres fuentes, sin el apoyo de ningún profesional sanitario. El Hospital Álvaro Cunqueiro ha dado parte del caso al juzgado y está previsto hacer la autopsia al bebé en el Nicolás Peña.
Esta tragedia dispara todas las alarmas sobre la seguridad de los alumbramientos fuera del hospital. Hay matronas que optan por asistir en nacimientos en casa, pero siempre que se garanticen unas condiciones. En este caso, fuentes sanitarias explican que la pareja había intentado contactar con varias comadronas para prepararlo y que les habían advertido que, como el niño estaba de nalgas, había riesgo y no se debía hacer fuera del hospital.
La pareja ya había tenido otro hijo en su casa. Todo había ido bien y querían repetir la experiencia. En el proceso del alumbramiento, algo fue mal y no se completó la expulsión del niño. La pareja llamó al 061. Fuentes de este departamento confirman que recibieron la llamada «de una mujer que dijo que estaba poniéndose de parto» y que tanto ella como el neonato fueron trasladados al hospital. Otras fuentes explican que el personal de emergencias trató de ayudar en la propia casa, en la zona urbana de Vigo, antes de encaminarse al hospital. Los trabajadores del 061 no se encontraron a ningún profesional sanitario en el domicilio.
Sin opciones en el hospital
Tras intentar ayudar en el piso, la ambulancia llevó a la madre y al niño al hospital. Los médicos de la unidad de neonatología del Cunqueiro ya no tuvieron opciones para salvarle la vida al bebé, aunque trataron de reanimarlo. La Voz no pudo confirmar si la muerte se produjo en el domicilio o durante el trayecto en la ambulancia.
Según se ha trasladado en el parte oficial al juzgado, la madre había desistido de los controles habituales de seguimiento del embarazo. Al principio sí que los había seguido, pero al menos en el último mes de la gestación, que siempre es delicado, la mujer no había acudido a la consulta de obstetricia. Al parecer, contaba con el asesoramiento de una persona que no era profesional sanitaria. En el momento del parto ya había superado la semana 40.ª de gestación, que marca el fin del embarazo normal.
Los partos pueden ir bien y pueden tener sus riesgos. Cuando el niño está colocado en posición podálica suelen ofrecerse dos opciones: una técnica llamada versión o una cesárea. La versión consiste en que un ginecólogo da la vuelta al bebé desde fuera, con sus manos, en las últimas semanas de gestación, de manera que el niño se coloca de cabeza y se puede optar por el parto vaginal. Si no se puede, la cesárea es obligada, por los protocolos médicos. El parto en posición podálica se considera de riesgo y se remite al hospital en todos los casos, de forma que no solo lo atiende una matrona, sino también un ginecólogo.
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