Más gasolina para la fragmentación

Domingos Sampedro
domingos sampedro SANTIAGO / LA VOZ

GALICIA

ANA GARCIA

La proliferación de siglas y la anulación de las normas contra el transfuguismo pueden alimentar inestabilidad local

08 dic 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

Quienes conocen el instinto político de Pachi Vázquez, que anunció su salida del partido del que fue secretario general durante cuatro años, aparte de alcalde, conselleiro y diputado autonómico, están convencidos de que solo toma una decisión de este calado para completarla, quizás muy pronto, con otro movimiento. Es lo propio de quien en alguna ocasión aludió a la política como una especie de ludopatía de la que resulta difícil desengancharse. El gesto forma parte del preludio de las municipales de mayo y, unido a la sentencia del Tribunal Constitucional que anuló las normas para acotar el transfuguismo y las mociones de censura en los concellos, añade todavía más gasolina a la inestabilidad y la fragmentación política.

La proliferación de candidaturas, junto a la dispersión del voto, es algo que ya afloró con la crisis y se hizo visible en las municipales y en las generales del 2015. Es lo que explica que el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, pertenezca a un partido que solo tiene el 24,2 % de los escaños o que Andalucía pueda investir como mandatario a Juan Manuel Moreno, cuya formación, el PP, solo tiene el 23,8 % de los diputados de la Cámara, menos de la mitad del 54 % que suman los populares en el Parlamento gallego.

el centroderecha

Mayor competencia en su espacio, que estaba unido. Buena parte del éxito electoral que tuvo el Partido Popular desde su fundación fue operar como una fuerza unitaria en su espacio político, el centroderecha. A nivel local, solo algunas candidaturas independientes o de fuerzas como Terra Galega fueron capaces de causar algún rasguño a la hegemonía de los populares, pero eso forma parte del pasado. Ciudadanos, que tuvo un debut discreto en las municipales del 2015, con solo el 1,92 % de los votos y 16 concejales en Galicia, tiene mejores perspectivas esta vez, sobre todo en las ciudades y villas intermedias. Y, a mayores, no se puede perder de vista el fenómeno de Vox, que afloró en las elecciones andaluzas con 12 escaños, y que parece dispuesto a registrar candidaturas en algunas ciudades gallegas.

el centroizquierda

Ganar a los puntos para acceder al mando. En el espacio del centro izquierda hay tres fuerzas políticas que operan en Galicia, las tres con representación parlamentaria: En Marea, PSOE y BNG, y que en varias ocasiones hicieron el ejercicio de aparcar sus diferencias para colaborar en la investidura de los alcaldes e incluso en la conformación de gobiernos municipales. El desafío en este espacio consiste en ganar aunque sea a los puntos para acceder al bastón de mando. Por esa razón, las municipales son una competición entre todas las fuerzas políticas, pero con otra pugna en paralelo dentro del arco de la izquierda para ver quién llega primero. En Pontevedra hace tiempo que la gesta la firma el Bloque, pero en A Coruña, Santiago y Ferrol, donde las mareas desplazaron a los socialistas, está por ver lo que ocurre esta vez, y si incluso las mareas serán capaces de concurrir el 26M con una única candidatura o si lo harán con varias, como ya ocurrió en el 2015 en Ferrol, en Vigo o en Lugo.

el nacionalismo

Una bandera que está más dispersa. A diferencia de lo que ocurre en unas elecciones autonómicas o generales, donde las ideologías pueden tener un peso mayor, este componente del voto acostumbra a quedar más diluido en unas municipales, pues tienen mayor protagonismo la capacidad de gestión o la cercanía a los ciudadanos. El BNG es la única fuerza definida nítidamente como nacionalista, pero muchas de las candidaturas adscritas al conglomerado de En Marea también juegan esta baza y pueden representar una amenaza para la formación política de Ana Pontón.

la dispersión

Ames, el paradigma de la creciente fragmentación. El municipio de Ames, con 31.000 habitantes, se convirtió hace cuatro años en la viva imagen de la fragmentación política. Fueron registradas siete candidaturas para competir por la alcaldía y todas ellas lograron representación: PP, PSOE y Ames-Novo, con cuatro ediles cada uno; Contigo Pódese y Pacto por Ames (escindidos del PP), con tres ediles; el BNG, con dos, y Ciudadanos, con otro. Y el nacimiento de nuevos partidos o candidaturas, sin que acabaran de bajar la persiana los que antes habitaban el ecosistema, puede acabar dando muchos más ejemplos como el de Ames. Al fin y al cabo, allí se eligen 21 concejales y hay más capacidad de reparto, pero en Coristanco, donde son 13 los ediles a escoger, ya está previsto a estas alturas del juego que concurran siete listas.

el reagrupamiento

Gestiones para que los escindidos vuelvan a casa. Los partidos han tomado nota de la creciente dispersión del voto y están tomando decisiones, todavía muy tímidas, que apuntan hacia el reagrupamiento para facilitar el regreso a casa de los que antes se escindieron. El PP ya llegó a un arreglo con Pacto por Ames y el PSdeG hizo lo propio con los independientes de Vimianzo, donde está por ver si el alcalde, Manuel Antelo, escindido del BNG, llega a algún acuerdo con su anterior formación para concurrir con el apoyo de sus siglas. 

la legislación

Más alas a la perspectiva de las mociones de censura. Hace un año que el Tribunal Constitucional anuló las normas antitransfuguismo, que establecían que los concejales que abandonasen un partido para convertirse en no adscritos computasen menos que el resto para hacer triunfar una moción de censura. En mayo del 2019 se volverá al modelo anterior, así que en un contexto que promete ser mucho más fracturado habrá más facilidades para registrar iniciativas dirigidas a derribar un alcalde o un gobierno municipal.