Alba Dias: «Contáronnos mentiras. Dixéronnos: 'Consigue ser a mellor e terás traballo'»

Elisa Álvarez González
Elisa Álvarez SANTIAGO / LA VOZ

GALICIA

Dos nuevos casos se suman a las críticas por falta de apoyo a estudiantes brillantes

24 nov 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

La universidad los forma, ellos obtienen las mejores calificaciones. La universidad los reconoce con un premio nacional, ellos emprenden una carrera investigadora solo accesible a los mejores currículos. La universidad no les ofrece prácticamente nada tras años de esfuerzo, ellos toman otro camino.

Alba Dias se graduó en el curso 2013-2014 en Lingua e Literatura Inglesas por la USC. El hecho de que no reconociesen su premio nacional fin de carrera hasta cuatro años después fue el primer obstáculo de su carrera investigadora: «Pedín un contrato FPU do ministerio e quedei fóra por milésimas; pero este premio valía un punto e, se daquela o tivese, tería esta axuda». Optó a un contrato de la Xunta, menor en cuantía y en duración, aunque admite que «menos mal»: «Eu estou moi agradecida». En octubre terminará el doctorado y defenderá la tesis, y después saldrá a buscarse la vida, desde luego no en la universidad: «As persoas que entramos sabiamos xa que iamos ter posibilidades cero, pero facer isto era o soño da miña vida. Non hai ningunha perspectiva de quedar: na miña área de lingüística, se non me equivoco, a última persoa que entrou foi hai vinte anos», cuenta.

Cuando termine la tesis no tiene claro cuál será su futuro. En principio ha pensado en dar clases en una academia, ya que es graduada en Inglés. Al menos durante una temporada, «para reducir o nivel de estrés, porque esta é unha fase moi dura», dice en relación con la preparación del doctorado.

Cree que se ha mentido a los jóvenes, al menos a los de su generación. A sus 27 años asegura que ha habido dos tipos de engaños. «Teño amizades en Andalucía que contan que aos nenos lles dicían: 'Non estudes, se con 16 anos podes traballar!'». Era la época de la burbuja inmobiliaria. A ella le contaron otra: «A nosa mentira foi: 'Ti saca deces, consigue ser a mellor, e entón terás un traballo'. Atópome con 27 anos e sabendo con toda probabilidade que non vou facer o traballo que foi sempre o meu soño, a pesar de que eu si conseguín esas cualificacións», admite.

Trayectoria vital

Otra opción es marcharse al extranjero cuando acabe su doctorado, teniendo en cuenta que las posibilidades de quedarse en la facultad son nulas. Pero Alba hace una reflexión. Primero, no es fácil conseguir un posdoctorado, ya que se exigen muchos méritos: «E no meu caso os recursos foron moi limitados». Y segundo, este tipo de ayudas implica contratos en el extranjero sin ninguna seguridad de poder volver: «E moitos temos unha vida aquí. É duro ter que decidir entre quedar preto da xente que queremos ou marchar a outro país para facer o que nos gusta: é unha decisión complicada e poucos de nós temos claro cómo saír dela».

España, está claro, todavía no es país para los jóvenes investigadores.