Con esas diligencias previas, el Obispado adoptó las medidas cautelares preceptivas, que consistieron en apartar al sacerdote de sus funciones públicas, dentro del respeto a la presunción de inocencia que también le ampara. A fecha de hoy, el Obispado tan solo tiene constancia de esta denuncia, que continúa en fase de investigación. El obispo, Luis Ángel de las Heras, reiteraba ayer que para ellos «la primera preocupación son las víctimas de cualquier abuso de poder, de conciencia o sexual». «Suscribimos la condena de toda conducta inapropiada y, tal y como el papa Francisco ha hecho y nos invita a hacer, pedimos perdón a las víctimas que han sufrido y sufren a consecuencia de conductas indebidas e inaceptables», dice.
El prelado mindoniense reiteraba ayer en el comunicado su «compromiso con las víctimas, que merecen el máximo respeto y toda la ayuda que se les pueda prestar, la colaboración con la Justicia civil y la prevención de cualquier acción que vaya contra la dignidad de un ser humano».