El cura apartado por tocamientos era deán en Santiago cuando desapareció el códice

La Voz VIVEIRO / LA VOZ

GALICIA

ALVARO BALLESTEROS

El sacerdote ha sido denunciado por el joven por unos hechos ocurridos en Mondoñedo

28 nov 2018 . Actualizado a las 13:13 h.

El Obispado de Mondoñedo mantiene aún abierta la investigación sobre los supuestos tocamientos de un veterano sacerdote a un menor, tal como informó ayer La Voz. El cura es José María Díaz, que era deán de la catedral de Santiago cuando se produjo el robo del Códice Calixtino.

Un delegado instructor se encarga de investigar este caso.

Desde el Obispado explicaban ayer que «a finales del pasado mes de agosto se presentó ante el obispo una denuncia por parte de un joven por un episodio de acoso que tuvo lugar en Mondoñedo hace dos años, cuando el denunciante tenía 17. Tras las necesarias deliberaciones, y de forma inmediata, con fecha 3 de septiembre se abrió el correspondiente proceso de investigación siguiendo los actuales protocolos de la Iglesia y ajustados a la legislación civil vigente».

El joven, que en el momento de los hechos era menor de edad, presentó la denuncia «por tocamientos» dos años después, una vez que dejó de residir en Mondoñedo. El obispo nombró a un delegado instructor para que se encargara directamente de este caso. «Se le ha ido informando al denunciante de cada paso dado en el procedimiento, todavía hoy abierto», según fuentes del Obispado. Dentro de este proceso se incluyó la toma formal de testimonio del joven implicado y de su padre por parte del delegado instructor.

Con esas diligencias previas, el Obispado adoptó las medidas cautelares preceptivas, que consistieron en apartar al sacerdote de sus funciones públicas, dentro del respeto a la presunción de inocencia que también le ampara. A fecha de hoy, el Obispado tan solo tiene constancia de esta denuncia, que continúa en fase de investigación. El obispo, Luis Ángel de las Heras, reiteraba ayer que para ellos «la primera preocupación son las víctimas de cualquier abuso de poder, de conciencia o sexual». «Suscribimos la condena de toda conducta inapropiada y, tal y como el papa Francisco ha hecho y nos invita a hacer, pedimos perdón a las víctimas que han sufrido y sufren a consecuencia de conductas indebidas e inaceptables», dice.

El prelado mindoniense reiteraba ayer en el comunicado su «compromiso con las víctimas, que merecen el máximo respeto y toda la ayuda que se les pueda prestar, la colaboración con la Justicia civil y la prevención de cualquier acción que vaya contra la dignidad de un ser humano».