La dirección de En Marea anuncia acciones judiciales por la posible manipulación del censo

Susana Luaña Louzao
susana luaña SANTIAGO / LA VOZ

GALICIA

Gonzalo Rodríguez, responsable del censo de En Marea
Gonzalo Rodríguez, responsable del censo de En Marea S. L.

Los inscritos pudieron votar en las primeras horas, antes de que se bloqueara el sistema

01 dic 2018 . Actualizado a las 18:00 h.

La convulsa campaña para las primarias de En Marea vive una guerra interna que deja en el aire el proceso. Entre hoy y el lunes deberían votar los 4.496 inscritos por la lista que encabeza Luís Villares o por la de David Bruzos, pero el proceso electoral está suspendido al detectarse presuntas irregularidades en el censo. 

Los inscritos pudieron votar en las primeras horas, antes de que se bloqueara el sistema, y la dirección del partido ha anunciado acciones judiciales por la posible manipulación de los datos de los inscritos. Lo ha anunciado el miembro de la coordinadora y responsable del censo, Gonzalo Rodríguez, en una rueda de prensa en la que ha explicado cómo el domingo por la noche descubrieron que el sistema estuvo bloqueado y que otras personas habían accedido a él sin permiso

Rodríguez no considera determinante que el número de inscritos haya sido o no modificado, pero asegura que en la intromisión ilegal sí se accedieron a los datos ideológicos de las personas que forman dicho censo, lo que consideran «una vulneración de la privacidad». La dirección de En Marea ha decidido denunciar la posible manipulación del censo ante la Agencia Española de Protección de Datos y, una vez conozcan el veredicto de este organismo, tomarán decisiones legales en base al artículo 97 del Código Penal.

Daviz Bruzos y su equipo, en rueda de prensa
Daviz Bruzos y su equipo, en rueda de prensa S. L.

Tras la comparecencia de Gonzalo Rodríguez, tuvo lugar una rueda de prensa en la que David Bruzos compareció arropado por un gran número de representantes -unos sesenta- de su candidatura. El cabeza pide que se pueda votar con todas las garantías y denunció que, efectivamente, las urnas abrieron con normalidad, pero que después el representante del censo les comunicó su suspensión. «Agardamos ter información directa ao longo de todo o día e que o comité electoral aclare o ocurrido». La candidatura de Bruzos cree que el órgano competente para tomar decisiones es el comité electoral y pide que sea quien determine si se puede seguir votando o no. «O que queremos é que os inscritos poidan exercer o seu dereito ao voto», dijo Bruzos. «Nós somos os que máis sofren co que está a pasar».

El candidato de los críticos puso en duda la fiabllidad del comité de garantías porque «quedan nel tres persoas das cinco que foron nomeadas e penso que están actuando de xeito irregular». Sin embargo, sí confía en el comité electoral, que fue nombrado en el plenario de En Marea y que está constituido en una amplia mayoría por personas del sector crítico.

Bruzos ha confirmado que mantuvo ayer por la noche una conversación telefónica con Villares, en la que le trasladó las mismas impresiones transmitidas hoy en rueda de prensa: que es el comité electoral el que tiene que tomas estas decisiones. Bruzos añadió que cree que Villares tiene «intereses de parte», porque además de ser candidato, forma parte de la dirección de En Marea. 

La coordinadora insta a las dos candidaturas «a dialogar»

La coordinadora de En Marea (dirección actual del partido) ha remitido un comunicado en el que dice entender «a sensación de inquietude causada entre a cidadanía galega, especialmente entre as persoas simpatizantes co noso proxecto político» a raíz de todo lo ocurrido en las últimas horas. Por eso, como organización responsable, «estamos a realizar as xestións que dependen da nosa propia autoridade para restaurar coa maior brevidade a regularidade censal». Y todo ello, a partir de dos actuaciones: «Tal e como obriga a lei, comunicamos a situación á Axencia Española de Protección de Datos, para que esta institución adopte as accións legais que no seu caso resulten procedentes contra as persoas responsables, sen prexuízo de reservarnos as que como organización nos podan corresponder directamente nas vías civil ou penal». Y por otra parte, «acordamos a realización dunha dobre auditoría, interna e externa, que permita reparar os fallos de seguridade da base de datos censal».

La coordinadora de En Marea, que espera cuanto antes «atopar unha solución áxil e transparente para renovar os seus órganos de dirección con plenas garantías», propone a las dos candidaturas «dialogar para solucionar en común acordo o resto de defectos do proceso de votación apuntados pola propia comisión de garantías, unha vez que non foron contraditos nin rebatidos polo comité electoral en ningunha das súas resolucións. Entendemos que esa procura de solucións debería conter unha proposta de data de votación no horizonte temporal máis próximo posible».

Convulsa campaña

El comité de garantías, que vela por la transparencia del proceso, anunció por sorpresa ayer, a última hora de la tarde, su paralización al detectarse presuntas irregularidades en el censo, por lo que encargaron dos auditorías. Tras su decisión, comunicaron a los inscritos que hasta que se tuviese el resultado de esos informes no se podían celebrar las elecciones. Pero una hora después, el comité electoral, responsable de todos los trámites de las elecciones, emitió un comunicado en el que desautorizaba al de garantías diciendo que no tenía competencias para tomar esa decisión y anunció que el proceso seguía adelante, por lo que requería a la coordinadora (actual dirección de En Marea) para que comunicara «ás persoas inscritas en En Marea» que el proceso electoral «continúa co calendario previsto e aprobado no plenario de En Marea o 27 de outubro do 2018».

