«En la curva de Angrois no existía ningún otro elemento de seguridad que conjurase el riesgo de fallo humano»

P. G. REDACCIÓN / LA VOZ

GALICIA

PACO RODRÍGUEZ

El juez Andrés Lago Louro asegura en el auto que el riesgo en Angrois se incrementó tras el cambio de proyecto

04 dic 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

El principal cambio con respecto al primer cierre de la investigación del accidente del Alvia surge del seguimiento de la línea de investigación impuesta por la Audiencia Provincial de A Coruña, relativa a si se hizo un análisis de riesgos conforme a la normativa y al conocimiento técnico ferroviario. Esta vía de investigación ha desembocado en la situación provisional de que se abra juicio oral contra Andrés Cortabitarte, aunque la última palabra la tendrá la Audiencia.

En este sentido, el juez Andrés Lago Louro asegura en el auto que el riesgo en Angrois se incrementó tras el cambio de proyecto que dejó «desprotegida» la curva de Angrois, «lugar donde existía una transición significativa de velocidad que, de esta manera, quedaba confiada, en exclusiva, a que el maquinista del tren respetase la señalización de la vía y el cuadro de velocidades del tren que tenía a su disposición, sin que existiera ningún otro elemento de seguridad que conjurase el riesgo de fallo humano».

Según técnicos que declararon como testigos, es habitual en este tipo de accidentes «que comporten el fallo de dos o más elementos o sistemas de seguridad». En cambio, en este caso, frente al fallo humano «no existía ninguna otra barrera de seguridad».

Cuando los evaluadores independientes y las empresas encargadas de la seguridad exportan una serie de riesgos al ADIF -entre ellos el exceso de velocidad por fallo humano-, estos «deben ser cubiertos por el ADIF con actuaciones reglamentarias o de mantenimiento». «No consta en autos, pese a la descomunal información documental aportada, constancia alguna de que el ADIF haya evaluado esos riegos».