Óscar Fustes, tras doce años en la Guardia Civil, mantiene que los agentes no se sienten bien pagados
11 nov 2018 . Actualizado a las 16:33 h.El ferrolano Óscar Fustes Prieto (1979) lleva doce años de guardia civil. Está asignado a seguridad ciudadana en el cuartel de Burela. Es secretario general en Galicia de la Asociación Unificada de Guardias Civiles (AUGC), mayoritaria en Galicia y en España, y como tal aceptó hablar de la situación laboral y el día a día en la institución.
«No nos consideramos bien pagados por varias circunstancias, especialmente debido a la carga de trabajo que tiene un guardia, que debe realizar todo tipo de tareas, ya sean de tráfico, seguridad ciudadana, protección de la naturaleza e incluso atender en municipios que no tienen policías locales», destacó. No hace mucho un guardia cobraba 600 euros menos que un mosso, cuya actividad se desarrolla en Cataluña. «Esa era la diferencia hasta ahora, pero estamos en proceso de equiparación en tres tramos (2018, 2019 y 2020). El primero ya finalizó y se ha recortado la diferencia en unos 200 euros. Quedan dos más, a la espera de que una auditoría realice un informe retributivo, que debe estar finalizado en dos o tres meses, y que dará cifras exactas para incluir en los Presupuestos del Estado, y si ello no fuera posible, por no haber acuerdo, activar mecanismos legales para incluir esa partida vía real decreto», expresó este agente.
Óscar Fustes recuerda que tiene establecidas 37,5 horas de trabajo a la semana que reparte en turnos de mañana, tarde y noche. En la Guardia Civil, dice, no hay horas extras. Puede suceder que «si hiciste dos de más y el programa lo reconoce, entonces cobramos 12 euros por hora, pero se trata de casos muy especiales». Al acabar su jornada laboral puede irse a casa con una media superior a los 100 kilómetros recorridos. «A lo mejor -destaca- parecen pocos, pero son, como suelo decir yo, de aquella manera. Si te toca un vehículo nuevo, bien; pero lo normal es que sea viejo, aunque ya hubo un avance notorio porque se renovó la mitad de la flota». Este agente dice que en Galicia son unos 5.000, pero el catálogo de puestos establece 5.550. «La merma de personal es notoria», advierte.