Luis Villares en una imagen de archivo
Luis Villares en una imagen de archivo XOÁN A. SOLER

El responsable del censo denunció que se le había bloqueado el acceso a los datos

Los acontecimientos siguieron de la siguiente forma: ayer, Villares y Bruzos se disponían a cerrar la campaña electoral para que, entre hoy y el lunes, los inscritos pudiesen votar. Por la mañana, en un debate entre los dos candidatos en la Radio Galega, Villares ya había anunciado su malestar porque en las papeletas electrónicas no figuraban los nombres de los 35 miembros de cada lista, lo que obligaba a los inscritos a votar guiándose solo por el nombre de las candidaturas: Coidando a Casa, la de Villares, y Entre Todas, la de Bruzos. El candidato de los críticos se comprometió a comunicarlo al comité electoral para que se corrigiese, y Villares manifestó su intención de denunciarlo ante el comité de garantías.

En la imagen, David Bruzos
En la imagen, David Bruzos Lavandeira jr

Auditoría del censo

Así las cosas, a las ocho de la tarde el comité de garantías convocó una rueda de prensa para anunciar la paralización de las elecciones a fin de «completar unha auditoría do censo». Sus miembros, Adrián Acción, Chema García y Manuel Nogueira, explicaron que ya el martes 27 se había aprobado una suspensión cautelar porque la persona responsable del censo ante la Agencia Española de Protección de Datos, que es Gonzalo Rodríguez, miembro de la coordinadora, no había podido acceder a la plataforma -a la que solo él debería tener acceso- entre la noche del domingo y el lunes, en torno a 24 horas. Se acordó entonces encargar dos auditorías, una interna y otra externa. Como los resultados de esos informes todavía se desconocen, decidieron ayer aplazar el proceso electoral.

A esa supuesta irregularidad se sumaron otras cuestiones que no garantizaban la transparencia del proceso, como la imposibilidad de incluir los nombres de los miembros de las listas en la papeleta digital o el hecho de que una parte de los inscritos no supiesen cuáles eran los locales de votación mientras que a otros sí se les habían comunicado.

El comité de garantías fue cauto en su exposición de los hechos y no quiso acusar a nadie: «Eu non dubido de ningún compañeiro», dijo Manuel Noriega, quien sí aludió a ciertas improvisaciones y errores derivados de que el comité electoral «constituíuse tarde, dúas semanas despois do plenario», aunque desconocía los motivos. Añadieron, eso sí, que querían convocar de nuevo las elecciones «canto antes», en cuanto se tengan los resultados de las auditorías.

Vuelta de tuerca

Informado de esa decisión, el comité electoral, que fue nombrado en el polémico plenario celebrado el mes pasado, emitió un comunicado en el que, como órgano que regula el proceso de elecciones internas en En Marea, decía que la competencia exclusiva del proceso electoral era suya, «non correspondéndolle á comisión de garantías competencia ningunha que implique a súa suspensión». Y por lo tanto dictaminó «a continuidade do proceso de eleccións internas».

Así las cosas, las elecciones están en el aire, y al margen de si los críticos votan o no, el proceso está ya de por sí desvirtuado.

Los afines a Villares sospechan que se manipuló el censo y los de Bruzos creen que hubo pucherazo

A la espera de que se aclaren las dudas sobre qué comité tiene competencias a la hora de suspender o no unas elecciones internas, no cabe duda de que tras lo ocurrido se esconden sospechas mutuas de los dos bandos de En Marea sobre los métodos empleados en el proceso. Y si bien ninguno se pronunció ayer abiertamente sobre lo ocurrido a última hora, lo cierto es que los afines a Villares temen que se haya manipulado el censo en esas horas en las que el responsable oficial no tuvo acceso a los datos, mientras que el sector crítico habla de pucherazo y cree que todo es una maniobra de la actual dirección para ganar tiempo.

Las disputas empezaron incluso antes del plenario, cuando el sector crítico pidió que se ampliase el período de inscripción del censo, que debería finalizar el mismo día de la asamblea del pasado 27 de octubre. Tras un debate crispado en el que los críticos, que eran mayoría, lograron que entraran y votaran personas que no estaban inscritas, se amplió el período de inscripción en el censo hasta el día de la presentación de candidaturas, lo que se tradujo en unas 1.500 personas más con derecho a voto.

Pero la guerra interna se fue enlodando: la coordinadora desveló que había diputados -los de Podemos y dos más- que no donaban la parte correspondiente al partido, y Villares denunció ayer la no inclusión de los miembros de las candidaturas en las papeletas y el desconocimiento por parte de algunos inscritos de los lugares de votación, mientras que a otros sí se les había hecho llegar esa información.

Los villaristas sospechan de la parcialidad del comité electoral y los de Bruzos no comparten la decisión tomada por el comité de garantías. Y saber si hoy se podrá votar o no es una incógnita más en medio de tanta marejada.