Una de las primeras decisiones que se tomó fue trasladar al módulo de mujeres a la presa de confianza que acompañaba hasta ahora a la madre de Asunta, que fue la que dio la voz de alarma y permitió que los funcionarios del penal pontevedrés auxiliaran a Porto. De este modo, son tres las reclusas de confianza que, presumiblemente, velan por la integridad física de la compostelana las veinticuatro horas del día.
Además, se ha establecido que los funcionarios de la prisión pontevedresa realicen controles cada dos horas, principalmente en horario nocturno. Así, está previsto, incluso, el registro de las dependencias que ocupa Rosario Porto por la noche a la más mínima sospecha, ya sea para tratar de localizar posibles instrumentos que pueda utilizar para lesionarse o para saber si oculta algún tipo de fármaco. En la dirección de la cárcel pontevedresa tienen muy presente que, con la aparente intención de evitar su traslado del penal de Teixeiro al de A Lama, ingirió una importante cantidad de comprimidos que determinaron su internamiento hospitalario.