Una víctima del donjuán: «Al fin veo un poco de luz al final del túnel»

Alfredo López Penide
López Penide PONTEVEDRA / LA VOZ

GALICIA

Capotillo

Una segunda afectada, pontevedresa, afirma no creer «que aprenda la lección»

16 nov 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

Tras producirse la detención y traslado a la prisión vasca de Basauri de Rodrigo Nogueira Iglesias, el donjuán de Marín, sus víctimas respiraron como no lo habían hecho en meses y, en algún caso, en años. «Es un alivio», reconocía Gloria nada más conocer la noticia.

Esta joven vasca fue la primera mujer que logró una sentencia firme contra Nogueira Iglesias, quien asumió en el juicio una pena de dos años por estafa. En su caso, el marinense se presentó como creador de bandas sonoras para videojuegos e, incluso, le remitió «material que realmente era de experto». Sin embargo, le ocultó que él no era el creador real de esas piezas magistrales.

Hoy, un año después de aquella sentencia, Gloria confesó sufrir sentimientos contrapuestos. Por un lado, señaló sentir tristeza por la actual pareja de Rodrigo Nogueira que, aparentemente, tuvo que ser trasladada a un hospital al conocer la noticia de su detención, pero, por otro, «muy descansada. Por fin, se ve un poco de luz al final del túnel».

Ahora solo espera que, con su detención, nuevas víctimas que «han estado engañadas» den el paso y se atrevan a denunciar. En este sentido, la Policía Nacional precisó que, si bien se desconoce «el número total de víctimas, ya que muchas de ellas prefieren no interponer denuncia», sus estimaciones apuntan a «que pueden llegar al centenar» en toda España.

Galicia fue otras de las comunidades donde Rodrigo Nogueira dejó algunas de estas víctimas y, a decir de los que le conocieron años atrás, donde habría podido comenzar su carrera de relaciones sentimentales. Una de estas mujeres, Rosa -nombre ficticio de esta pontevedresa-, remarca que el paso del tiempo le ha permitido cicatrizar las heridas a nivel emocional, porque «prácticamente no me afecta. Estuve viendo los programas y lo veo como algo muy lejano». Eso sí, no esconde su alivio: «Me alegro de que lo detengan. Espero que lo pase muy mal en la cárcel».

En todo caso, Rosa reconoce que es pesimista y alberga dudas de que el paso por prisión de Nogueira Iglesias vaya a servirle de mucho. «Sinceramente, no creo que aprenda la lección porque en cuanto salga, seguirá. No sabe hacer otra cosa. No sabe vivir de otra cosa».

Fue a través de las redes sociales como Rodrigo Nogueira se le presentó un buen día y lo hizo, al parecer, asegurándole que era cocinero en un reconocido restaurante de Poio. «Él no tenía un duro, no tenía absolutamente nada y te iba pidiendo. Al final, acabas comprándole la ropa. Lo sostienes como si fuera tu hijo», rememoraba en una entrevista a principios del 2016, cuando los primeros casos comenzaron a salir.

Pero no solo mujeres resultaron embaucadas por el marinense, también lo fueron los titulares de un establecimiento hotelero de Meaño. Ellos fueron los primeros que lo sentaron en el banquillo de un juzgado de lo Penal por una estafa y consiguieron que lo condenaran, una sentencia que está pendiente de ser declarada firme. No son las únicas condenas que pesan sobre el donjuán de Marín. Ahí está también la que le impuso un juzgado de Burgos de nueve meses por maltrato en el ámbito de la violencia machista, y una segunda pena similar por coacciones.

Las cien caras de un estafador camaleónico

Corazones rotos, bolsillos vacíos y destrozos emocionales de los que muchas víctimas aún no se ha recuperado. Estas fueron las consecuencias del paso de Rodrigo Nogueira por las vidas de un centenar de mujeres a las que, habitualmente, conocía por redes sociales. Luego adoptaba la identidad que mejor le cuadrase y se convertía en el novio perfecto hasta que, al cabo de un tiempo, toda la fachada se desmoronaba.