Alberto Pérez, agente de la Policía Nacional, que trabaja en el 091
25 nov 2018 . Actualizado a las 23:26 h.Alberto Pérez es uno de esos agentes anónimos que puede salvarle la vida. Su departamento en la Policía Nacional (Grupo de Atención al Ciudadano) da respuesta inmediata al vecino en apuros que teclea el 091. Alberto, comprometido con el uniforme que viste cada día, se ha ido especializando en la defensa de los riesgos laborales para reclamar mejoras que, entiende, son necesarias para garantizar un mejor servicio a la población y la seguridad de sus compañeros y la suya propia. La falta de personal es su primer caballo de batalla: «No se puede construir un edificio sin obreros, si hay pocos la obra tardará más y si hay suficientes la construcción se entregará en los plazos acordados. Por ejemplo, en la comisaría de A Coruña se cubre un 79,12 % de la plantilla. ¿Qué quiere decir esto? Que falta uno de cada cinco policías en el mejor de los casos». A esto hay que añadir otros servicios regulares, como traslados de detenidos a sedes judiciales u hospitales, «que obligan a tener un coche en la calle y no tres, que es lo mínimo». La precariedad laboral, a ojos de este agente de calle, también resulta evidente: «No se están facilitando guantes anticorte a todas las unidades susceptibles de necesitarlos, seguimos con problemas en la distribución de chalecos antibalas y no tienen prevista su entrega estando en nivel 4 de alerta antiterrorista. También requerimos el uso de medios intermedios no letales, tales como la defensa extensible (ya las ha adquirido la Guardia Civil) o la pistola eléctrica (ya las tienen diversas policías locales y los Mossos d’Esquadra)». Neumáticos en mal estado, escasas prácticas de tiro o comisarías «que se caen a trozos» como la de Ribeira son los otros argumentos de Alberto Pérez para concluir: «El trabajo sale adelante por la calidad humana de quienes forman la Policía Nacional, no por el material que nos entregan para hacerlo».